El crimen del futbolista Pablo Conti, ocurrido una semana atrás durante un
incidente ocurrido frente a un boliche de la ciudad de Pérez,dividió las aguas y generó sensaciones
encontradas en una comunidad que aún no sale del asombro. Están quienes expresan su bronca y su
dolor por la absurda muerte del jugador y quienes se solidarizan con Daniel Lungo, el propietario
de la disco detenido y acusado de haberle asestado la puñalada mortal a la víctima. También son
diametralmente opuestas las versiones de las familias de ambos involucrados en el trágico hecho. Lo
cierto es que el crimen polarizó las miradas que tienen los habitantes de la ciudad con relación a
los dos principales protagonistas de la historia y esas percepciones se mezclan con la indiferencia
de otros..
“Pablo presente. Los pibes”. Dice una leyenda pintada en una vieja
pared apenas se ingresa a Pérez. “Nunca te olvidaremos”, reza un graffiti estampado en
una pared cercana a la comisaría 22ª. Y más adelante, ya en los muros del boliche donde todo
ocurrió, otras pintadas marcan el disgusto y la bronca de los allegados a Pablo Conti: “Lungo
y Testa asesinos”, dice una en referencia a los dueños del boliche; “Josué Testa,
asesino. Keremos justicia”; “Corsalini (Darío, el intendente de la ciudad) keremos
justicia”, dejaron escrito con aerosol en la esquina de Belgrano y 9 de Julio, donde se
levanta Galileo.
Los testimonios son diferentes de acuerdo a quien los cuente. Para algunos,
Lungo era un “hombre de la noche” que se jactaba de “tener una navaja en el
auto”. “No sé lo que le pasó. Es el hijo de un médico reconocido en Pérez. Es el único
cirujano de la ciudad y atendió a medio pueblo”, comentó alguien que conoce sus pasos. Para
otros, Pablo era “el líder de una banda que se enfrentaba con otros grupos por una disputa
territorial”, algo que la familia Conti desmintió con firmeza.
El brutal hecho provocó el relevo del jefe de la seccional 22ª después de diez
años de trabajar en esa localidad y del jefe del Comando Radioeléctrico de Pérez por decisión del
Ministerio de Seguridad. El desplazamiento de los oficiales se presentó oficialmente como un paso
para contribuir “a la investigación del caso”, pero la actuación del ex titular de la
seccional fue duramente cuestionada por los parientes de Conti. “Los policías que cumplían un
servicio adicional en el boliche y los que estaban en la comisaría 22ª permitieron todo tipo de
irregularidades antes, durante y después del asesinato de mi hijo”, aseguró a La Capital
Claudio Conti, el padre de Pablo.
Y las respuestas a esos cuestionamientos, algunos vecinos las encuentran en una
faceta laboral del médico Angel Lungo, padre del acusado por el crimen. “Siempre fue médico
de la policía, trabajaba como forense del pueblo”, aseguraron quienes hablaron con este
diario.
El crimen de Pablo ofreció desde el primer día diferentes relatos. Lo que se
pudo reconstruir a partir de la declaración de testigos todo se inició cuando un amigo de Conti
discutió con Lungo en el interior de la disco Galileo. El pleito se extendió a la calle y allí el
muchacho le propinó “una paliza” al dueño del boliche. Entonces, Lungo regresó al local
y le comentó lo sucedido a su socio, Josué Testa. Tras ello los dos hombres salieron a la vereda.
Ya para entonces Conti y un tercer muchacho habían sido expulsados del boliche por los patovicas.
Cuando los dueños de la disco se toparon con el grupo se armó la batahola que derivaría en
fatalidad.
Hay testigos que aseguran que Pablo quiso calmar los ánimos y le gritó a Daniel:
“Pará, la pelea fue uno contra uno”. Pero el dueño de Galileo no lo escuchó, regresó al
local y volvió con una faca en sus manos. El desenlace es conocido. Lungo, según la acusación
preliminar, le asestó una cuchillada mortal en el tórax a su contrincanteque intentó frenar la
arremetida diciéndole: “Pará que ya me pinchaste. Para qué vamos a seguir peleando”.
Tras la puñalada, Testa, según este relado, lo “estrelló contra un árbol”.
Mientras el juez Juan Andrés Donnola avanza con la investigación del episodio,
en Pérez las aguas siguen divididas. Aunque de uno y otro lado hay una clara demanda que unifica
las partes: Justicia.