Venado Tuerto.— Sólo Deolinda Susana M. sabe lo que verdaderamente ocurrió
la mañana del miércoles 16 de julio en la habitación 6 del motel CC, ubicado en las afueras de esta
ciudad. Pero hasta ahora parece no querer contarlo. Quien estaba con ella en esa cálida mañana de
invierno, Juan Leandro Chazarreta, murió sobre la cama del albergue con tres balazos en la cabeza y
un cuarto que le rozó el cráneo. Fue después de que hubieran mantenido el último encuentro sexual
de una relación que se sostuvo a lo largo de unos tres años a escondidas de sus respectivas
familias.
Desde aquel día, el tema no deja de ser conversado por hombres y mujeres en los
bares venadenses y por las doñas que barren las veredas. Entre ellos tejen las más insólitas
hipótesis. Sin embargo, Deolinda insiste con que su amante se suicidó mientras la policía sostiene
que fue un homicidio. En tanto, ella sigue presa en la seccional 2ª a la espera de que la Justicia
decida su suerte.
La última cita. Desde hacía unos tres años, Deolinda y Juan tenían una relación
extramatrimonial. Ella, de 32 años, está casada y es madre de tres pequeños con los que vivía en
una casa humilde del macrocentro venadense. No trabaja y vive del sueldo de su esposo. El, de 59
años, era empleado de la Municipalidad y la mañana en que terminó su vida debería haber estado
trabajando con las cuadrillas de pavimentación. Dicen los que saben, que se conocieron en el barrio
donde ambos vivían y que allí todo el mundo sabía de su relación.
La mañana del miércoles 16, Juan llamó a Deolinda a su celular a las 8 de la
mañana y poco después la pasó a buscar en su Volkswagen Gol por la esquina de siempre. Juntos
fueron una vez más hasta el motel CC, un establecimiento sencillo, sin ninguna medida de seguridad,
que se levanta a metros del cruce de las transitadas rutas nacionales 8 y 33. Allí estuvieron las
dos horas del turno y allí su historia llegó al fin.
Seis balazos.De acuerdo a la investigación, la pareja mantuvo relaciones
sexuales y después discutió. Es que Deolinda quería poner fin al vínculo y Juan no soportaba ese
reclamo. El decía que la amaba y que, aunque espaciaran sus encuentros, quería seguir adelante.
Ella no quería saber nada más, según le confió a los policías.
Según el testimonio de Deolinda ante los pesquisas, en medio de la pelea su
amante sacó un revólver calibre 32 de entre sus ropas. Para asustarla hizo dos disparos que dieron
en las paredes de la habitación. Después, un tercer proyectil le rozó el cráneo. Otros tres le
perforaron la cabeza.
El cuerpo de Juan quedó tendido en la cama con la cabeza destrozada y fue
descubierto por el empleado del motel que fue a la habitación para notificarles que había terminado
el turno. Al no obtener respuesta, abrió la puerta, se topó con el macabro cuadro y avisó a la
policía. Deolinda, "asustada y sin ser vista por nadie", salió del alojamiento a la carrera y
abordó un remís que pasó por el lugar. Fue a su casa y sumida en una profunda confusión
transparentó su historia ante su propio esposo. A él le dijo que no tenía nada que ver con el hecho
de sangre y que Juan se había suicidado porque ella quería terminar con la relación.
Dudas y certezas.Pero esa versión, que Deolinda ya repitió ante la policía y la
Justicia, no es creída por los investigadores. "Mi experiencia me indica que estamos ante un
homicidio. No tengo dudas. Las pruebas recogidas hasta el momento nos llevan a pensar en eso. Sólo
hay una duda: lo mató ella o a la habitación ingresó una tercera persona que ejecutó el crimen",
confió anoche un alto vocero de la Unidad Regional VIII.
Todos los allegados a la mujer la describen como "incapaz de accionar de esa
manera". Y agregan que "es muy bien vista" en su entorno social, "una madre dedicada a sus
hijos".
Además, Deolinda no cuenta con antecedentes violentos. Y desde que fue detenida,
con fortaleza y seriedad, mantiene su teoría de que "Juan se suicidó" cuando ella quiso poner fin a
la relación que juntos habían cimentado a lo largo de los últimos tres años.
Dermotest
Un prueba que permitirá esclarecer el hecho es el dermotest hecho al cadáver de
Juan y a Deolinda. Voceros de la Unidad Regional VIII dijeron ayer que los exámenes se realizaron
pero que sus resultados sólo los conocerá el juez de la causa. Ahí está la pista que llevará a
saber quien manipuló el arma que terminó con la vida del empleado municipal.