"No solamente no es impagable, sino que superado el segundo trimestre, el próximo gobierno va a tener un perfil y una curva para el 24 y el 25 mucho mejor de la que le tocó a este gobierno cuando arrancó, en términos de PBI", agregó.
El miércoles pasado, el Palacio de Hacienda logró superar con eficiencia el primer vencimientos de letras del Tesoro de febrero, por $300.000 millones, al lograr en el mercado refinanciamiento por algo más de $400.000 millones. Esta semana enfrenará el segundo llamado a licitación.
Si bien es cierto que los operadores del mercado consideran que el Palacio de Hacienda no va a tener mayores problemas para “rollovear” los próximos vencimientos, las dudas están en los que se producen entre abril y agosto.
En el cuarto mes del año tiene que atender compromisos en moneda local por el equivalente a US$11.500 millones; mayo, US$7.800 millones; junio, US$13.000 millones y julio, US$15.000 millones.
Los mercados se han negado hasta este momento a prestarle al Estado más allá de agosto, que es la fecha de las Paso, donde entienden que la oposición tienen chances de ganar y que eso podría derivar en que en 2024 haya un reperfilamiento de vencimientos compulsivo.
En rigor, los analistas plantean que los problemas del gobierno no son de origen técnico sino político. Uno de los cuestionamientos es que hay una alta proporción de deuda ajustada por inflación o atada al dólar, lo que hace que sea imposible que se vaya licuando por la inflación.
Por otro lado, Massa también consideró que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es “cumplible”, aunque se están planteando dudas sobre la posibilidad de que pueda alcanzar las metas de acumulación de reservas de este año.
"El planteo tiene que ser cómo multiplicamos la generación de dólares a partir de las expectativas que Argentina tiene para los próximos años. Y esa tiene que ser la discusión de fondo de la Argentina", sostuvo Massa.
"La primera restricción desafiante que tenemos para los próximos 12 meses es imaginar cómo encontramos un punto en el cual seamos atractivos para todo lo que es el sector agroexportador argentino, porque eso nos pesa en reservas; porque Argentina necesita acumular reservas, pero también cómo las usamos para sostener el nivel de actividad", señaló.
El ministro se mostró confiando en lograr una reducción de la inflación, a pesar del traspié de enero, en el que el IPC subió a 6% alejando así la posibilidad de alcanzar un número que “arranque con 3” para abril.
“El desafío de estabilizar la economía bajando la inflación sin generar daño es algo que nos propusimos los que asumimos la responsabilidad de esta crisis y ningún mal resultado en un partido me va a sacar de la pelea en el campeonato por bajar la inflación", sostuvo.
El gobierno descarte un nuevo dólar soja
El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo, afirmó ayer que la posibilidad de implementar un nuevo dólar soja “no está en los temas de agenda” de la cartera económica.
En declaraciones a Radio 10, el funcionario sostuvo que “el gobierno no está pensando en un nuevo dólar soja”, y dijo que no ha participado “ni escuchado ni está en los temas de agenda que semanalmente nos reunimos los funcionarios del Ministerio de Economía un nuevo dólar soja. No hay nada”.
En esa línea, expresó que “cada uno puede hacer la interpretación y proyección que crea, pero yo comparto lo que son los temas de reuniones nuestras de agenda“.
Respecto a la agenda de la dependencia a su cargo, Bahillo dijo que la “premisa” que le encargó el ministro de Economía, Sergio Massa, es la de “encontrar una herramienta para los productores, para el engorde, que fue lo que anunciamos la semana”.
Asimismo, remarcó que actualmente se encuentran trabajando en “encontrar medidas de paliativo” para algunas economías regionales, como la pera, la manzana, y el vino.
En ese sentido, reforzó: “Estamos estudiando con el equipo económico y analizando eso. No estamos hablando de un dólar soja”.
En relación al sector vitivínicola, indicó que no se espera una buena cosecha a causa de los problemas climáticos, y que la actual vendimia tendrá “los menores volúmenes de los últimos años”.
No obstante, enfatizó que “hay mucho stock, por lo que el abastecimiento interno y las exportaciones estarían aseguradas”.
También se refirió al impacto económico de la sequía en el agro, y precisó que en el caso del maíz, se pasó de tener una producción de tener 22 millones de toneladas en la campaña anterior a 13,4 millones de toneladas en el ciclo en curso.
Precisó que de ese total, unas 6,5 millones de toneladas de maíz serán destinadas al mercado interno.
No obstante, Bahillo sostuvo que si bien en el caso del maíz temprano _sembrado desde septiembre y la primera semana de octubre_ “se estima una pérdida de aproximadamente el 50%”, para evaluar el maíz en general “hay que esperar la evolución del tardío, que no viene tan mal”.
En cuanto a la soja, comentó que si bien el desarrollo de la oleaginosa mostró una recuperación en el último tiempo, “el calor de la semana pasada impactó de manera importante, y algunas lluvias que se esperaban no tuvieron el volumen y uniformidad esperado, con lo cual en parte se volvió a poner en situación crítica”.
“Venimos haciendo un monitoreo permanente del estado de los cultivos, somos cautos y nuestra función pública nos hacer ser prudentes en cuanto a la estimación en términos monetarios, de ingresos. Hay que ver cómo evolucionan los cultivos y cómo evolucionan los precios, pero indudablemente no vamos a tener los volúmenes de años anteriores y la sequía también ha pegado fuertemente en los productores ganaderos”, contextualizó.
Por último, respecto del trigo, afirmó que “el mercado interno y los compromisos de exportación se van a cumplir”.