Dos hombres fueron condenados ayer a prisión perpetua por el crimen de Candela Sol Rodríguez, la niña de 11 años secuestrada y asesinada en 2011 en el partido bonaerense de Hurlingham. Se trata de Hugo Bermúdez, de 60 años, y Leonardo Jara, de 40, a quienes el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) Nº 3 de Morón sentenció al término de un juicio oral de siete meses como coautores de privación ilegal de la libertad coactiva seguida de muerte.
Para los jueces Diego Bonanno, Raquel Lafourcade y Mariela Moralejo el móvil del horrendo crimen tuvo que ver con "ajuste de cuentas" contra el padre de la niña, quien entonces estaba preso por un hecho de piratería del asfalto. En ese sentido, consideraron "increíble" que se haya abandonado la investigación sobre Héctor "Topo" Moreyra, quien estuvo sospechado y detenido como presunto autor intelectual, línea investigativa que para los magistrados debería continuarse.
El tribunal también sentenció a Fabián Gómez, de 46, a cuatro años de prisión como partícipe secundario de la privación de la libertad. Este hombre llegó al juicio en libertad y así seguirá, aunque con restricciones.
"Fueron seis años diciendo la verdad y hoy (por ayer) se hizo justicia", dijo la madre de Candela, Carola Labrador, tras lo cual agregó que su hija "va a descansar en paz". La mujer, quien tenía colgada una foto de su hija y tras la sentencia se abrazó llorando con el padre de la niña, Alfredo Rodríguez, estuvo acompañada por familiares de víctimas que se mostraron conformes con la decisión de la Justicia.
Intrigas y silencios
En un fallo de 204 páginas los jueces analizaron las pruebas producidas durante el juicio oral y las irregularidades que hubo durante toda la investigación. "Tengo experiencia. Y con los años que cargo sobre mis hombros, creí haberlo visto todo. Pero debo rendirme ante la evidencia, sin duda estaba equivocada. En el homicidio de Candela se entretejieron intrigas, política, delitos de toda calaña y fundamentalmente silencios. Lo relevante fue lo no dicho. Lo oculto", afirmó en un tramo del escrito la jueza Lafourcade.
Para el Tribunal, Candela fue secuestrada por un "ajuste de cuentas contra el padre, por algún ilícito que éste cometiera". Los jueces mencionaron que "siempre se barajó la hipótesis" de que Rodríguez "había participado de un hecho contra algún narco y se sospechó fuertemente que esa persona podía ser Héctor «Topo» Moreyra, quien desde un comienzo estuvo vinculado e imputado en la causa, aunque después esa línea investigativa increíblemente se desactivó".
Los jueces no descartaron que Moreyra haya sido el autor intelectual del secuestro por el que estuvo detenido pero quedó libre tras decretarse la nulidad parcial del proceso, aunque continúa siendo investigado. "La muerte de la niña aconteció en el marco de un acuerdo de voluntades de una organización criminal que no se agota en lo resuelto respecto de los aquí imputados", expresaron en ese sentido en el escrito.
Acción paralela
Al respecto, Lafourcade fue por más: "Es hora de tomar el guante entonces, de aquello que denunciara en su alegato el fiscal cuando diera por cierto que el comisario general Roberto Castronuovo tomó parte de las negociaciones clandestinas tendientes a lograr la liberación de Candela". Es que los jueces compartieron con la fiscalía que dichas negociaciones clandestinas habían estado en cabeza de la cúpula policial y que se formó un comité de crisis integrado por todos los comisarios generales en actividad, el ministro de Seguridad y Justicia bonaerense, Ricardo Casal, el subsecretario de Política Criminal César Albarracín y el fiscal de instrucción Marcelo Tavolaro.
"Nuestra norma procesal indica que la fuerza policial no debe llevar una investigación en forma autónoma sino condicionada a las directivas de la Fiscalía. Pero en este caso en realidad no se trataba de una investigación sino de una acción paralela tratando de modificar el rumbo" agregó la jueza sobre la gestión de la cúpula de la bonaerense.
En esa línea la jueza también se preguntó "cuál ha sido el sentido de desdoblar los juzgamientos de aquellos personajes que sin duda debieron haber ocupado un lugar en el banquillo de los acusados como Moreyra", sospechoso de haber sido el autor intelectual del secuestro que estuvo detenido pero quedó libre tras decretarse la nulidad parcial del proceso.
Evidencias
Los elementos que los jueces ponderaron para las condenas fueron las pruebas de ADN que no fueron manipuladas y demostraron el cautiverio de la niña en la casa de Kiernan 992 de Villa Tesei (partido de Hurlingham) y que vincularon a Bermúdez, quien también quedó implicado con la quema de evidencias en la casa de su ex pareja.
En el caso de Jara, tomaron como crucial las dos pericias de voz que confirmaron que éste fue el autor del llamado extorsivo a una tía de Candela con un mensaje para la madre de niña: "Ahora sí que no la vas a encontrar nunca a tu hija, jamás la vas a encontrar, nunca más la van a encontrar. Hasta que esa conchuda no devuelva la guita no la va a ver nunca más. Que le pregunten al marido dónde dejó la guita".
Además, otras pruebas fundamentales fueron los entrecruzamientos telefónicos que todos los imputados reportaban a cuatro teléfonos pertenecientes a Moreyra.
pena máxima. Leonardo Jara, de 40 años, y Hugo Bermúdez, de 60, fueron condenados prisión perpetua.