Una foto de un evento de la familia Funes es, puesta en perspectiva, una muestra gráfica de lo que ha significado la última década en los barrios Tablada, La Bajada, el Municipal y el Parque del Mercado. Una postal repleta de asesinatos, detenciones y pérdidas por homicidio a granel. Los Funes perdieron asesinados a Mariela Miranda (en marzo 2016) y a sus hijos Ulises (en enero de 2018) y Jonatan “Bam Bam” (en febrero 2018); y sufren la detención de sus hermanos Lautaro “Lamparita” (desde septiembre de 2017) y Alan (desde enero de 2018). En ese marco fueron protagonistas de una guerra contra las huestes conducidas por Alexis Caminos, una disputa que en dos años se saldó con una treintena de homicidios. Y como colofón de todo, este jueves sobre la familia se abrió un nuevo capítulo judicial cuando el fiscal Gastón Ávila, en el marco de la investigación del asesinato de Mariel Lezcano ocurrido el pasado miércoles ordenó una serie de 10 allanamientos haciendo foco en “las mujeres” de la familia Funes. Si bien no hubo detenciones fueron sobre la abuela, las parejas de Lautaro y Alan, y la compañera de Jorge “Gordo” Funes, quien quedó preso a pedido de la Justicia Federal pero desvinculado provisoriamente de ese homicidio. En los procedimientos se incautaron 23 celulares, 200 mil pesos, dos autos, dos pistolas calibre 9 milímetros, un fusil FAL y dos chalecos antibalas.
En la casa de Jorgelina Andrea “Chipi” Selerpe, pareja de Alan Funes, efectivos de la Dirección de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) secuestraron celulares y un Volkswagen Voyage blanco. Chipi tiene 28 años y es madre del hijo de Alan, de 4 años. La joven fue detenida en mayo de 2017 durante el operativo "Los Miserables", puntapié para desbaratar la banda que conducían en barrio Tablada René "El brujo" Ungaro y los hermanos Funes. Está en prisión domiciliaria cumpliendo una condena homologada en un proceso abreviado durante abril de 2020 a tres años de prisión efectiva. El 16 de junio pasado el monoblock en el que reside, en Callao al 3900, fue atacado a balazos con calibre 9 milímetros.
En la vivienda de la abuela de Lautaro Funes incautaron un fusil semi automático (FAL), tres cargadores (uno de ellos con 18 proyectiles, otro con 20 balas calibre 7.62 y el restante vacío), dos pistolas calibre 9 milímetros, tres cargadores de pistola 9 milímetros con 40 municiones, dos chalecos antibalas camuflados, una máquina de contar billetes y un recipiente plástico con la inscripción en su tapa “Lautaro Funes”. En la casa de la abuela de Alan, en tanto, incautaron alrededor de 200 mil pesos. Del domicilio de la pareja de Lautaro se llevaron una Honda Wave de 110 centímetros cúbicos roja similar a la descripta por testigos como en la que se movilizaba el sicario que asesinó a Mariel Lezcano.
>> Leer más: Las condenas que sellaron un capítulo de "La banda de René"
También fue allanada la casa de Fabián Alejandro “Alejo” D., el hombre de 21 años detenido minutos después del crimen de Lezcano, también se incautó una Honda Wave de 110 cc roja con papeles a nombre de su tía. Este viernes a la tarde Alejandro D. fue acusado por el fiscal Ávila por el delito de portación ilegítima de arma de fuego por la pistola calibre 9 milímetros y la caja de municiones que le secuestraron al ser detenido en una vivienda de pasillo de Chacabuco al 4100 horas después del crimen de Lezcano. Junto a él fue demorada una de las hermanas Funes, de 16 años, aunque recuperó la libertad horas más tarde. En principio el muchacho no estaría vinculado al homicidio.
El único detenido en el operativo de este viernes fue Jorge “Gordo” Funes, padre de los hermanos que conforman la banda que lleva su apellido. Pero el hombre, a quien localizaron en su casa de la localidad de Alvear, tampoco fue vinculado con el asesinato del miércoles y quedó tras las rejas por una captura activa del Juzgado Federal 3 de Rosario del 1º de junio de 2018.
image (60).jpg
Mariel Lezcano, asesinada el miércoles pasado en la puerta de su casa.
