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“Desde la Secretaría de Cultura y Educación estamos llevando adelante un importante proyecto de restauración y salvaguarda artística e histórica de este espacio que resguarda la memoria colectiva de la ciudad. Entrar al cementerio es emprender un viaje al pasado y a las raíces de la ciudad. Y para trabajar sobre esta memoria, es esencial la inserción histórica de la cultura en el cementerio”, señaló Federico Valentini, secretario de Cultura y Educación.
Un paseo con historia
El cementerio El Salvador ocupa cinco hectáreas entre las avenidas Ovidio Lagos, Pellegrini, Godoy y Francia, en uno de los márgenes del parque Independencia. Allí se emplazan más de 50.000 tumbas. Sus panteones y nichos forman parte, del patrimonio tangible e intangible de la ciudad por sus obras de arte funerarias, sus piezas de arquitectura únicas y la historia de los personajes ilustres que allí descansan.
Para el secretario de Cultura municipal, el proyecto Cementerio Museo El Salvador busca poner en valor esas historias, acercándolas al presente. "Queremos ampliar y diversificar las propuestas: a las visitas guiadas diurnas y nocturnas se sumarán nueva señalética y nuevas instancias de encuentro en este espacio patrimonial”, asegura.
Por su parte, el secretario de Ambiente y Espacio Público, Luciano Marelli, recalcó que "esta iniciativa forma parte del importante trabajo conjunto que venimos realizando en el marco del Programa Cultural Cementerio Museo El Salvador. Este cementerio es un verdadero museo a cielo abierto, que posee un vasto patrimonio histórico, artístico y arquitectónico, único en la ciudad".
Recuperar la memoria de Rita la Salvaje, suma, “además de poner en valor la historia local, nos permite pensar a esta necrópolis no solo como espacio de memoria sino también como espacio artístico y cultural”.
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Simplemente Rita
Rita La Salvaje brilló en los escenarios de los cavarets de la Pichincha de los años 50. Había nacido un 15 de junio en la Isla Maciel, pero a los 16 o 17 años emigró a Rosario donde debutó en el cabaret Tetuán, en Santa Fe al 1500. Empezó con mambo, afro cubano, caravanas y danzas árabes con pañuelos en la cabeza.
Pero empezó a ganar fama en el Teatro Casino y luego en el Rendez Vous, cuando sorprendía al público con un desnudo completo y escenas como "el ventilador" o "el caramelito". Su desparpajo, su lengua filosa y su sentido del humor, novedoso en las mujeres del varieté, la convirtieron en leyenda.
Hace casi cuatro años, el Concejo Municipal aprobó un proyecto presentado por los concejales Norma López (PJ) y sus ex pares de bloque María Alejandra Gómez Sáenz y Eduardo Toniolli, para que el municipio se haga cargo de la exhumación y el traslado de los restos de Rita desde el Cementerio La Piedad a un nicho en el Cementerio El Salvador.
En la misma propuesta se planteó, además, la colocación de una placa conmemorativa en el Paseo de los Ilustres del Cementerio El Salvador.
Un paseo para conocer
El reconocido artista plástico y ex secretario de Cultura Dante Taparelli está a cargo del diseño del Paseo de las Memorias que, explica, busca convertir al cementerio en un espacio de reflexión sobre la vida y la muerte, un "panteón de aplausos" donde se celebra la vida de aquellos que ya no están físicamente.
"La memoria es un concepto en el que todos estamos de acuerdo y deja de lado las grietas. Este mausoleo es una metáfora de la vida y la muerte, un espacio para recordar a Rita y a tantos otros que han dejado su huella en nuestra ciudad. Este proyecto es solo el comienzo", agrega.
Por eso, explica, "queremos rescatar del olvido a otras destacadas figuras de la ciudad como el Trinche Carlovich, Emilia Bertolé, Víctor J. Vilela, el Negro Olmedo y Roberto Fontanarrosa, entre otros. La idea es convertir el Cementerio El Salvador en un museo a cielo abierto, similar a lo que ocurre en otros cementerios del mundo y también en el de Recoleta en Buenos Aires", remarcó.
Música, teatro y cine
Rita actuó en los escenarios rosarinos hasta 1982. A partir de entonces comenzó su leyenda. Sin embargo, esos mismos años fueron los peores para Juana. Había corrido el rumor de que había fallecido, le robaron todas sus pertenencias y hasta estuvo internada en el hospital neuropsiquiátrico Agudo Ávila.
Finalmente fue dada de alta a comienzos de los años ‘90, y el entonces secretario de Cultura de Rosario, Enrique Llopis, gestionó para ella una pensión oficial. Desde entonces vivió una vida tranquila y retirada en Rosario donde fue reconocida como un personaje emblemático de la ciudad. Falleció el 7 de mayo de 2016, a los 88 años.
En el año 1999, los realizadores Sergio García y Hugo Grosso estrenaron una docuficción sobre Rita. Se llamó “La Salvaje”, de 37 minutos, que fue filmada íntegramente en Rosario con el apoyo del INCAA. La película contiene imágenes de archivo, una entrevista a Rita y la actuación de Miguel Franchi, Andrés Leyton, Matías Martínez, Raúl Saggini, Carlos Quilici, Haydeé Calzone, Ofelia Castillo, María Eugenia Paz y Mónica Alfonso, entre otros.
La banda de rock rosarina Vudú incluyó en su primer disco de estudio (Vudú – 2003), el tema “Rita”, rememorando la osadía de La Salvaje en su paso por los cabarets de Rosario entre los años ‘50 y ‘80. Y el artista rosarino Beto Domínguez también compuso letra y música del tema blusero “Unos Foquitos Azules” que cuenta la aventura de un joven que asiste al show de Rita la Salvaje apenas cumplidos los 18 años.
En 2005 se estrenó el musical Rita la Salvaje, con la actriz Mariela Emme Vitale (hija del músico Lito Vitale). Si bien es una obra de ficción, se inspira en hechos reales de su vida personal y artística. La propia Rita asistió a la noche del debut y fue aplaudida por el público.
El mausoleo
El mausoleo de Rita La Salvaje que se inaugurará este viernes en El Salvador será una obra de arte en sí misma, utilizando materiales y técnicas que reflejen la personalidad de la bailarina. Cecilia Nuñez es artista visual y estuvo a cargo de esta representación. Para el homenaje a Rita ideó un zapato hecho en vidrio, material que utiliza hace más de 25 años. “Para mí fue un placer enorme que Dante haya pensado en mi trabajo y me convoque para realizar una obra para Rita la Salvaje, dice”.
El zapato, explica, "tenía que tener su impronta. Lo pensé rojo por la estética del cabaret, y por lo sensual y pasional, tenía que ser un objeto deseable. En la ficción de la imagen y como en un juego, un frasco de perfume puede ser un taco y una fila de caramelitos, una capellada en alusión a su famoso número” que la convirtieron en un ícono de Rosario.