El juez penal de primera instancia Héctor Núñez Cartelle dictó la prórroga de la prisión preventiva extraordinaria por el plazo de un año a René “Brujo” Ungaro respecto de la imputación en su contra como jefe de asociación ilícita. La medida cautelar estaba por vencer en unos días, por lo cual hoy se realizó una audiencia por videoconferencia en la cual la fiscal Gisela Paolicelli pidió la prórroga extraordinaria ante el Núñez Cartelle, que admitió el pedido.
Si bien Ungaro se encontraba en prisión purgando una condena a once años por el crimen del ex líder de la barra de Newell's Roberto “Pimpi” Caminos, durante su estadía en la cárcel se le atribuyó el liderazgo de una organización junto con los hermanos Lautaro y Alan Funes destinada a cometer diferentes delitos. Esa imputación fue formulada el 29 de abril de 2018 y en su momento le dictaron prisión preventiva por el plazo de ley de hasta dos años, el cual estaba por vencer pasado mañana.
Por la asociación ilícita que le atribuyen liderar de la cárcel Ungaro fue imputado a fines de abril de 2018 junto con otras seis personas, entre ellas su hermana Daniela, Jorge Funes y Carlos Jesús “Pelo Duro” Fernández. Previamente habían sido imputados como miembros de la misma organización otras ocho personas, entre ellas Lautaro “Lamparita“ Funes, su hermano Alan y la pareja de éste, Jorgelina “Chipi” Selerpe.
La investigación sobre esa banda se había iniciado un año antes con el sangriento telón de fondo de las disputas entre las familias Funes y Caminos en el Fonavi Municipal de Grandoli y Lamadrid. Paolicelli puso el foco en una serie de hechos violentos en los barrios Tablada y República de la Sexta que tenían en común denuncias de amenazas armadas y usurpaciones cuyas víctimas solían atribuir a “la banda de René”.
A partir de escuchas que permitieron determinar vinculaciones y roles de los sospechosos, en mayo de 2017 la Policía Federal hizo 33 allanamientos que culminaron con ocho personas imputadas de pertenecer a una asociación ilícita dedicada a distintos delitos, entre ellos la venta de drogas. Ya entonces se indicaba que la banda era liderada por Ungaro desde la cárcel de Piñero y otros dos jóvenes que habían logrado escapar: Lamparita, apresado e imputado en septiembre de 2017 además le atribuyeron un crimen y otros 14 hechos y Pelo Duro, quien cayó en diciembre de ese año.
Un año después, en abril de 2018, se formuló la imputación a René a partir de escuchas que lo aludían como jefe y denuncias de vecinos sobre “su banda”. Para los investigadores Ungaro impartía las órdenes e incluso proveía las armas desde la cárcel. Por su parte Lamparita Funes fue ubicado en una segunda línea, seguido por Alan y Pelo Duro, a quien describieron como “brazo armado ejecutor de usurpaciones” y robos, así como venta de droga.
Abreviados
De los cerca de veinte imputados por integrar esta asociación ilícita algunos admitieron su participación mediante juicios abreviados. En febrero del año pasado, Pelo Duro Fernández, Lamparita Funes y Matías Ezequiel “Mojarra” Ocampo acordaron sus penas en un procedimiento homologado por el juez Juan Andrés Donnola.
Fernández se hizo cargo de imputaciones en siete carpetas judiciales, la más grave el asesinato de Cristian Alejandro “Bebe” Ferreyra, y recibió una condena unificada de 12 años de prisión. Lamparita admitió diversos delitos cometidos en más de diez hechos, entre ellos la participación secundaria en el mencionado crimen, y acordó una condena a siete años de cárcel. Por su parte, Ocampo admitió una pena de cuatro años y medio por hechos acumulados en siete expedientes.
En ese marco, tanto Pelo Duro como Lamparita reconocieron ser organizadores de la asociación ilícita dedicada a cometer todo tipo de delitos con armas de fuego, especialmente delitos contra la propiedad.
Asimismo, días atrás Daniela Ungaro y Chipi Selerpe acordaron penas de tres años de prisión efectiva como integrantes de la banda de René. A Daniela, le sumaron otros tres hechos de encubrimiento y a Selerpe la tenencia de arma de fuego de guerra. En ambos casos se les otorgó, por el tiempo que estuvieron tras las rejas, arresto domiciliario con reglas de conducta como no tener contacto con miembros de la banda por ningún medio.