En el Día de la Independencia, la cúpula del gobierno nacional inaugurará el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner en la ciudad bonaerense de Salliqueló, en lo que espera sea un envión para la campaña electoral. La obra estratégica permitirá ahorrar unos 2.000 millones de dólares en importaciones de gas este año y otros 3.800 millones el próximo, según cálculos oficiales.
El presidente Alberto Fernández; la vice Cristina Kirchner y el ministro de Economía nacional y precandidato a jefe del Estado, Sergio Massa, encabezarán este domingo el acto. Será la oportunidad de exhibir la primera foto de unidad de la coalición oficialista para las Paso del 13 de agosto.
Proyectado desde hace más de una década y retrasado por diferencias políticas y trabas financieras, el nuevo gasoducto troncal viene a resolver parcialmente el cuello de botella que arrastra la capacidad de transporte del sistema gasífero para poder llevar la creciente producción no convencional del yacimiento Vaca Muerta hacia los centros de mayor consumo del Amba y las provincias de Buenos Aires y Santa Fe.
La inauguración de la primera etapa del GPNK pone a las actuales autoridades y a las que asumirán en diciembre frente al doble desafío de continuar las obras complementarias y poner en marcha los nuevos proyectos de ampliación de la red de gasoductos que permitirán explotar al máximo al potencial de Vaca Muerta.
La obra —que se inaugura parcialmente— tuvo un costo total que se estima en los 1.850 millones de dólares y fue financiada íntegramente por el Estado nacional.
Para alcanzar su terminación definitiva deberán concretarse la instalación de dos plantas compresoras que están en ejecución, cuyo costo asciende a unos 250 millones de dólares, aproximadamente, y otras obras complementarias a lo largo de la traza de los gasoductos existentes hasta su ingreso en el Gran Buenos Aires (entre ellas la vinculación Mercedes y Cardales), que constituyen la primera etapa.
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El nuevo gasoducto transportará, a partir de su inauguración, unos 11 millones de metros cúbicos por día (aproximadamente un 7,3 por ciento del total transportado en esta época del año). Y cuando estén en funcionamiento sus plantas compresoras, hacia el último trimestre del año, se incrementará a unos 21 millones de m3/d equivalente al 14% de la demanda.
La nueva obra substituirá importaciones de gas natural licuado (GNL), que actualmente son realizadas por el puerto de Bahía Blanca, y otros combustibles, permitiendo al país ahorrar divisas.
Asimismo, permitirá evacuar una mayor cantidad de gas natural producido en la cuenca neuquina —particularmente en los yacimientos de Vaca Muerta—, sobre todo en la época invernal, donde la red de gasoductos se satura por el alto consumo doméstico impulsado por las bajas temperaturas.
Se trata de la primera gran obra de transporte de gas ejecutada en el siglo XXI y contribuirá a mejorar las condiciones del abastecimiento a un país que llegó a ser una potencia gasífera de primer orden en América latina.
La Argentina fue, a partir de 1989, un país autoabastecido exportador de energía, pero perdió esa condición en 2011.
Está proyectada la realización de un conjunto de obras complementarias, que incluyen una segunda etapa del gasoducto que vinculará Salliqueló con San Jerónimo, en Santa Fe, con una extensión de 521 kilómetros y un costo total de unos 2.000 millones de dólares, todavía sin fecha de inicio programada.
El plan prevé, además, una importante refuncionalización del Gasoducto del Norte, que actualmente vincula los yacimientos de Bolivia y de la cuenca noroeste argentina con la región Gran Buenos Aires-Litoral.
Incluye un conjunto de obras y adaptaciones que permitirá cambiar el sentido del flujo de gas natural que, actualmente, tiene origen en Bolivia y en los yacimientos argentinos de la cuenca noroeste.
En una segunda etapa el gasoducto reemplazaría íntegramente los aportes actuales de Bolivia y permitiría exportaciones a países vecinos.