Provincias Unidas quedó desguarnecida. Aquellas fortalezas que presumía útiles, elección aceptable por medio, para ser garante de gobernabilidad de los dos años finales de Javier Milei y ser oferta presidencial en 2027, se evaporaron. Los acuerdos legislativos probablemente lleguen pero, a contramano de lo pensado, se invierte la dinámica: el presidente ejerciendo las condiciones y con los gobernadores más débiles.
Provincias Unidas no logró romper la polarización y sacó apenas un 7% de los votos a nivel nacional. La derrota en Santa Fe y Córdoba, los dos bastiones del prematuro proyecto de poder, es la evidencia de que no funcionó. Un debut electoral torcido, sin poder convertirse en un bloque determinante para un lado o el otro, con solo ocho diputados. El tema es cómo sigue, qué harán los gobernadores. Y qué hará Milei con ellos.
Dicen que, pese a todo, el proyecto del interior no muere y encuentran reparo justamente en un extremo y punto de encuentro: ser antikirchnerista.
“Hoy los santafesinos y argentinos volvimos a dejar en claro que el kirchnerismo ya no es opción”, escribió en X el gobernador Maximiliano Pullaro contabilizando la suma de sus 18 puntos y los 40 de La Libertad Avanza (LLA).
Provincias Unidas y Milei
Eso lo dejaron en claro rápido, como también la disposición con el oficialismo. “Ponemos el puntapié inicial para empezar a trabajar en un programa de gobierno que nos lleve a 2027. Vamos a trabajar para que a la República Argentina le vaya muy bien. No nos van a encontrar en el club del helicóptero ni deseando que el país fracase. Vamos a acompañar para que el país pueda crecer, siempre con una mirada en defensa de Santa Fe y del interior productivo”, dijo.
El mensaje conectó directamente con las palabras del presidente, quien dijo que “por fuera de los inadaptados de siempre (...) hay decenas de diputados y senadores de otros partidos que podemos encontrar acuerdos básicos”. Los denominó oficialismos provinciales “racionales, procapitalistas y que uno más uno les da dos”.
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Milei, eufórico, tras el triunfo de La Libertad Avanza en los comicios.
Foto: AP.
“Cuanto más reformas estructurales, mejor la calidad de vida. Hay actores con los que sí podemos avanzar en ellas (...) Es por eso que queremos invitar a la gran mayoría de los gobernadores que tendrán representación parlamentaria a discutir estos acuerdos. En definitiva, ahora sí podremos traducir en leyes las consignas del Pacto de Mayo”, completó. Pullaro firmó aquellas premisas que fueron frases al viento.
Gisela Scaglia confirmó las intenciones: “Vamos a estar en el Congreso discutiendo una reforma laboral, una reforma del Código Penal y una reforma tributaria, porque son temas que la Argentina necesita (...) Ojalá haya políticas de sensatez y ahí estaremos nosotros, con la mirada del interior productivo".
Si bien es cierto que Estados Unidos le pide mayores acuerdos para garantizarle rescates eventuales, con el resultado de este domingo Milei está menos dependiente de uno con la política local.
Envalentonado con los resultados, quizás todo vuelva a supeditarse como hasta ahora en su egocentrismo y dogmatismo, y no en las necesidades que la pericia política suele poner en orden.
Nobleza obliga, dio señales en el camino inverso en su discurso desde las palabras y hasta en su traje con corbata. Quizás apueste a algún consenso transitorio sin mucha carne acuerdista. Con semejante envión electoral, ¿cuánto estaría dispuesto a pagar por el pacto?
Lo que viene
En el cálculo previo de los gobernadores, Milei dependería del insumo de gobernabilidad que le puedan acercar las fuerzas provinciales en los dos años duros que le quedan.
Una masa de gobernantes con peso y gestión, salvando al presidente y preparando su propio camino presidencial, con reformas de por medio. Una transición, básicamente.
Pero, golpeados en las urnas y con Milei con más poder legislativo, de poner a disposición su gobernabilidad con el objetivo real construir a 2027 se pasará probablemente a una relación colaborativa. Claro que dos años es mucho tiempo, sobre todo en la Argentina, y todo puede volver a pasar y resurgir. El apoyo no despeja del todo el riesgo o, dicho de otro modo, no garantiza éxito del gobierno de ahora en más. Con solo recordar la experiencia de Mauricio Macri alcanza.
Ese respaldo político para completar el financiero que le dio Estados Unidos se lo terminó dando, impensadamente, la ciudadanía, y el escenario cambia. Un dirigente de Unidos planteaba lo siguiente: "¿Apoyaron lo que está haciendo Milei o solo lo salvaron?".
Es fina la diferencia. Mientras un apoyo a la gestión es un crédito genuino, un salvataje electoral sostiene que no está haciendo bien las cosas pero que lo válida para que no retorne el kirchnerismo ni una crisis grave. Y otra cuestión le dicen en el salvataje: "Mejorá porque nos vemos en dos años".
En tanto, es probable que el gobernador Pullaro se enfoque exclusivamente en la gestión Santa Fe sin ninguna apuesta nacional en mediano plazo. ¿Qué vínculo tendrá con la Casa Rosada desde ahora? ¿Se mantendrá un posicionamiento defensivo en algunos reclamos, aunque ahora podría haber alguna ventana de negociación en el marco de la colaboración?
De nuevo: en otros términos y condiciones. Pullaro tiene todo un gobierno en plena marcha y un proyecto para su reelección que deberá trabajar desde ahora.