A tono con una ola que atraviesa muchos países del planeta, la Argentina se volcó a la derecha liberal, y con total contundencia. Javier Milei, con el apoyo de Mauricio Macri, llegó a la presidencia y se abre un nuevo capítulo político en la Argentina. Con más de 14 millones de votos, La Libertad Avanza se transforma en la fuerza política más votada de la historia democrática del país.
En las inmediaciones del hotel Libertador de Buenos Aires, donde se encuentra el bunker de Milei, un nuevo sujeto social desató los festejos. En el balotaje no hubo paridad, como muchos previeron, y el conteo de votos se resolvió con sorprendente rapidez. Cuando a las ocho de la noche, el candidato Sergio Massa reconoció la derrota, la elección estuvo resuelta. Como en las elecciones Paso, el sistema político tradicional quedó perdidoso ante el nuevo líder emergente. Y se abren muchas incógnitas sobre como hará el nuevo presidente para llevar adelante un programa de cambios radicales: que consiste en retirar los resortes del Estado de la vida económica.
Los argentinos, con una sólida mayoría, eligieron ese camino.
El voto “miedo” contra el liberal, finalmente quedó muy disminuido ante el voto rechazo contra la experiencia política de un gobierno peronista, y los problemas de una economía inflacionaria que mortifica a todo un país.
Hasta con sorpresa, los militantes mileístas, fueron este domingo a la noche copando los típicos lugares de festejos de la ciudad de Buenos Aires. En especial, el Obelisco. Refugiado en el bastión de provincia de Buenos Aires, y en la figura de Axel Kicillof, el peronismo aceptó la derrota, Y se abre una dimensión desconocida sobre el devenir del movimiento nacional, obligado a barajar y dar de nuevo.
Con muchas urgencias, el nuevo sujeto social que combina a jóvenes y a votantes tradicionales antiperonistas, ahora tendrá a un hombre completamente nuevo de la política, Milei, con una formación partidaria de apenas dos años de antigüedad, El voto por un “cambio” triunfo con gran contundencia, incluso desplegando un fenómeno electoral que tiene mayor gravitación en las provincias del interior que en la propia área metropolitana. Donde Unión por la Patria dio una pelea más reñida.
El triunfo de LLA no tiene fisuras. Hubo alta participación de ciudadanos, cercano la 77 por ciento del padrón, y tampoco se produjo el fenómeno que muchos esperaban de un voto en blanco o anulado relevante, cercano al tres por ciento, una cifra similar a muchas otras elecciones.
Las propuestas de Milei, que lucen impracticables en muchos aspectos, ahora quedan bajo la mirada de los más de 14 millones de votantes. Todo indica que vienen tiempos de crujidos y estará en manos del nuevo presidente ordenar un futuro inmediato de la enorme expectativa que promovió.
Se viene una nueva Argentina, con un nuevo actor social que como tantas veces no fue debidamente detectado por los analistas y encuestadores.ahora tendrán el aparato del Estado y las decisiones en su poder