El miércoles el Ministerio de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos de la provincia oficializó la decisión de pagar recompensa de 1 millón de pesos para lograr la captura de Claudio “Morocho” Mansilla, uno de los evadidos el 26 de junio de la cárcel de Piñero junto a otros siete internos. Puntualmente la recompensa se ofrece a “quien aporte datos útiles que permitan dar con el paradero" del delincuente. En ese sentido, quienes puedan brindar esa información lo podrán hacer en forma anónima a los teléfonos de las fiscalías regionales de Santa Fe, 0342-4585540; Rosario, 0341-4861200/4721920; Venado Tuerto, 03462-408807; o Rafaela, 03492-453562.
El hombre buscado lleva su ferocidad marcada en la piel. Junto a la oferta ministerial se difundieron fotos del Morocho que muestran su cuerpo marcado por sus amores y sus odios y con múltiples tatuajes, desde nombres propios a calaveras y figuras paganas, casi semejante a un integrante de las temibles maras centroamericanas.
Cuando se viralizó el video de la fuga de la prisión la escena asombra: se escuchan los disparos entre los agentes penitenciarios y el grupo de al menos tres personas que llegaron en un auto para cortar el tejido perimetral de la cárcel con una amoladora mientras los presos se dan a la fuga por el agujero y el Morocho corre jugado. Además de Mansilla aún no fueron hallados son Daniel David Piscione y Martín Alejandro Cartelli.
El 22 de junio, cuatro días antes de la fuga, había comenzado un juicio oral y público contra Mansilla acusado por dos homicidios agravados por el uso de arma de fuego y la participación de un menor. Es que un cuñado del Morocho, de 16 años, fue quien convocó a las víctimas, Kevin Nieri y Leonel Bubacar Aw Borda, a dialogar con él la noche de septiembre de 2018 en que los acribillaron en la entrada de un pasillo de Lima al 2100. Tenían 16 y 18 años. Por ese doble crimen los jueces Hernán Postma, Nicolás Foppiani y Pablo Pinto condenaron en ausencia al prófugo a 25 años de prisión.
También Mansilla está acusado por instigar y pagar 100 mil pesos por el crimen de Mauricio Gómez, de 21 años, asesinado en la puerta de la casa de su abuela en Colombia y French en abril pasado.
Mansilla también estuvo vinculado a la banda de René “Brujo” Ungaro. Cuando éste se distanció de la banda de “Los Funes”, grupo con el que había mantenido la disputa ante los familiares del asesinado Roberto "Pimpi" Caminos, encontró en Mansilla una posibilidad para rearmar su gavilla.
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En 2008 Mansilla estaba preso en la Unidad 3 cumpliendo una condena por robo calificado, tenía 25 años y se lo vinculaba a un homicidio ocurrido en 2006. En marzo de aquel año dejó el penal con el permiso de una salida transitoria y nunca regresó. Dos meses después, a mediados de mayo, una ex pareja de Mansilla lo denunció en una comisaría porque el hombre la golpeó y le robó la moto. La policía lo fue a buscar a una casa de Pasco al 6000 y ahí lo detuvieron. En su poder tenía un revólver calibre 32, medio ladrillo de marihuana y 140 bolsas de la misma sustancia fraccionada que en total reunían un peso de 1,3 kilo.
El 3 de mayo de 2011, en tanto, el Morocho estaba detenido en la cárcel de Coronda ya condenado por un homicidio, aprovechó una salida laboral y se fugó gracias a la colaboración de dos mujeres. Una de ellas era su pareja de ese momento, una joven de 28 años llamada Pamela Escalla; la otra era María del Carmen S. Las dos lo esperaron en un auto en un camino lindero al penal y desde allí emprendieron camino por la ruta 11 rumbo a Santa Fe. Unos kilómetros más adelante un retén policial detuvo al trío y Mansilla debió volver a prisión.
Ocho meses más tarde Pamela Escalla fue a visitar a Mansilla a Coronda y fue asesinada a balazos. La madrugada del domingo 9 de enero la mujer bajó de un micro a unas cuadras de la cárcel, iba a pie con una familiar de otro recluso cuando un auto se les puso a la par y de él bajó otra mujer. La apuntada por el crimen fue María del Carmen S., la misma mujer que había colaborado meses atrás en la fuga de Mansilla.
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Viejas recompensas
Entre los nombres del delito que figuraron con ofrecimientos dinerarios por parte del gobierno para lograr su recaptura tras haber fugado de prisión se recuerda a Carlos Manuel Fiordellino, por quien en 2011 ofrecieron 100 mil pesos. Actualmente está en una prisión federal por causas vinculadas al narcotráfico y en más de una década acumuló al menos 25 antecedentes de todo tipo.
En tanto el Ministerio de Seguridad de la Nación ofreció en mayo pasado un millón de pesos para dar con el paradero del santafesino Facundo Crocco, acusado de haber intentado asesinar a su novia Carina Blangetti en Rufino el 14 de febrero.
Desde septiembre de 2019 la Nación también ofrece una recompensa de 500 mil pesos a toda persona que aportara datos sobre el paradero del narcotraficante santafesino Vicente Matías Pignata, de 34 años, sobre quien pesa un pedido de captura nacional e internacional.
Un caso emblemático es el de Raúl Martín Maylli Rivera, alias “Dumbo” un capo narco acusado de liderar una organización criminal en el barrio Padre Mugica, del barrio porteño de Villa Lugano, que se fugó en mayo de este año cuando fueron a buscarlo a la casa de dos plantas en la que se había instalado con su familia. El Ministerio de Seguridad nacional ofrece por datos sobre su paradero una recompensa de 5 millones de pesos.