A una semana de las elecciones que dibujaron un nuevo mapa legislativo en Rosario, y habiendo logrado terciar en la puja por las bancas del Concejo Municipal, el oficialismo activó en la ciudad una restauración de gestión de cara a los próximos dos años, cuando el principal despacho del Palacio de los Leones esté en juego en las urnas.
Si bien Unidos pudo celebrar la significativa recuperación de votos de Carolina Labayru, quien en las primarias del 13 de abril pasado había quedado a más de 45 mil sufragios de distancia de sus principales rivales, la pérdida de cuatro de las ocho poltronas oficialistas del Concejo activó las alarmas.
Los pasos de Unidos
La remontada de Unidos en los comicios fue acicateada por el desembarco previo en Rosario, la única ciudad en la que ejercieron una fuerte presencia, de los popes de la coalición oficial.
Y, frente a la necesidad del oficialismo de mantener su competitividad en 2027, esa estrategia ya comenzó a amplificarse en la ciudad: provincia y municipio actuando en sintonía en áreas sensibles como Servicios Públicos, sobre todo en lo que hace al mantenimiento urbano, y Obras Públicas. Gestionar con la misma intensidad del primer semestre del año, es el objetivo a sostener en el tiempo.
Si algo pareció dejar en evidencia el reciente resultado electoral es la necesidad de imprimirle a la ciudad una administración con mayor rosarinidad.
Pero el veredicto de las urnas también obliga a Unidos al diseño de una nueva ingeniería legislativa en el Palacio Vasallo, donde tendrá once bancas en su poder y deberá retener la Presidencia del cuerpo.
Más para Santa Fe va por el sillón principal del Concejo, mientras que en el oficialismo —por lo pronto— confían en poder retenerlo para, de ese modo, continuar respaldando los proyectos del Palacio de los Leones, en un contexto en el que la danza de nombres para la sucesión del intendente Pablo Javkin comenzará a potenciar su ritmo.
De hecho, Juan Monteverde, el candidato más votado siete días atrás y que, desde un principio, orientó su campaña hacia la Intendencia, propuso un encuentro con Javkin con el fin de abrir la discusión de “temas que no pueden esperar”.
Con los ediles, a su debido momento
De todos modos, en el Ejecutivo rosarino no visualizan motivos para concretar a la brevedad una reunión cara a cara y, según deslizaron a La Capital, preparan una futura convocatoria a los trece concejales electos, algo que ya hizo en su momento la administración de Javkin.
“No hay ningún apuro. Faltan cinco meses para la nueva integración del Concejo”, añadieron en los pasillos del Palacio de los Leones. Por lo pronto, el llamado a los ediles electos podría materializarse después de la Convención Constituyente que, a partir del 14 de julio próximo, habilitará una histórica reforma de la Carta Magna de Santa Fe.
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Si bien Unidos pudo celebrar una significativa recuperación de votos en Rosario, las alarmas se encendieron siete días atrás.
Foto: Marcelo Bustamante / La Capital.
No hay pausa en la provincia y, superado el calendario electoral a nivel local, la atención política ya está posada en la conformación —en tiempo de descuento— del reglamento de la Convención que sesionará en la Cámara de Diputados santafesina.
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Al respecto, y frente a una futura autonomía municipal, Javkin ya dio los primeros pasos en la elaboración de un proyecto de Carta Orgánica para Rosario.
“La autonomía es más que un reclamo histórico: es el derecho a gobernarnos con nuestras propias normas”, es la consigna fijada por el intendente para los intensos días por venir.
La norma que declaró la necesidad de la reforma constitucional en la provincia encomendó “consagrar la autonomía municipal en el orden político, administrativo, económico, financiero e institucional, determinando los criterios para el dictado de cartas orgánicas, según los alcances que establezca la ley especial”.
En base a los resultados de las elecciones generales, la coalición oficialista le insufla oxígeno a su chance de retener el Ejecutivo municipal. Pero, si pretende cruzar esa meta, todos los actores de Unidos deberán encarar un trabajo en sintonía, tanto para perfilar un candidato para 2027 —otros espacios políticos ya picaron en punta— como para moldear la gestión en función de esa persona. Nada menos.