en el banquillo. Damario, Muñoz y Bassi fuertemente escoltados en una de las audiencias del juicio oral.
en el banquillo. Damario, Muñoz y Bassi fuertemente escoltados en una de las audiencias del juicio oral.
"Una banda requiere cierta unión espiritual". Eso dijo la fiscal Cristina Herrera en su alegato final del juicio por el crimen de Claudio "Pájaro" Cantero, mientras aparecían en una pantalla gigante fotos de un viaje que hicieron tres de los acusados al santuario del Gauchito Gil, en la ciudad correntina de Mercedes, en mayo de 2013. Diez días después de esa peregrinación, el 26 de mayo, mataban a tiros al ex jefe de Los Monos frente a un boliche de Villa Gobernador Gálvez. Con ese telón de fondo, la encargada de acusar al grupo pidió penas de prisión perpetua para Milton Damario y Facundo "Macaco" Muñoz como ejecutores de un asesinato alevoso. Para el referente del clan, Luis "Pollo" Bassi, reclamó 22 años de cárcel en carácter de instigador. En su caso solicitó una pena más baja porque no está probado, desde su óptica, que ordenara concretar el crimen de manera alevosa.
Esa fue la apuesta fuerte de la Fiscalía en el último día del juicio oral y público iniciado el 6 de marzo y que la tarde de ayer, a poco de concluída la audiencia, tuvo un inesperado desenlace cuando atacaron con armas de grueso calibre la camioneta del Servicio Penitenciario en el cual los juzgados eran llevados al penal de Coronda hiriendo gravemente a uno de ellos (ver página 37). Pero, más allá de eso, la fiscal no se privó de un "Plan B" en caso de que los jueces Julio Kesuani, Ismael Manfrín y María Isabel Mas Varela descarten la alevosía, que prevé la prisión perpetua.
Plan B
Así, en caso de no prosperar la alevosía, la fiscal solicitó para "Macaco" Muñoz 27 años de prisión. Una pena que sumada a una por encubrimiento, uso de documento falso, resistencia a la autoridad, daño y portación de arma, se unificaría en 31 años y 8 meses. En ese planteo alternativo también pidió 27 años para Damario, quien cuenta con una condena previa a 4 años de prisión por tenencia de estupefacientes y por tanto la pena sumaría 31 años.
Por razones de prueba el encuadre fue más leve respecto de Bassi, a quien situó como instigador. Según su planteo, el ex barra de Newell's y dueño de un boliche y una remisería familiar en Villa Gobernador Gálvez, fue quien determinó a "Macaco" y a otras dos "piernas" no identificadas a cometer el asesinato. Pero, a su criterio, no pudo demostrarse que les indicara cómo hacerlo. Es decir, que les ordenara actuar con alevosía y a traición. Por eso pidió 22 años de prisión como instigador de un homicidio agravado por el uso de arma de fuego y lesiones graves.
Por último, la fiscal pidió 6 años de prisión para Osvaldo Maximiliano "Popito" Zalazar, a quien le secuestraron armas de uso civil y de guerra en un departamento del Fonavi Guereño y en la casa donde residía con su madre, ambos domicilios en Villa Gobernador Gálvez. Como tiene una condena previa a un año de ejecución condicional, el monto definitivo quedaría en 7 años. Aunque "Popito" también fue condenado en febrero a 12 años de prisión junto con su hermano por matar a Aldo Acosta, de 58 años y padre de Norma Acosta, quien había denunciado públicamente a Bassi. Pero esta pena no está firme.
La contracara
Todo ese paquete acusatorio fue refutado por las defensas. En ese sentido Alberto Cirio, abogado de Luis "Pollo" Bassi alegó que "en este juicio hay protagonistas que no han participado" y recordó que "un informe brindado por un jefe policial en las audiencias sostiene que Luis Paz ofreció 500.000 pesos para matar a un integrante de la familia Cantero, pero el hombre al que se alude, Luis Paz, no estuvo para preguntárselo".
La defensora de Milton Damario, Hilda Knaelbein, sostuvo a su turno que "el Estado gastó mucho dinero en peritar armas que de entrada se sabía que no eran las utilizadas en el crimen. Además nadie vio a Milton Damario en el lugar de los hechos y los intentos incriminatorios contra mi cliente se desvanecen. En el pedido de la Fiscalía se insiste en un crimen con alevosía y Claudio Cantero no estaba solo sino con tres personas". Y pidió la absolución "por el beneficio de la duda".
A su turno la defensa de Facundo "Macaco" Muñoz, a cargo de Alberto Funes, expresó que "durante el juicio apareció varias veces el nombre de Luis Paz como quien contrató a Bassi y éste a mi cliente para vengar la muerte de su hijo, Martín «Fantasma» Paz, pero nada se comprobó. No surge que existiera una banda ni enemistad entre Muñoz y Cantero. Todos son indicios y por eso, amparado en la duda pido su absolución".
Por su parte Graciela Sanmiguel, defensora oficial de Osvaldo "Popito" Zalazar, argumentó que "de las armas encontradas ninguna era de mi pupilo. Y no sólo eso, ninguna fue la utilizada en el crimen de Cantero".
