La jefa de la Túpac Amaru, Milagro Sala, sostuvo ayer que "fue muy asqueroso" su traslado de regreso a la cárcel en Jujuy, luego de los 45 días que pasó con prisión domiciliaria en su casona de La Ciénaga, e insistió con que habría un "argumento político" detrás de la medida judicial.
Sala también responsabilizó por su situación al gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, y al presidente Mauricio Macri, mientras que su equipo de abogados defensores trabajaba para presentar nuevos planteos mañana contra la decisión del juez Pablo Pullén Llermanos, quien envió a la dirigente de nuevo al penal de mujeres del barrio Alto Comedero.
En tanto, el fiscal general de Jujuy, Sergio Lello Sánchez, reconoció que los abogados de Sala "debieron" ser notificados el sábado pasado sobre el traslado de la dirigente social desde su casa de la localidad de El Carmen al penal, pero consideró que el juez habrá "tenido sus razones" para no hacerlo.
En declaraciones realizadas en el establecimiento penitenciario, en una comunicación telefónica, Sala aseguró que el operativo de traslado del sábado "fue algo muy asqueroso". Al respecto, agregó: "Me llegaron a sacar en pijamas y en chancletas".
Pullen Llermanos, quien la investiga en las causas por tentativa de homicidio y lesiones gravísimas, dispuso quitarle el beneficio del arresto domiciliario del que gozaba desde el 31 de agosto porque el viernes la dirigente se negó a cumplir con una revisión médica prevista en el hospital Pablo Soria.
Frente a esa explicación, Sala sostuvo que ella había pedido "ir a una clínica para hacerse los estudios".
Asimismo, la dirigente afín al kirchnerismo pidió "respetar la decisión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh)", que en una medida cautelar emitida meses atrás, luego de una presentación del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels) y los abogados de Sala, aconsejó su arresto domiciliario y control electrónico.
"No van a hacerme agachar la cabeza y no pienso pedir disculpas de nada", añadió Sala.
La líder de la Túpac Amaru.