Casi cinco años después del crimen de un joven cartonero en la zona sur de la ciudad, la investigación del caso fue reabierta. Un camarista penal revocó ayer el sobreseimiento que pesaba sobre un sospechoso en libertad para que puedan practicarse medidas aún pendientes, como la citación a testigos y un reconocimiento. Se trata del crimen de Andrés Orlando Fernández, de 18 años, quien terminaba de cirujear con un hermano menor de edad cuando fue baleado desde un auto en movimiento en avenida San Martín y el arroyo Saladillo. En aquel momento la familia del muchacho adjudicó el crimen a un trasfondo de venta de drogas.
Fernández recibió un disparo en la cabeza a las 7 de la mañana del 4 de julio de 2012 cuando iba con su hermano en un carro, tras vender cartones en Villa Gobernador Gálvez. Sin que mediara una discusión, le efectuaron dos disparos desde un auto con vidrios polarizados. Fue trasladado por su hermano hasta su casa, ubicada cerca de allí, y luego al Hospital Roque Sáenz Peña. Por la gravedad del cuadro lo derivaron al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, donde agonizó hasta el 11 de julio.
Al tiempo del crimen fue acusado Walter P., un hombre señalado por otro hermano de Fernández como el posible autor del hecho y que, tras el ataque, vendió su casa de Riccheri al 2800, donde según referencias consignadas en el fallo funcionaba un búnker de venta de drogas.
Sin embargo, ante la insuficiencia de las pruebas recayó sobre él una falta de mérito y finalmente el sobreseimiento, dictado en junio de 2015 por el juez de Instrucción Juan Andrés Donnola en reemplazo de quien lo antecedió en la causa, Hernán Postma.
La medida fue apelada por el fiscal Luis Schiappa Pietra pero recién este año se realizó la audiencia de debate. Para presentar el planteo acusatorio en la audiencia fue designado el fiscal de Causas NN Marcelo Vienna, quien reclamó que se revierta el sobreseimiento porque quedan medidas procesales pendientes de realizar. Ante eso el camarista Guillermo Llaudet hizo lugar al pedido.
Según la reconstrucción fiscal del hecho, Fernández esa mañana fue con su hermano en el carro a Villa Gobernador Gálvez a vender plásticos y cartones, y al regresar con el dinero de la venta bajaron en un descampado para comprar drogas. Cuando iban por avenida San Martín, antes del arroyo Saladillo, se acercó a ellos un auto gris con vidrios polarizados —sería Wolkswagen Gol— desde el que les efecutaron dos disparos. El segundo hirió al mayor de los hermanos en la cabeza.
Problemas previos
Otro hermano de Fernández declaró luego que el joven tenía diferencias y problemas previos con Walter P., a quien "le compraban drogas habitualmente". Dijo que un día antes este hombre los había acusado de "robar una cartera en el momento en que compraban estupefacientes".
Una de las pruebas pendientes es un pedido de informes al Registro de la Propiedad Automotor para saber qué auto poseía en esa época P., quien al momento de su indagatoria en diciembre de 2014 dijo que el último auto que tuvo fue un Alfa Romeo rojo modelo 95. Sin embargo, la persona que le había comprado la casa declaró que P. circulaba en un Gol "de los viejos, de cola larga, color verde".
Otras dos medidas en curso son declaraciones testimoniales, entre ellas las de un testigo mencionado por su apodo por un hermano de Fernández, y un reconocimiento.
La abogada particular de P. se opuso al pedido. Consideró que no se puede insistir con un planteo acusatorio a cuatro años del hecho. Dijo que no hay pruebas en contra de su cliente y que el propio hermano de Fernández que iba con él en el carro no pudo identificar a las personas que circulaban dentro del auto. Sin embargo Llaudet revocó el sobreseimiento para que, dentro de un "plazo prudencial", se agote la investigación en la etapa instructoria.