Con un pedido de prisión perpetua, cuatro hombres se acercan a la instancia de juicio oral y público por el ataque a tiros en el que murió un empleado de la distribuidora de bebidas de Oscar “Manco” García, quien quedó hemipléjico y en silla de ruedas en aquel atentado del 7 de septiembre de 2019. Uno de los acusados es Mauricio Laferrara, sobrino del Manco y condenado a perpetua este año como un sicario a las órdenes del jefe narco Esteban “Lindor” Alvarado. Al igual que Matías Avila, otro de los sindicados por balear al local de barrio Plata, blanco reiterado de episodios violentos.
El año en que cerraron dos juicios contra el clan Alvarado, uno de alto impacto en la provincia y otro en el fuero federal, los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada Matías Edery y Luis Schiappa Pietra participaron este miércoles de una audiencia para llevar a juicio a allegados a esa organización por un crimen del 7 de septiembre de 2019, cuando el empleado Cristian Béliz fue alcanzado por los balazos de al menos cuatro atacantes que bajaron de una camioneta Fiat Toro blanca que había sido robada.
Los acusados son Franco Ezequiel Aranda, Gastón Emanuel Tevez, Mauricio Jesús Laferrara y Matías Horacio Avila. Ante la jueza María Melania Carrara, los fiscales solicitaron que sean condenados a la pena de prisión perpetua por un homicidio planeado entre más de dos personas, el intento de asesinato de otras dos víctimas que resultaron heridas _entre ellas el propio Manco_, un hecho de lesiones agravadas y la portación de armas de guerra.
La acusación se presentó la mañana de este miércoles durante una audiencia preliminar que comenzó a desarrollarse en el Centro de Justicia Penal y que, tras un cuarto intermedio, continuará en los próximos días. Es un trámite previo al juicio en la cual las partes ofrecen las pruebas a discutir en el debate. La jueza dispuso mantener la prisión preventiva que pesa sobre los acusados, detenidos en distintos momentos. Los defensores pidieron el rechazo de la acusación.
El sábado 7 de septiembre de 2019 a las 8.35 de la mañana la camioneta con al menos cuatro ocupantes se estacionó frente a la distribuidora de Constitución al 5100. De acuerdo con la investigación fiscal, Laferrara al volante fue de el primero en disparar, sin descender del vehículo. Luego bajó Aranda de la puerta trasera derecha, pasó por detrás de la camioneta y comenzó a disparar, seguido por Gastón Tévez, que iba en el asiento del acompañante y por Avila, último en bajar.
>>Leer más: Perpetua para Alvarado y otros cuatro integrantes de su banda narcocriminal
“La chata paró frente al depósito. El conductor y el que estaba atrás empezaron a disparar. Otro se bajó y se vino hacia la ventana donde yo estaba atendiendo. Todos tenían pasamontañas. A mi papá y a mi marido los hirieron pero alcanzaron a meterse adentro del depósito. Al otro muchacho (por Beliz) le pegaron varios balazos en la cabeza y quedó ahí”, dijo entonces una de las hijas del Manco García, sobreviviente del ataque.
“El que se bajó se vino hacia la ventana en la que yo estaba despachando. Vi que me iba a tirar, pero algo pasó. No sé si lo asustó un hombre que estaba al lado de la columna. Dudó y yo me tiré detrás de unos cajones. Fue una locura. Esto estaba lleno de chicos y gente comprando”, agregó.
En ese momento Beliz se encontraba en el portón del negocio y lo alcanzaron nueve tiros. Dentro del local estaba César Oscar García, alcanzado por cuatro disparos en la espalda que lo dejaron en silla de ruedas. Un balazo impactó en el dedo anular izquierdo de Nicolás V., quien estaba dentro del local, y otro en el hombro derecho de Ariel A.
>>Leer más: Piden prisión perpetua por un crimen ligado a la distribuidora del "Manco" García
Los atacantes se fueron por Constitución hacia el norte en la camioneta, que el mismo día a las 13.30 fue hallada abandonada en Viamonte y Cullen. Había sido robada a su dueño en un asalto con arma de fuego del 7 de septiembre de ese año en Ecuador al 700.
Con el tiempo la pesquisa se centró sobre el círculo de Laferrara, familiar de García. Según se planteó entonces, detrás del atentado estaba Alvarado con el fin de quitarle a García el negocio y el camión para “quedarse con el recorrido”.
Tras la balacera se dispuso un móvil policial de custodia que fue blanco de un nuevo ataque el 7 de febrero de 2020. Un proyectil perforó el parabrisas del patrullero y las esquirlas hirieron levemente en el rostro a una suboficial. Con el correr de las horas se determinó que el balazo estaba dirigido a Chulo, el hijo adolescente del Manco que al ser corrido a tiros se resguardó detrás del patrullero.
En julio del año pasado, el panadero Gaetano Di Bartolomeo, de 62 años, y Manuel Lautaro Sández, de 19 años, cayeron abatidos en un nuevo tiroteo frente a la distribuidora de barrio Plata.