El presidente del Conicet, Roberto Salvarezza, presentó su renuncia a continuar en el cargo que asumió en 2012. Ayer presentó la carta en la que anunció que dejará el cargo a partir del 9 de diciembre. Pese a la continuidad de Lino Barañao al frente del Ministerio de Ciencia y Tecnología, argumentó que "no están garantizadas las políticas científicas" con el cambio de gobierno.
"No creemos que sea posible llevar políticas de Estado desde una esfera de un Ministerio solamente”, señaló Salvarezza. Destacó que “desde 2003 tenemos un Estado que apostó a la soberanía tecnológica y, en palabras de la presidenta, a la autonomía científica" y que "esto se vio reflejado, por ejemplo, en el crecimiento del Conicet adonde en doce años pasamos: de 3000 a 10 mil investigadores; de 1800 a 10 mil becas; de 100 a 250 institutos; de un presupuesto de 260 millones, a una ejecución este año de más de 6000 millones”.
Consultado sobre si piensa que Cambiemos no sostendrá las políticas científicas y respondió: “Cuando uno habla de una política científica está hablando de una política que involucra a varias esferas del Estado. Entonces, si uno mira los logros tecnológicos de los últimos tiempos verá que se involucró a múltiples ministerios. Entonces todos los desarrollos que tienen que ver con la soberanía tecnológica no pasan por un solo ministerio, sino por políticas transversales”.
Respecto a la continuidad de Barañao sostuvo que “es un gesto de generosidad de parte de la presidenta” y señaló que “la debilidad que tiene el nuevo gobierno en esa materia sorprende”. Además enfatizó: “El Ministerio solo protege un aspecto de la ciencia: las actividades que desarrolla, el presupuesto y las becas del Conicet y los cargos de investigador. Pero para definir políticas científicas se requiere de un Estado decidido a llevar adelante una política de soberanía tecnológica. Y en este marco nosotros no vemos que el MinCyT esté rodeado de jugadores que apunten a las mismas fichas”.
“También estamos en desacuerdo con ese concepto que se manejó mucho en estos días de que la ciencia es aséptica. Porque el conocimiento es aséptico, de eso no hay ninguna duda, pero las políticas científicas no”, sentenció y añadió: “Porque la historia argentina puede dar cuenta de ello. Veamos lo que pasó en la dictadura o, ya en democracia, con el radicalismo o el neoliberalismo. Cada política científica tuvo una consecuencia diferente para nuestra ciencia y tecnología”, enfatizó.
Por otro lado explicó que Barañao sabía de su voluntad de renunciar porque aceptó el cargo por dos cuestiones: “Un aspecto técnico y mi apoyo a un proyecto político". En este sentido dijo que se necesita de un Estado que traccione a la ciencia y la tecnología y que desde Cambiemos se va a gestionar con empresarios de compañías trasnacionales que no nos van a garantizar las continuidad de políticas de Estado que hubo en estos años.
“Yo diría que vamos a tener algunas discontinuidades importantes en desarrollos estratégicos. Y no hablo sólo de Conicet sino de lo que hace que el país sea líder con un puñado de naciones, muy poquitas, que dominamos la tecnología espacial, nuclear y la biotecnología vegetal. Hay menos de diez países del mundo que dominan esas tres tecnologías y Argentina lo logró impulsado por el Estado. Lo mismo que la soberanía energética. Eso es lo que uno ve hoy y por eso uno vislumbra nubarrones en el futuro”, concluyó.