Una historia que se repite podría ser el denominador común que surgió entre los lamentos de los vecinos de la zona de Lamadrid y Constitución que en la mañana de este martes fueron testigos de un doble crimen. Es que todo sucedió en torno a una distribuidora de bebidas y alimentos que ya fue escenario de otro asesinato y de reiteradas balaceras. En uno de esos hechos resultó gravemente herido hace dos años el dueño del local, Oscar "Manco" García, un hombre condenado por integrar una asociación ilícita dedicada a las usurpaciones, las amenazas y el tráfico de drogas. Pero esta vez la conmoción de barrio Plata fue porque entre los dos muertos se encuentra un reconocido comerciante de la zona, sobre quien abundaron los buenos recuerdos.
Para el mediodía del martes la distribuidora de Constitución al 5100 estaba rodeada por las cintas que la Agencia de Investigación Criminal (AIC) había tendido sobre la escena del crimen. Frente a la puerta del local estaba estacionado un Citroën C4 Elysée gris, dominio AD812QK. De ese vehículo, según la primera reconstrucción ofrecida por la fiscal Gisella Paolicelli, se bajó Gaetano Di Bartolomeo y un instante después fue alcanzado por al menos nueve balazos calibre 9 milímetros. A la vuelta, sobre calle Lamadrid entre Constitución y San Nicolás, cayó muerto otro hombre, sobre el cual por el momento no trascendió su identidad aunque no superaría los 30 años. Su cuerpo presentaba al menos siete disparos de grueso calibre y según las especulaciones de los pesquisas, habría sido uno de los atacantes que fue perseguido y asesinado por gente ligada al Manco.
Horas más tarde, en medio de los primeros pasos de la investigación, efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) demoraron a dos muchachos que podrían estar vinculados al episodio y cuyas identidades no trascendieron.
Según testigos del hecho, contó la fiscal Gisella Paolicelli, Di Bartolomeo fue acribillado cuando bajaba de su auto pero al momento no se pudo esclarecer el motivo del ataque. "No descartamos que haya sido específicamente hacia él, o quizás hacia alguien de su familia", explicó la fiscal en el lugar del hecho. Di Bartolomeo quedó malherido por al menos nueve balazos y falleció camino al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez.
Sobre la otra víctima, quien recibió siete balazos, Paolicelli indicó que puede tratarse de uno de los agresores de Di Bartolomeo. "Podría llegar a ser uno de los autores del hecho. Según lo que mencionan algunos vecinos hubo gente que salió a correrlos", describió la fiscal. En ese sentido entre los vecinos se comentaba que podrían ser hombres leales al Manco García que salieron a defender el ataque a la distribuidora y al panadero asesinado.
En tanto la escena del crimen se había dividido en tres partes. Las vainas servidas quedaron desparramadas alrededor del auto de Di Bartolomeo, en la esquina de Lamadrid y Constitución y sobre Lamadrid en dirección a calle San Nicolás donde fue ultimada la otra persona. Para la reconstrucción del hecho mucho dependerá de las declaraciones de los testigos y de las cámaras de vigilancia de la zona, ya que las cámaras de la distribuidora, según los peritos informáticos, no guardan las filmaciones desde que la Fiscalía de Delitos Complejos ordenara un allanamiento en el lugar y se llevaran para peritar los dispositivos de almacenamiento.
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Sebastián Suárez Meccia
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Viejos conocidos
Con el paso de los minutos la zona del doble crimen fue llenándose de vecinos que rodeaban la escena. Decenas de niños se amontonaron en sus bicicletas sobre calle Lamadrid para ver cómo los agentes de la AIC montaban la carpa azul dentro de la cual se realizaron las primeras pericias al cadáver sin identificar. La deducción de los vecinos fue que no se trataba de alguien de la zona porque en ese caso habría familiares a su alrededor.
Distinto fue el panorama en los alrededores de la distribuidora. Allí los vecinos mostraron su tristeza por el asesinato de Di Bartolomeo. Un hombre que miraba desde la esquina no podía creer que habían matado de esa forma a un vecino de muchos años sobre el cual no paraba de compartir buenas impresiones. Tampoco podían creer que semejante ataque había estado dirigido a él. Incluso barajaban la posibilidad de un intento de robo, pero esa idea perdió fuerza rápidamente ante otro hombre conocido en la zona: Oscar "Manco" García, el dueño de la distribuidora. Entonces primó la idea de que nada de lo que ocurre a su alrededor es producto del azar.
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El Manco García fue condenado en mayo de 2019 en un procedimiento abreviado a tres años de prisión por formar parte de una asociación ilícita dedicada a estafar, instigar amenazas, usurpaciones y ataques violentos. Al tiempo accedió a la libertad condicional por el resto de la condena. Según confirmaron desde el Ministerio Público de la Acusación al momento de ocurrir el doble homicidio de este martes García se encontraba en su domicilio, ubicado a pocos metros del lugar del hecho.
