Ahora fue el turno de los intelectuales que se referencian en el kirchnerismo y con la vicepresidente Cristina Fernández de criticar al presidente Alberto Fernández, a través de una carta pública titulada “Unidad del campo popular: moderación o pueblo”, donde sostienen que en la medida de que “el mismo gobierno genera las expectativas y la defraudación de las expectativas, es el instante cruel donde la moderación se transforma en impotencia” y aseguran que “la unidad del Frente de Todos ya se rompió en noviembre de 2021″, en referencia a las elecciones legislativas.
“Bienvenido el intercambio de ideas y la explicitación de los posicionamientos y matices sobre cómo avanzar en la construcción del programa político, económico, cultural, social y latinoamericano. El debate público es una fortaleza de todo proyecto político nacional y popular. Nunca es una debilidad”, sostienen los intelectuales y referentes de la cultura kirchneristas.
La misiva es una respuesta a la carta que dieron a publicidad, hace una semana, otro grupo de referentes intelectuales y culturales que responden al presidente Alberto Fernández y que fue titulada: ”La unidad del campo popular en tiempos difíciles”.
De esta manera, a través de ambas cartas, el Frente de Todos (FdT) continúa transitando diferencias y tensiones que se acrecentaron con el debate en el Congreso por el acuerdo de la renegociación de la fabulosa deuda tomada por el ex presidente Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Teresa Parodi, Eduardo Basualdo, Liliana Herrero, Roberto Salvarezza, Adrián Paenza, Cynthia García, Alberto Kornblihtt, Rita Cortese, Victoria Onetto, Carlos Rozanski, “Dady” Brieva, Artemio López, Daniel Tognetti, Roberto Caballero, “Mempo” Giardinelli, Andrea Varela, Marcelo Figueras, Araceli Bellota, Rubén Dri, María Pía López, Alejandro Kaufman, María Sondereguer, Sandra Russo y María Seoane, son algunos de los firmantes de la carta, con la salvedad de Soane estampó su rúbrica en ambos escritos.
“La unidad no se mantiene porque se la nombre”, señala la carta, sino que “se mantiene si continúan activas las políticas que le dieron origen”, en obvia referencia al escrito en que los apóstatas de Alberto también hacían un pedido de “unidad” del FdT.
“Cuando se pretende hablarle a todos, se termina hablándole a nadie. Cuando se pretende no pelearse con nadie, se termina peleado con todos. Si no se está dispuesto a representar en forma primaria a la base política, se termina representando a nadie. El conflicto existe: no asumirlo, lejos de ampliar la sustentación, diluye a los que no lo protagonizan en la nada política”, puntualiza la carta.
“La política gubernamental ha llegado a su punto más trágico: la preparación de escenarios de anuncios donde no se realizan anuncios. Es la práctica fallida de anticipar políticas que no se concretan: el mismo gobierno genera las expectativas y la defraudación de las expectativas. Es el instante cruel donde la moderación se transforma en impotencia. Deciden bajarle la intensidad a la política y, como efecto no deseado, suprimen a la política. Proponen ir despacio pero terminan inmóviles. Pretenden hablar suave pero se vuelven inaudibles. Todo lo que se presenta moderado termina siendo débil y sin capacidad transformadora. Es necesario recordarlo: los gobiernos no se evalúan por sus intenciones, sino por sus eficacias”, sostuvieron en otro de los párrafos del escrito donde responden con dureza a la carta anterior que ponderaba la "moderación" y también a los anticipados anuncios de “declararle la guerra a la inflación” por parte del presidente.
“El problema de la unidad se resuelve reponiendo el origen y el sujeto destinatario de la unidad. No se soluciona con una apelación a la reducción de la intensidad (es decir, a la moderación). El problema más importante no es de velocidad ni de magnitud: es de orientación de las políticas”, continua diciendo la carta y marcando las diferencias con la “moderación” y la “unidad” de la que hablaban los intelectuales albertistas.
“La ‘Unidad’ del Frente de Todos ya se rompió en noviembre de 2021 cuando más de cuatro millones de electores que lo acompañaron en el año 2019, ya no lo hicieron en las elecciones de medio mandato. Reconstruirla es el objetivo”, expresaron.
En ese sentido, recordaron que “cuando en el año 2019 la compañera Cristina ideó y convocó a la construcción de un Frente de Todos como herramienta electoral para derrotar al más crudo neoliberalismo, se dirigió a todas las fuerzas del campo nacional y popular. La razón de ser de ese Frente de Todos no era, claramente, sólo derrotar al macrismo, sino reponer e incrementar las políticas de derechos e inclusión de los doce años de gobiernos nacional popular, movilizando al pueblo y nunca moderando sus demandas o ‘mandando desensillar hasta que aclare’”.
“Si en verdad se percibiera un impasse, como pareciera que el documento ‘La unidad del campo popular en tiempos difíciles’ sugiere, sería pues un acto irresponsable, casi al borde de lesa Patria, dejarle un campo orgánico al fascismo al apostar por la moderación política. No es que, porque el fascismo amenaza, hay que poner paños fríos en la frente del pueblo, sino a la inversa: un pueblo desmotivado es la ocasión para que el fascismo crezca”, remarcando la diferencia con sus colegas albertistas.
La misiva concluye diciendo: “La discusión, desde nuestro punto de vista, es sobre la orientación de las políticas públicas que deben expresar la unidad de las fuerzas que integran el Frente de Todos. Como dijo alguien en estos días: ‘Las diferencias que tenemos entre quienes debatimos cuál es la mejor manera de resolver este problema son infinitamente menores de las diferencias con quienes generaron este problema’. Se sale con más política y no con más encierro. Se sale compartiendo con el pueblo el conocimiento de las dificultades, enfrentándolas y no eludiéndolas. Se sale entre todos y todas”.