Los investigadores del tremendo asesinato de Daiana Magalí Irrazábal, la chica de 24 años ejecutada balazos junto a Gonzalo Federico Urrieta de 21, entienden que el ataque no tiene un móvil claro, porque en su corta vida la joven estuvo vinculada a muchos frentes de conflicto por sus relaciones personales. Ella fue una de las personas que declaró como testigo de 2013 contra la familia Cantero cuando mataron, en una Nissan Frontier, a su entonces novio Nahuel César, en un atentado en el que también murió la madre de éste, Norma Cesar, y el conductor del vehículo, Marcelo Alomar. Pero en 2016 ella estuvo presente en el momento en que asesinaron a su siguiente pareja, Maximiliano Moreno, atravesado por nueve balazos en su casa de Chacabuco al 3800, de la que ella escapó cuando llegaron los tiradores.
El doble asesinato de Irrazábal y Urrieta la madrugada del sábado en Dorrego al 3900, en barrio Moreno, se asoció rápidamente con la condición de testigo de la mujer en la investigación contra Los Monos. Ella declaró el 4 de junio de 2013 ante la fiscal Cristina Herrera sobre los detalles del día previo al triple asesinato frente al Distrito Sudoeste, dos días después de que mataran a Claudio "Pájaro" Cantero, líder de la banda de barrio La Granada. Pero además de eso en el legajo del doble homicidio que instruyen en la Fiscalía de Homicidios de Rosario se barajan más circunstancias problemáticas.
Entre estas se conecta a la mujer fallecida, según el Ministerio Público de la Acusación (MPA), a negocios con estupefacientes. También en el caso del homicidio en 2016 de Maximiliano Moreno, ella fue mencionada como presunta entregadora, en una línea que no prosperó por falta de evidencia. A la madre de Daiana Irrazábal informaciones acopiadas por la Policía de Investigaciones (PDI) la señalan conectada por intereses comerciales con la familia Ungaro, enemigos de Los Monos. Además como se dijo la mujer fue testigo que terminó pesando contra Los Monos. "La agresión pudo venir de cualquier lado", resumió uno de los investigadores.
"El domingo que lo matan a Cantero yo me enteré por el Facebook y se lo comenté a Nahuel. Le dije que tendríamos que cuidarnos porque se comentaba que había sido su hermano Milton el autor y temíamos represalias de los Cantero. Al día siguiente el Colorado le mandó un mensaje a Nahuel diciendo que lo habían matado a Demarre. Nahuel tenía miedo porque sabemos de lo que son capaces los Cantero", dijo Daiana en Tribunales.
El Colorado Claudio Hernández también iba en la Nissan Frontier donde hubo tres muertos y salvó la vida tras recibir el roce de un balazo. Diego Demarre era el dueño del boliche frente al cual mataron al Pájaro y lo habían matado un día antes del triple crimen. Cuando en febrero pasado Daiana fue como testigo al Nuevo Centro de Justicia Penal para declarar en el juicio a Los Monos sostuvo haber olvidado todo lo que contó en 2013.
Lo mismo había pasado con Diego Germán Romero, otro testigo de la causa Monos que fue asesinado el 4 de agosto. Con lo que dijo Romero en la instrucción del caso se llenaron cinco fojas. En febrero pasado sostuvo haber inventado todo por presión judicial. Tanto en los casos de Irrazábal como de Romero, en el fallo condenatorio los miembros del Tribunal dieron crédito a las declaraciones iniciales, señalando que el no reconocimiento posterior de lo que habían señalado en detalle se explicaba por el miedo de reiterar esos dichos comprometedores delante de los imputados.
Pese a la sugestiva circunstancia de ser testigo de cargo contra Los Monos, tanto en el MPA como en la PDI están lejos de dar por sentado que el asesinato de Daiana Irrazábal esté relacionado con ese grupo. Sucede que Daiana estuvo como se señaló en estrecha vinculación con personas ligadas al mundo del delito. Nahuel César era hermano de Milton César que tiene un historial penal de ilícitos reiterados. Y la posterior pareja de Daiana, Maximiliano Moreno, le atribuían dos homicidios. Al momento en que lo mataron de nueve tiros en su casa de barrio Tablada, Moreno se encontraba con arresto domiciliario ya que, luego de haberse escapado de una cárcel en una recordada fuga en la que intercambió su vestimenta con un hermano que lo había ido a visitar, había sido baleado.
Como en una película
A Daiana la ejecutaron el sábado a la madrugada en la casa de una amiga a la que llegó a visitar manejando un Fiat Palio a las 2.10 de la madrugada, un horario que por lo inusual llamó la atención a los investigadores del caso. A los diez minutos alguien que no está identificado irrumpió a la casa y le disparó a ella un tiro en la cabeza. A Urrieta, que trató de impedirle el avance, también le disparó. Ella murió en el acto y él camino al hospital.
Testigos del doble homicidio refirieron detalles reveladores de la ferocidad del ataque. Afirmaron que fue en dos secuencias. Primero los tiradores dispararon desde afuera contra la puerta. Pero que luego entraron a la casa de Dorrego al 3900 y ejecutaron a las dos víctimas.
Daiana criaba dos hijos pequeños. Uno lo tuvo con Nahuel César y el otro con Maximiliano Moreno. Con la muerte violenta de la mujer los niños terminan por quedar huérfanos.