García, de unos 50 años, fue cuñado de Jorge Laferrara, quien cumplió condena por narcotráfico junto a Ariel "Viejo" Cantero, antiguo líder de Los Monos, y actualmente está preso con una pena de 22 años y tres meses vinculada a un homicidio y coimas a un policía. Dos hijos de Laferrara, a su vez, están presos por pertenecer a la banda de Esteban Alvarado.
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Sebastián Suárez Meccia
Homicidios y balaceras
Ese es el contexto criminal al cual está ligado el Manco García y que no pasa desapercibido cada vez que ocurre a su alrededor un hecho violento. El sábado 7 de septiembre de 2019 su distribuidora fue baleada y Cristian Beliz, un joven de 25 años, fue asesinado con nueve balazos de calibre 9 milímetros. A García, el blanco principal de aquel ataque, lo alcanzaron cuatro balazos por la espalda pero pudo sobrevivir a pesar de que quedó en silla de ruedas. Por ese hecho es que está preso Mauricio Laferrara, uno de los hijos del ex cuñado de García.
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Una semana después, a escasos metros de ahí sobre calle Lamadrid, fue asesinado a balazos Omar Zalazar, un hombre de 35 años que iba en su auto cuando fue alcanzado por al menos cuatro balazos. Unos meses más tarde, febrero de 2020, un móvil policial destinado a custodiar la distribuidora de García fue afectado por balazos en un hecho que tuvo como saldo a una mujer policía herida por las esquirlas de la ventanilla que impactaron en su cara. Esa balacera estuvo ligada a un ataque al hijo de García, de 16 años, quien corrió escapando de los tiros y alcanzó a refugiarse detrás del patrullero.
A fines de octubre de 2020 a 500 metros de la distribuidora, sobre la avenida de Nuestra Señora del Rosario, fue asesinado en su casa Carlos Raúl "Tacuara" Ramírez, de 53 años. Las investigaciones judiciales lo habían ligado al Viejo Cantero y por lo tanto a antiguas broncas con Jorge Laferrara.
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Pocos días después en la misma distribuidora de García fue apresado su hijo menor de edad junto a otro joven de 20 años, ambos acusados de haber participado del homicidio de Javier Alejandro Miño, asesinado con más de 20 tiros en julio de 2020. Ya acostumbrados a escuchar tiros en ese lugar y a la posterior presencia policial, los vecinos de Constitución al 5100 no dudaron en ligar este doble homicidio a la saga violenta que tiene al Manco García como protagonista y también sobreviviente.
Buenos recuerdos
"Era un hombre buenísimo. Había venido a comprar mercadería a la distribuidora. Le daba laburo a la gente del barrio, hasta a mí me dio laburo. Yo aprendí de panadería con él", contó a este diario un hombre que se acercó a la escena del crimen. Se refería a Gaetano Di Bartolomeo, uno de los dos asesinados y viejo vecino de la zona.
A 400 metros del lugar del hecho, en la esquina de Aurora y Cafferata, se encuentra la despensa familiar de Di Bartolomeo, lindera a su vivienda. El local permanecía abierto y con atención al público de parte de una empleada que, totalmente triste y acompañada por otras mujeres, contó que los familiares de la víctima se habían ido al hospital.
Sobre la esquina comenzaron a llegar vecinos de la cuadra que no escatimaron en buenos comentarios hacia la víctima. "Este gringo vale oro", resumió un hombre. "Era una excelente persona, muy trabajador. Yo hace treinta años que llegué al barrio y él ya estaba con su despensa. Cuando cerraba a la noche seguía trabajando, haciendo panes", agregó una vecina. "Dormía tres horas por día para que vengan estos dueños de los demás y lo maten así", lamentó otra.
Asimismo, aunque con la reticencia lógica por el temor, los vecinos no eludieron el contexto y el lugar particular en el que ocurrió el asesinato de Di Bartolomeo. "Siempre se tiran tiros ahí. Todo el barrio lo sabe, pero es algo que se sabe en silencio, que ese lugar es una pantalla y nadie habla nada porque ellos tienen tanta impunidad que pasan y te agujerean la casa", comentó una mujer.
"Cómo mierda se fue a meter ahí este tipo. Yo si tuviera negocio no iría a comprar ahí, si sabés que te la estás jugando", contó un vecino que conocía a Di Bartolomeo de muchos años. La bronca del vecindario no dejó de apuntar a ese punto violento de la zona que es la distribuidora del Manco García. "Tiene más vida que un gato, porque seguro lo fueron a matar a él", dedujo una vecina.