Las pruebas
A la fiscal Herrera le llevó más de tres horas resumir lo que consideró probado en el juicio sobre cómo, quiénes y por qué mataron al ex jefe de Los Monos. Para la representante de la acusación quedó claro que la madrugada del 26 de mayo de 2013 Cantero llegó alcoholizado al boliche Infinity Night desde la disco rosarina Yamper. Iba con tres acompañantes. Estacionó su Peugeot cabriolet gris sobre la vereda, frente a un galpón, y cuando bajó a orinar pasó un vehículo (sería un Ford EcoSport gris) desde el que partió una ráfaga de disparos. Un plomo le rozó una oreja, otro le dio en el antebrazo izquierdo y otro lo alcanzó cuando se tiraba al piso y lo atravesó desde el hombro derecho hasta la cadera izquierda, le dio en el corazón y fue letal.
Su acompañante, Lisandro Mena, sufrió una fractura de mandíbula y varias heridas. La fiscal remarcó que el joven, por miedo, se retiró del hospital antes de recibir los puntos de sutura. Y que dos días después del entierro de Cantero, ya en su casa, les contó a su hermana Yamila y a la ex esposa de "Pájaro", Lorena Verdún, que los tiradores fueron "Macaco" y Damario. Eso contaron las dos mujeres en el juicio.
Pero las defensas sostienen que las dos mintieron porque Mena (asesinado siete meses más tarde) no identificó a los agresores en su declaración policial. Para la Fiscalía, esa omisión se explica porque el muchacho "tenía miedo. Hubo una muerte y el único testigo era él. Vio a las personas que dispararon, los conocía del baile, reconocieron su rostro. Mena no le mintió al cabo Pérez (quien le tomó la declaración). Se protegió y se ocultó por miedo".
En donde mataron al jefe de Los Monos se encontraron diez vainas calibre 9 milímetros, todas diseminadas de manera lineal en el asfalto. Esto para la fiscal dejó en claro que el ataque fue desde un auto en movimiento. Los impactos en la pared quedaron a una altura de un 1,60 metro. "Han calculado certeramente a quien querían matar", dijo Herrera.
La fiscal remarcó que para el ataque se usó una rara pistola Glock con balas 9 milímetros. Un arma austríaca de 1.200 dólares: "Hay que saber de armas para comprarla. La forma de disparar es distinta a las demás. Es más liviana. Son cosas que sabe un tirador experto". E insistió en que a Cantero lo mataron "a traición, desarmado, tomándolo por sorpresa, sin riesgo. No tenía alternativa de escape y lo ultimaron cuando ya estaba caído en el suelo".
"Fue alguien que iba en el auto, a una velocidad no muy fuerte. Hubo una persona más delante del tirador, sacó su mano del vehículo para disparar", dijo Herrera. Los peritos que reconstruyeron el crimen agregaron a ese otro tirador de apoyo, de pie, a quien el amigo de Cantero, Eric Pera, alcanzó a ver encapuchado. "Su carácter de líder del clan de Los Monos es lo que motivó este desenlace", consideró Herrera, para quien todo ocurrió en el contexto de "una lucha de bandas narcos por poder y territorio".
Pericias telefónicas
Para situar a los cuatro acusados como integrantes de una misma banda la fiscal destacó una pericia telefónica sobre seis aparatos secuestrados a "Macaco". El informe arrojó que él, Damario, Bassi, Zalazar y Enzo Cejas (sospechado de encubrimiento) tenían números consecutivos. "La adquisición de dichos aparatos en paquete no tenía más que el fin de mantenerse comunicados entre ellos para operar mejor", opinó Herrera. Muñoz los tenía agendados a todos en los seis celulares, que iba rotando. Los días 25, 26 y 27 de mayo Damario mantuvo 26 contactos con Bassi y éste a su vez se comunicó con él 27 veces. De Muñoz a Bassi partieron 273 llamados y retornaron 217. Muñoz se conectó con Damario 29 veces y a su vez fue contactado por Milton otras 106. De "Macaco" a Zalazar partieron 50 llamados y recibió 62.
"La comunicación de la banda es más que abundante. La misma noche del hecho una antena ubica a Muñoz en la zona de Infinity Night", consignó Herrera; y recordó que esa madrugada "Macaco" le avisó a un amigo que estaba en Brújula, el boliche de Bassi ubicado a dos cuadras de Infinity. Pese a ese intercambio fluido, "desde el momento del hecho y hasta las 11 de la mañana se corta toda comunicación entre ellos. No es caprichoso. Estaban juntos".
Y a partir del 28 de mayo "huyeron", cuando "la guerra era despiadada" y en la calle se contaban cuatro muertos por represalias. Desde el 29 las antenas los ubican fuera de Rosario y en ese marco aparece la figura de Bassi como líder: "La instigación es un proceso de transferencia de ideas. No había mandato en sentido de obediencia sino persuasión, conocimiento, pertenencia y protección", todo bajo un manto de cierta "espiritualidad" compartida. Como la que asignó al viaje previo al santuario del Gauchito Gil.
"Una banda requiere cierta unión espiritual", dijo la fiscal antes de comentar el viaje de los acusados al santuario del Gauchito Gil