Diego Ochoa no se presenta como el barra clásico. Es cordial, mide las palabras y piensa antes de responder. Es frontal y no escapa a las preguntas del cronista.
Diego Ochoa no se presenta como el barra clásico. Es cordial, mide las palabras y piensa antes de responder. Es frontal y no escapa a las preguntas del cronista.
— ¿De qué vivía mientras era barra de Newell's?
— Yo toda la vida tuve comercios. Laburé con mis padres en la panadería, a los 18 años me independicé, tuve remises, después un cíber y dos video club.
— ¿Eso lo mantuvo durante tu liderazgo en la barra?
— No, sólo los dos videos. A uno lo cerré en 2009 y al otro lo tuve que vender por mi situación procesal. Pero toda la vida tuve comercios legales, habilitados a nombre mío.
— ¿Es un barra brava?
— Siempre me consideré un gran hincha de verdad, con los viejos códigos que sigo manteniendo. De barra brava te tilda la sociedad cuando quiere. Cuando ven un recibimiento hermoso dicen «mirá lo que hizo la hinchada». Cuando hay un acto delictivo dicen que sos barra brava. O el mismo periodismo, que cuando le conviene o para llegar a más lectores escribe sobre la barra. Siempre me consideré parte de la hinchada y durante varios años la conduje. Es algo que me gustaba mucho, me apasionaba. Hoy me nombran Newell's y lo veo lejos, pero todos los días abro mi bolso para cambiarme y no tengo otra vestimenta que no sea la de Newell's.
— ¿Cómo ve la saga de crímenes que se dio tras su gestión y a la que se lo vincula?
— Desde que dejé todo no hay una nota relacionada con los problemas en Newell's en la que no me nombren. Me encajan como sea. Está bien, uno formó parte de la hinchada...pero
— ¿Piensa que hay un sector de la prensa ensañado con usted?
— No se si es ensañado, pero si que obra de mala fe. Es ilógico que me sigan vinculando cuando ya estoy alejado del club.
— Usted no querías droga en la tribuna y hoy hay una lucha para bajarla a la popular.
— Me da pena eso. Por la gente que va todos los días al club. Cuando había público visitante éramos un ejemplo a nivel nacional y hoy no se puede viajar a ningún lado. Y eso es por todo la malo que está pasando.
— ¿Qué siente cuando ve que la descendencia de Pimpi está en la tribuna otra vez?
— Yo a Pimpi no lo enfrenté. Fuimos a un acto eleccionario donde se terminó la era Eduardo López y llegó al gobierno Llorente y su gente. Además hablan de una rivalidad con Pimpi y no existió entre nosotros un acto de violencia. En los años que estuvimos nosotros jamás la gente de Pimpi vino a copar la tribuna. ¿Qué problema había con la gente de Pimpi? Ellos terminaron su gestión; llegó otro gobierno y nosotros estuvimos en la hinchada.