Uriarte y Monte Carballo es un punto rojo en el mapa de la seguridad en el extremo oeste de Rosario. En esa esquina los amigos de Valentín Reales, un pibe de Cabín 9 desaparecido misteriosamente desde el 15 de noviembre de 2016, pintaron un mural para recordarlo. Y allí, pasada la medianoche del martes, al menos cuatro personas charlaban y tomaban algo hasta que la reunión derivó en una áspera pelea de la que fue víctima Nicolás Ezequiel Balbi, de 20 años. El joven recibió seis puñaladas en distintas partes de su cuerpo y bañado en sangre alcanzó a caminar unos 150 metros hasta caer desvanecido frente a una casa de calle Lía Bauman al 7900. Minutos después fueron detenidos como sospechosos del crimen dos hombres y una mujer.
"Estaba en una juntada en una casa que está al lado de la esquina. Nadie sabe bien qué pasó, pero se la agarraron con el pibe y lo apuñalaron, le dieron cinco o seis puntazos. Eso habrá sido a la 1.30 o 2 de la mañana. Así y todo, agonizando, el muchacho caminó golpeando puertas de las casas pidiendo ayuda, pero nadie le abrió. Llegó hasta el Pasaje 1737 (hoy calle Lía Bauman) y a dos o tres casas cayó muerto al lado de un auto estacionado. Da pena porque uno lo conocía de vista, es hijo de un chatarrero al que le dicen «Piloto», tenía un bebe y vivía a unos 500 metros de donde lo mataron", relató una vecina de la zona.
El barrio San Cayetano, donde ocurrió el homicidio número 83 del año en el departamento Rosario, está ubicado en el extremo oeste de la ciudad, separado de Cabín 9 (Pérez) por la avenida Las Palmeras. Es uno de los asentamientos que se fueron formando detrás del barrio Godoy y que se alimentaron con vecinos trasladados por el Estado desde la zona sur rosarina. Un lugar que desde hace años es asolado por bandas que pelean el territorio para el negocio del narcomenudeo.
La seguridad que los vecinos esperaban con la construcción de dos cárceles en la zona (la Unidad 5 de Mujeres y la Unidad 16) no llegó, y ahora indican que para San Cayetano la prisión femenina sólo aportó un murallón de casi 300 metros de cemento sobre calle Uriarte.
La misma esquina
El destino quiso que el homicidio de Balbi comenzara en la misma vereda de una casa que ya fue escenario de otro asesinato: el de Emiliano Villalba, baleado la noche del viernes 25 de mayo de 2018. El hombre era padre de dos niños y había comprado una vivienda a medio construir. Mientras estaba realizando las terminaciones fue atacado a tiros por un muchacho del barrio, apuntado como hijo de una transera. Tras ese crimen la casa volvió a ser vendida y su vereda anexada por los pibes de la zona para llevar adelante juntadas de drogas y alcohol. Con ese telón de fondo llegó la madrugada de ayer.
A metros de la esquina en cuestión se reunieron anteanoche al menos cuatro personas y en el medio de la pelea que tuvieron Balbi fue víctima de los puntazos fatales. Minutos más tarde efectivos del Comando Radioeléctrico detuvieron a Laura Solange C., de 28 años y domiciliada a 200 metros de la escena del crimen; Sebastián Angel Z., de 21 años y afincado a una diez cuadras de allí; y a Lautaro Nahuel R., de 17 años, quien quedó a disposición del juzgado de Menores en turno.
A los tres les secuestraron ropas con manchas compatibles con sangre que serán sometidas a pericias genéticas. De acuerdo con quien se hable, un cuchillo que fue secuestrado debajo del cuerpo de Balbi por la policía estaba en poder de los agresores que allí lo dejaron o era de la víctima.
¿Qué sucedió en la esquina de Uriarte y Monte Carballo a la 1.30 de ayer? Los vecinos coinciden en que los muchachos estaban bebiendo y que de buenas a primeras comenzaron a discutir. Eso terminó con el asesinato de Balbi. ¿Quién lo mató? Los dos detenidos mayores serán imputados en principio mañana y entonces se conocerán los pormenores del crimen que es investigado por el fiscal de la Unidad de Homicidios Luis Schiappa Pietra.