Tras la desaparición de
Santiago Maldonado se destapó la pelea por la tierra que se da en el sur de la Argentina. Pero al cruzar la frontera a Chile, las situaciones violentas que se viven son permanentes. La historia del matrimonio Werner Luchsinger y Vivianne Mackay fue contada anoche en el programa "Periodismo para todos".
Desde hace 20 años Chile sufre en carne propia este reclamo aborigen que, en algunos lugares, se transformó en una guerra. Grupos radicalizados incendian camiones, iglesias, bosques y vandalizan casas para protestar. Llegó a haber dos muertos tras el ataque a una propiedad.
La región de Temuco es la que sufre más el conflicto con los grupos extremistas. Allí se concentra la mayor cantidad de comunidades y asociaciones mapuches, conocida como la "zona roja".
Andrés Jouanette, actual candidato a diputado por el oficialismo de Temuco, describió la manera violenta en la que actúan estos sectores. "Muchos están vinculados al robo de madera, animales y justifican su accionar a través de la quema de camiones o de iglesias como una forma de lucha política. La mayoría de los mapuches rechaza la
violencia. No los representan. Son una minoría violenta vinculada a grupos de anarquistas", sostuvo.
El modus operandi de los extremistas funciona siempre igual: eligen un blanco y, por la noche, lo prenden fuego. Así, a lo largo de este tiempo se multiplicó la cantidad de hechos violentos contra vehículos, iglesias y casas. Un ejemplo es lo que le pasó al camionero Itiel Valenzuela, al que le arruinaron su forma de ganarse la vida.
"Esta gente que quema camiones te deja sin nada. Sentí mucha rabia, impotencia, muchos sentimientos encontrados. Todo el esfuerzo de años quemado y ahora no vale nada", comentó. El dato más rotundo es el que aportó José Villagran, del Sindicato de dueños de camiones. Denunció que fueron 297 camiones los que sufrieron ataques.
Fuego y muerte
Pero el caso más extremo tuvo a dos víctimas, Werner Luchsinger y Vivianne Mackay. La pareja murió prendida fuego luego de que incendiaran la casa en la que vivían, en 2013. "Mi madre me llamó, me avisó, corté y vine. Cuando llegué, estaba en llamas y ahí empecé a buscarlos pensando que estaban afuera. Asumía que estaban en alguna parte ocultos. Luego, supimos que los cuerpos estaban adentro. Se consumió todo", contó el hijo.
También confirmó que hubo un enfrentamiento armado. "Hubo entre 20 y 30 personas. Mi padre repelió la acción. Fue herido. Se refugió en el dormitorio, justo en el lapso de tiempo en el que pudo llamar al 911", sintetizó.