Buenos Aires. — Los investigadores del doble crimen del matrimonio asesinado
a hachazos y cuyos cadáveres aparecieron el martes al costado de la ruta Panamericana, a la altura
de Campana, continuaban ayer con la búsqueda de los hijos de la pareja, de 8 y 12 años, que
desaparecieron el mismo día que sus padres. En tanto, los operativos de rastrillaje sólo
permitieron hasta anoche encontrar el auto incendiado de las víctimas.
Las autopsias revelaron que Marcelo Mansilla, de 41 años y empleado de
Petrobras, y Sandra Rabago, de 37, fueron asesinados a golpes en la cabeza con un hacha. Asimismo,
los forenses determinaron que la pareja habría sido ultimada en el mismo lugar del hallazgo y
llevaba al menos tres días sin vida.
Pericias. En el caso de Mansilla, los peritos determinaron que fue muerto de dos
hachazos, uno en la nuca y otro arriba de la oreja izquierda. El hombre tenía, además, cinta de
embalar tapándole la boca y los ojos y las manos atadas.
En tanto, los forenses encontraron que la mujer tenía las partes blandas y los
huesos de la cara comidos por perros y roedores. La presunción es que también fue asesinada de un
hachazo en el rostro y, a pesar de que tenía una puñalada en el hígado, no era perforante y
descartaron esa lesión como causa de la muerte. Los expertos también encontraron cinta de embalar
en la cabellera de la mujer.
A los peritos que revisaron la escena del crimen les llamó la atención que
ninguno de los cadáveres tuviera medias ni calzado, con lo que no descartan que hayan sido sacados
de su domicilio por la fuerza.
En la búsqueda de pistas, ayer la policía halló el Volkswagen Polo de la pareja.
Estaba cerca de la estación de trenes de Los Polvorines y, según las fuentes, se encontraba
completamente incendiado y le faltaban piezas como el motor, aunque no descartan que eso halla sido
producto del pillaje.
Los móviles. Los investigadores manejan la hipótesis de un crimen relacionado
con una venganza en base a la brutalidad de la mecánica de las muertes. Sin embargo, la
desaparición de los hijos de las víctimas, Agustín, de 12 años, y Milagros, que ayer cumplió 8, le
agrega más misterio a un caso sin sospechosos.
En ese sentido una de las líneas investigativas es que los chicos pudieron haber
sido dejados en custodia a algún conocido por la propia pareja porque sabían que estaban en
peligro.
A raíz de la desaparición de los niños, unos 50 policías rastrillaron ayer la
zona donde hallaron los cadáveres de sus padres mientras los familiares de las víctimas siguen sin
saber el por qué de los crímenes. "No nos esperábamos esto de ninguna manera, no sabemos nada, no
sabemos dónde están nuestros sobrinos, somos la única familia que tienen. A Sandra y a mi cuñado no
los vamos a recuperar, pero nos preocupamos por los nenes", dijo Silvia, una hermana de la mujer
asesinada.
Por su parte Miriam, otra hermana de la mujer, relató que el miércoles 23
"Sandra y su esposo fueron hasta la casa del padrino a llevarle la tarjeta del cumpleaños de la
nena que se festejaba ayer. Estuvieron hasta las 4 de la mañana cenando y esa fue la última vez que
los vieron con vida".El matrimonio volvió a su casa en José C. Paz, y a las 6.30 del jueves, el
auto "salió arando", recordaron los familiares, quienes se extrañaron ya que Mansilla entraba a
trabajar a las 5 en una estación de servicio de Petrobras. "No sabíamos si iba él, los nenes,
nuestra hermana, o si iba otra persona", dijeron. (Télam/DyN)