Dos policías fueron imputados este viernes en el marco de la investigación por la muerte de Rafael Venialgo Acosta, el albañil que recibió un disparo en la cara en un allanamiento policial en su casa en la madrugada del miércoles. Al suboficial Miguel Ángel Y. se lo imputó por el disparo mortal en el marco de un procedimiento ilegal. Mientras que a Roque M., detenido el jueves, lo imputaron por encubrimiento y falsificación ideológica en el marco del mismo allanamiento ilegal. Quedaron detenidos en prisión preventiva efectiva por el plazo de noventa días.
En la audiencia realizada durante la tarde del viernes el fiscal Adrián Spelta, de la Unidad de Homicidios Dolosos, relató la mecánica de los hechos. Todo comenzó cuando los dos policías, que trabajaban en el Comando Radioeléctrico, fueron comisionados por la Central de Emergencias del 911 por un hecho de amenaza en la zona de Patagones al 4100, donde según la denuncia había un hombre armado. Cuando los agentes conocieron un posible domicilio del hombre buscado, en pasaje 1821 al 4900, se dirigieron al lugar y al llegar ingresaron sin aviso y sin orden de allanamiento.
Fue entonces que luego de atravesar el patio delantero y de romper dos puertas entraron a la casa, donde se encontraron con Rafael Venialgo Acosta. Ante el temor de que se tratara de un robo el hombre se plantó con un machete como defensa. En ese momento comenzó el forcejeo con el policía Miguel Ángel Y., que terminó gatillando su arma antitumulto a corta distancia y ocasionó una herida en el rostro de la víctima.
Al accionar letal del policía se le sumó el encubrimiento. Según el fiscal Spelta fue Roque M. quien al momento de realizar el acta de procedimiento describió que habían ingresado a la vivienda al ver que dos hombres se dirigían a ella. En tanto, al disparo efectuado por Miguel Ángel Y. lo describió como un accidente: perdió el equilibrio en el forcejeó y el arma se accionó provocando el disparo que hirió a la víctima.
Horas después del crimen se supo que la familia Acosta había llamado al 911 ante el temor de un posible asalto. Esa comunicación quedó registrada y reflejó dos cosas. Por un lado el allanamiento ilegal, ya que se escucharon golpes y roturas de vidrios del momento del ingreso de los policías a la vivienda. También se oyó el disparo un instante después de que el policía le pidiera a Acosta que se tire al suelo.
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Miguel Ángel Y. quedó imputado por homicidio doloso calificado por el abuso de su función, en concurso real con el delito de allanamiento ilegal. A Roque M. lo imputaron por encubrimiento doblemente agravado y falsificación ideológica de documento público también en el marco del allanamiento ilegal.