Eran las 3 de la mañana de este jueves cuando Iván Guido Barrios, de 36 años, le pidió permiso a su supervisor en la fundición en la que trabajaba, en inmediaciones de Juan José Paso y Provincias Unidas, para salir a comprar cigarrillos. Barrios salió vestido con ropa de trabajo, pero nunca regresó. Treinta minutos más tarde yacía asesinado con un balazo en la espalda a unas 10 cuadras de su trabajo, en Cullen al 1500 bis de Empalme Graneros. Los vecinos contaron que en las inmediaciones del lugar donde fue asesinado funciona una boca de expendio de drogas. “El era un tipo trabajador que no tenía problemas con nadie, sólo que tenía su vicio”, explicó uno de los familiares de la víctima. Nadie de su familia ocultó que Barrios era adicto.
“Como a las 3.30 se escucharon dos balazos y el ruido de una moto. Cuando aclaró nos topamos con el cuerpo del muchacho tirado boca abajo. Pensamos que estaba desmayado, pero estaba muerto”, confió una vecina a metros de la escena del crimen relatando un nuevo homicidio en la ciudad.
Empalme Graneros, uno de los barrios de raíz obrera más antiguos de la ciudad, está atravesado por la droga en sus diversas formas. Por la venta, el consumo y la violencia callejera. En lo que va del año se registraron 14 homicidios en esta barriada de la zona norte de los 194 perpetrados en el departamento Rosario hasta el primer día de septiembre . Todos en un radio de seis cuadras por cuatro en la zona más pauperizadas de un empobrecido barrio obrero. Un rectángulo que podría delimitarse por Génova, Martínez de Estrada, Cullen y De Angelis. Cinco de esos asesinatos ocurrieron en Cabal al 1300 bis, Ottone al 1200 y 1300 bis y Quito al 2500.
En está última cuadra vivía Iván Barrios, a unos 200 metros del Club Infantil Los Pumas. Allí, a media mañana de este jueves vecinos y familiares de Barrios no podía dar crédito a lo que les tocaba vivir. “Era una persona que no tenía problemas con nadie. Pregunte en el barrio y le van a contar. No tenía problemas con nadie y lo conocía todo el mundo. Esto no fue un ajuste de cuentas”, explicó uno de sus familiares que lloraban repartidos en viviendas a lo largo de media cuadra.
El viernes pasado, a unos 300 metros de Quito al 2400, pero sobre calle Génova, efectivos antinarcóticos de la Policía Federal hallaron 1.658 kilos de cocaína de máxima pureza que tenía como destino Dubai, la lujosa ciudad de los Emiratos Arabes Unidos. Claro está que los 60 millones de euros en lo que fue valuado el cargamento nada tiene que ver con la realidad de Empalme.
Un trabajador
Según se pudo reconstruir Barrios era un obrero metalúrgico. Trabajaba en el doble turno de 18 a 6 de la mañana en una fundición de hierro ubicada en las inmediaciones de Juan José Paso y Provincias Unidas, un punto en el que confluyen o se separan los barrios Empalme Graneros, Ludueña, Larrea y Fisherton Industrial. Barrios trabajó normalmente hasta que a las 3 de la mañana pidió permiso para comprar cigarrillos. Aunque en las inmediaciones de la fundición hay una estación de servicios que está abierta 24 horas no fue allí. Una vez que Barrios salió de su lugar de trabajo qué hizo y cómo llegó hasta la escena de su crimen son conjeturas. “La verdad es que no sabemos qué pasó. Quizás alguien lo acercó hasta el lugar en el que lo mataron. El no salió del trabajo en moto o en bicicleta. Y es lejos de donde está la función”, explicó uno de sus parientes.
Iván Barrios era uno de tres hermanos. Poco antes de las 6 de la mañana otro de sus hermanos se presentó a tomar servicio en la metalúrgica. Cuando el hombre entró a trabajar le dijeron que su hermano había salido a las 3 de la madrugada pero no había regresado. Preocupado volvió al barrio pero no tuvo noticias de su hermano. Casi al alba comenzó a transitar las calles en búsqueda de información. Así fue que un vecino le dijo: “Fijate que en Cullen al 1500 bis hay un tirado con un balazo en el lomo”. Así fue que dio con Iván.
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Transitando por calle Cullen al norte de calle Juan B. Justo todo es relativo, al menos catastralmente hablando. Los vecinos para ubicar al extraño utilizan puntos de referencia que pueden ser desde “el kiosquito pintado de celeste”, “el auto aquel, que está estacionado al lado del volquete”, o sencillamente “el templo”. Así se va llegando al 1500 bis de Cullen, a unos 200 metros del cruce con Sorrento. Barrios fue asesinado en una calle que la municipalidad está abriendo en un plan de urbanización de esa zona en lo que sería la prolongación de Martínez de Estrada, al lado del templo “Ministerio Profético Estrella de Belén”. “Toda esta zona de noche sólo está iluminada por las luces de cada casa”, explicó una residente. La apertura de la nueva traza, que une Cullen con Campbell, con casas a medio derruir, le dan al lugar una imagen desoladora.
“Como a las 3.30 se escucharon un par de disparos, pero por acá es normal. Acá pasa la moto y tiran. No hay garantías. Pueden desconocerte y te tiran. No les gustaste y te tiran. Pueden pensarse que están pisándole la zona, que estás vendiendo como ellos y te tiran. Te pueden matar por cualquier cosa", contó una vecina. “Puede ser que el pibe asesinado haya venido a comprar y lo desconocieron”, agregó. “Tranquilamente lo pudieron haber matado por eso”, sentenció la mujer. Barrios recibió un balazo con orificio de entrada, sin salida, en el omóplato izquierdo. Su cuerpo quedó tirado sobre el camino de tierra urbanizada hasta alrededor de las 10.30 de la mañana. Fue su hija de 19 años quien lo reconoció. El asesinato es investigado por la fiscal Georgina Pairola.