"Apelando al reglamento de la cámara que contempla la posibilidad, con la firma de dos presidentes de bloque o al menos cuatro diputados, de realizar una sesión extraordinaria con un temario previsto, desde el interbloque del Frente Progresista le planteamos por nota a la presidencia el tratamiento del proyecto de reforma constitucional del Poder Ejecutivo en sesión especial el próximo 29 de agosto a las 10", consignó a los cronistas parlamentarios en el hall legislativo el diputado socialista Eduardo Di Pollina.
La jugada del oficialismo busca no sólo darle una definición a la iniciativa reformista que se viene dilatando en las comisiones legislativas (la Cámara alta también tiene a consideración otro proyecto de enmiendas instado por los senadores frentistas) sino también dejar expuesta a la oposición como ariete del freno a la intención de modificar la Carta Magna y no habilitar una eventual reelección del jefe de la Casa Gris.
La tajante réplica del diputado Luis Rubeo —autor de un proyecto alternativo de reforma— pareció alimentar la estrategia del frentismo: "El oficialismo impulsa el tratamiento de un proyecto que hoy está siendo analizado tranquilamente en cinco comisiones, que fue lo convenido oportunamente y en torno a lo cual se está cumpliendo estrictamente el reglamento. Falta aún que pase por tres comisiones, y no se entiende cuál es el apuro? en realidad —se corrigió en modo chicana Rubeo— todos sabemos cuál es el apuro, y es que se le agotan los tiempos al gobernador para aspirar a la reelección de un nuevo mandato, lo que genera una posición caprichosa que lo único que hacer es abortar que se trate la reforma. Entonces el objetivo reformista no era tal y lo único que se perseguía es la reelección. El oficialismo se tendrá que hacer cargo de que no haya reforma constitucional en la provincia de Santa Fe", contraatacó el legislador rosarino.
Más allá de los posicionamientos políticos, en términos parlamentarios el oficialismo no la tiene fácil. Debe reunir mayoría especial (dos tercios en ambas cámaras) para que la Legislatura habilite la discusión sobre tablas del proyecto al no contarse con dictamen de comisiones. Igual número se necesita para que se vote un texto que posibilite enmendar la Constitución provincial, quórum para el cual necesita del concurso de la oposición tanto en Diputados como en Senadores al no contar con esa mayoría en ninguna de los dos recintos. De allí que, tal como admitió ayer Di Pollina, "al tratarse de un proyecto que no tiene despacho de comisión, decidimos pedir su tratamiento sobre tablas para darle tratamiento correspondiente. Es parte del pedido del Poder Ejecutivo de convocar a un sesión extraordinaria para que quede establecida la posibilidad de reformar o no la Constitución" santafesina.
El menú de alternativas que pueden suscitarse en la sesión especial del miércoles 29 es amplísimo. Desde que la oposición no preste el quórum para su tratamiento sobre tablas, hasta que se habilite esa instancia para pedir el tratamiento de sus propios proyectos —además de la iniciativa de Rubeo hay otras dos de los diputados Héctor Cavallero (PJ) y de Carlos Del Frade (Frente Social y Popular) y Rubén Giustiniani (Igualdad y Participación)— y desechar el del oficialismo. Si se aprobara alguno de los proyectos con los dos tercios de los votos de la Cámara baja (34 diputados), pasaría al Senado.
Si fueran votados y rechazados cualquiera de los proyectos, el tema perdería estado parlamentario y no podría ser tratado en el presente período ordinario, mientras que si se habilita su tratamiento sobre tablas y no reúne los dos tercios para su tratamiento en el recinto la iniciativa reformista volvería a la comisión de Educación, donde viene siendo analizada desde hace varias semanas luego de pasar por la de Asuntos Comunales, la primera de las cinco a la que fue despachada y la única que emitió dictamen luego de tres meses de haber adquirido estado parlamentario.