La CGT sumó ayer el apoyo de las dos CTA para la movilización del martes próximo, convocada para rechazar la política económica del gobierno, puntualmente la propuesta de flexibilización laboral y previsional, reclamar una jubilación digna y en defensa del empleo.
Para sellar el acuerdo, el sector moyanista de la CGT se reunió ayer con los referentes de la CTA de los Trabajadores y de la CTA Autónoma para "construir lazos de unidad" tendientes a "enfrentar las políticas de ajuste" del gobierno de cara a la movilización que compartirán el próximo martes a la Plaza de Mayo.
Del encuentro participaron el integrante moyanista del triunvirato de la CGT, Juan Carlos Schmid; el secretario gremial de esa central y número dos de Camioneros, Pablo Moyano; los secretarios generales de ambas CTA, Hugo Yasky y Pablo Micheli, y los titulares de los gremios docentes Ctera, Sonia Alesso, y Suteba, Roberto Baradel.
En la reunión, realizada en la sede de la CTA de los Trabajadores, los dirigentes firmaron un documento en el que expresaron la "decisión de construir lazos de unidad en el movimiento obrero para enfrentar las políticas de ajuste que el gobierno quiere imponerle a los trabajadores y a nuestro pueblo".
En el texto ratificaron la convocatoria a la marcha del martes a Plaza de Mayo bajo las consignas "defensa de los puestos de trabajo; paritarias libres; rechazo a la reforma previsional; rechazo a la reforma laboral y rechazo a las políticas represivas". Además, pidieron "la aparición con vida de Santiago Maldonado", el artesano que fue capturado el 1º de agosto por Gendarmería nacional en un desalojo de una ruta de Chubut durante una protesta de la comunidad mapuche y cuyo paradero se desconoce desde ese día.
El dato saliente de la reunión es que por la CGT sólo participaron representantes del moyanismo, sin presencia de los llamados gordos y los independientes, quienes buscaron desactivar la marcha luego de que los resultados de las Paso fueran favorables al gobierno de Mauricio Macri.
Tras un fuerte debate, finalmente prevaleció la postura del moyanismo de ratificar la movilización convocada en un plenario de hace un mes, pese a la resistencia de otros sectores cegetistas que privilegiaron mantener la delicada unidad que aún existe en la central.
No obstante, ahora el sector que se alinea detrás de Camioneros avanzó con acuerdos con las dos CTA y con movimientos sociales para sumarlos a la marcha, lo cual acrecienta el malestar del resto de las facciones más dialoguistas con la Casa Rosada y vuelve a agitar la posibilidad de una inminente fractura en la CGT.
Por su parte, las organizaciones sociales Movimiento Evita, CTEP, Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa confirmaron que también participarán de la marcha, en medio de sus reclamo por la implementación plena de la ley de emergencia social y la sanción de la emergencia alimentaria.
Gildo Onorato, referente del Movimiento Evita, remarcó que se movilizarán "porque es importante abordar con urgencia la agenda de los trabajadores", ya que "las elecciones no han modificado el deplorable estado del tejido social y la crisis laboral", por lo cual consideró que es fundamental "aunar esfuerzos para dar un claro mensaje al gobierno".
También se plegarán a la marcha municipios del Conurbano como Avellaneda, Berazategui, La Matanza y Ensenada, que responden al kirchnerismo.
"Nos estamos organizando, pero vamos a participar", señaló a el intendente de Ensenada, Mario Secco, quien consideró que la CGT debe, además, convocar a un paro nacional contra el gobierno de Mauricio Macri.
Contra la flexibilización laboral y previsional, y en defensa del empleo
La CGT se movilizará el martes a la Plaza de Mayo con cuatro consignas: "Contra la flexibilización laboral", "Contra la reforma previsional", "Por un aumento de emergencia para una jubilación digna" y "Por la defensa del empleo".
La movilización será a las 15 en la Plaza de Mayo y fue duramente criticada por el gobierno nacional.
"Tuvimos elecciones el domingo, y la Argentina ratificó la vocación de cambio", enfatizó anteayer el presidente Mauricio Macri.
En sintonía, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, cuestionó la marcha al calificarla de "totalmente extemporánea" y de "un error", y atribuyó esta protesta a una "crisis de conducción" en las centrales obreras.
El miércoles último, la CGT ratificó la movilización en rechazo a las políticas económicas del gobierno y para exigir "respuestas" a sus recurrentes reclamos para que la Casa Rosada cambie el rumbo económico.
En ese marco, el jefe de Estado consideró que "ese grupo perdió la capacidad de escuchar y entender lo que pasa en la Argentina".
"Esperábamos de los gremios una actitud de decir «vamos a acompañar, para crecer por muchos años», pero evidentemente ese grupo ha perdido la capacidad de escuchar y entender lo que pasa en la Argentina", sentenció.
La CGT logró contener las diferencias internas por la movilización, aunque ven "posible" que no todos los gremios se sumen a la protesta, como parte de las divisiones en la organización respecto de la vinculación con el gobierno de Macri.
La central obrera reunió esta semana a su consejo directivo en medio de un clima tenso por la posición de los gremios denominados "gordos", que en los días previos se expresaron por no concretar la marcha.