El crimen
El miércoles, pasadas las 18.20, dos hombres en una moto roja sin patente estacionaron frente a un pasillo ubicado en Ayacucho al 4300, entre Ameghino y Uriburu. El acompañante rápidamente bajó, cruzó la avenida e ingresó al pasillo donde vivía Lezcano junto a su madre, su pequeño hijo de 3 años y algunos de sus siete hermanos. Tocó la puerta de la casa de Lezcano y cuando la joven de 21 años abrió la puerta el sicario le disparó a la cabeza. Cuando la mujer cayó agonizante, realizó otro disparo que la impactó en la cadera. Mariel murió ante la mirada de su hijito, su hermana de 13 años y otros dos menores que merendaban con ella. La chica vivía a metros del lugar donde la tarde del 11 de marzo de 2016 asesinaron a balazos a Mariela Miranda, madre de dos de los hermanos Funes. Ese asesinato fue el puntapié inicial para una guerra que entre 2016 y mediados de 2018 tuvo un saldo de una treintena de homicidios, la mayoría en Tablada y los monoblocks del Municipal y el Parque del Mercado.
>> Leer más: Acribillaron a tiros una casa y dejaron una nota intimidante debajo de la puerta
Una vez concretado el asesinato el sicario volvió sobre sus pasos, subió a la moto que lo esperaba y fugó por Ayacucho hacia el sur. En ningún momento se sintió amilanado por la cámara de videovigilancia instalada a tres metros de la escena del crimen donde quedaron dos vainas servidas. “Claramente fue una ejecución. Vinieron a riesgo de que por ahí ni siquiera importaba quién era la víctima. Dispararon apenas abrieron la puerta. Esto claramente es un mensaje a la familia que vive ahí”, explicó la noche del asesinato el fiscal Ávila. Según indicaron fuentes de la pesquisa, el frente de la vivienda ubicada detrñas del lugar donde residieron los Funes hasta el crimen de Miranda fue atacado al menos tres veces: en agosto de 2018, octubre de 2019 y el 10 de abril pasado cuando desconocidos dispararon y arrojaron una bomba molotov.
image (61).jpg
Uno de los lugares allanados: Callao al 3900.
Lezcano había sido condenada en agosto pasado a seis años de prisión por la Justicia Federal como integrante de una banda dedicada al narcomenudeo comandada desde prisión por René "El Brujo" Ungaro. En ese juicio, además de Lezcano y Ungaro fueron condenadas otras doce personas, entre ellos los hermanos Alan y Lautaro Funes y Carlos Jesús “Pelo Duro” Fernández. Por aquellos días los Funes y El brujo militaban en el mismo equipo. Pero en la calle se comenta que ahora están distanciados, algo que puede variar de la noche a la mañana.
>>Leer más: "No los denuncié por miedo y por ese miedo mataron a mi hija"
“A mi hija la metieron en una causa por juntarse con una chica que trabajaba para los Funes (cayó detenida junto a la también condenada Brisa Amaral). Pero Mariel no tenía problemas con nadie, nunca estuvo presa”, contó a este diario Gisella, la madre de la víctima. Cuando Brisa Amaral tenía 18 años fue testigo del crimen de Jonatan Bam Bam Funes, ocurrido el 4 de febrero de 2018, a 700 metros de la cárcel de Piñero, en el cruce de las rutas 14 y la A-012 y cuando salía de la prisión tras visitar a su hermano detenido.
La madre de Lezcano contó que tiempo atrás las dos habían sido amenazadas por negarse a vender drogas para la banda. “No los denuncié por miedo y por miedo mataron a mi hija”, agregó la mujer. En cuanto al móvil del crimen, algunos vecinos indicaron que la chica asesinada tenía un conflicto de vieja data con Chipi Selerpe. Los investigadores tienen como una hipótesis, no la única, que Lezcano vendía estupefacientes en territorio de los Funes. Primero para la banda de los hermanos y luego dejó esa marca para pasarse a otra de la competencia, lo que habría motivado su ejecución.