Una médica fisiatra, dueña de una clínica de rehabilitación para chicos, fue
víctima ayer de una salidera bancaria poco después del mediodía. Dos hombres en motocicleta la
siguieron desde el banco o al menos la esperaban muy cerca del lugar donde debía acudir, en
Pellegrini al 100, y le arrebataron la cartera con 15 mil pesos en efectivo y todos los documentos
personales.
No hubo exhibición de armas. Sólo la fuerza bruta del delincuente que fue sobre
la mujer y que al tener algo de resistencia por parte de la víctima no escatimó esfuerzo en hacerla
rodar por el piso. Luego, una imagen calcada de otros hechos de ese tipo: los asaltantes huyeron a
toda velocidad en una moto.
Compromisos. Delia Burgos es la propietaria del Centro de Rehabilitación
Infantil (Cerín), que está ubicado en Pellegrini 156, entre Necochea y Colón. Poco antes de la una
de la tarde la profesional se encontraba a unas diez cuadras de allí, en el banco Santander Río de
Pellegrini al 1200, en compañía de su hijo.
Según contó a este diario, debía hacer frente a una serie de gastos de la
clínica y el trámite bancario consistió en retirar 15 mil pesos.
"Saqué ese dinero para llevarlo a Tribunales, pero nos enteramos que no había
luz. Entonces decidí quedarme con la plata encima para hacer el depósito mañana (por hoy)", señaló
Burgos con un dejo de amargura.
La médica consideró que los delincuentes probablemente la hayan seguido durante
todo el trayecto entre el banco y la clínica. "Todo es muy raro. A lo mejor también me estaban
esperando. Yo no tenía un recorrido previsto con anterioridad. Es más: cambié el trayecto en el
momento", agregó.
Con el dinero en su poder, la profesional salió a la calle y subió a su
automóvil. Como el trámite en Tribunales no se podía realizar, Burgos y su hijo regresaron hacia
sus respectivos domicilios. Ya eran casi las 13 cuando la mujer dejó a su familiar en casa, sobre 3
de Febrero al 500, para luego dirigirse hacia su vivienda en la zona oeste. Pero en el interín
recibió un llamado desde la clínica y tuvo que regresar a su lugar de trabajo.
Burgos recordó que llegó con su auto a pocos metros del centro médico.
"Estacioné y enseguida me encontré con una persona conocida que iba hacia el instituto. Nos pusimos
a charlar dos minutos y en eso me dí cuanta que había dejado encendidas las balizas. Cuando me di
vueltas para regresar al auto, apareció un hombre que directamente fue agarrarme la cartera. Me
defendí hasta donde pude, resistí con todas mis fuerzas, me abracé al bolso, pero era mucho más
fuerte que yo y me terminó tirando al piso. Sufrí fuertes golpes en los codos y en la cadera",
rememoró.
Hacia el oeste. Una vez que se apropió de la cartera, el ladrón corrió hacia la
calle y trepó a una moto en la que lo esperaba un cómplice.
Huyeron por Pellegrini hacia el oeste. Tanto el autor del robo como el compañero
llevaban las caras descubiertas. Testigos del atraco le contaron a Burgos que la moto con los
asaltantes venía detrás de su auto y que cuando ella estacionó, los delincuentes se detuvieron unos
metros más atrás.
"No advertí nada raro. Si me siguieron, no me di cuenta, y si me esperaban
tampoco. Todo ocurrió muy rápido", remarcó.
Más allá de la pérdida de dinero, Burgos también se lamentaba el destino que
tendrían sus documentos personales guardados en la cartera. "Ojalá aparezca algo. Llevaba
credenciales, sellos, un montó nde objetos personales", agregó. La denuncia por el robo quedó
radicada en la seccional 1ª mientras que la pesquisa a cargo de la Brigada de Investigaciones.