René “Brujo” Ungaro fue situado como el único organizador de una banda dedicada al narcotráfico que en los últimos años se impuso a fuerza de violentos delitos en los barrios Tablada y Municipal. Un tribunal federal que lo juzgó junto a catorce personas le asignó ese rol al condenarlo a 12 años de prisión por de tráfico organizado de drogas, mientras que los hermanos Alan y Lautaro Funes fueron condenados a 9 años de cárcel por el mismo delito pero sin una posición de liderazgo en la banda. “El fallo resaltó el rol directriz de René. Podemos discutir si son todos parte de una misma empresa o cada uno administra su sector, pero hay una clara preeminencia de René por razones no sólo de tráfico de drogas sino por su posición jerárquica en el barrio”, analizó el fiscal Federico Reynares Solari, quien acusó al grupo.
Ungaro y los hermanos Funes escucharon sus condenas la mañana del jueves tras sus recientes traslados a cárceles federales bonaerenses como efecto de la espectacular fuga de ocho presos de la unidad 11 de Piñero. Uno de los prófugos sindicado como posible planificador del escape _Claudio “Morocho” Mansilla_ era un hombre cercano a René. Esa cárcel fue motivo de una alusión especial en el fallo: los jueces Otmar Paulucci, Ricardo Moisés Vázquez y Germán Sutter Schneider dispusieron informar al Gobierno de la provincia que los delitos tratados en el juicio se ordenaron desde ese establecimiento penitenciario. Las órdenes fueron captadas en escuchas entre mediados de 2017 y comienzos de 2018.
En aquel momento se detectó que “había una conexión íntima” entre Ungaro y los Funes, según señaló Reynares, si bien en círculos judiciales se estima que por estos días estarían distanciados. Lo que surgió de las escuchas fue que entre ellos funcionaba una suerte de asociación con fines lucrativos pero “con una subordinación de los hermanos, que reconocen la jerarquía superior de René”. El fiscal había solicitado en sus alegatos que se les asignara el rótulo de organizadores también a Alan y Lautaro, pero el fallo le adjudicó la voz de mando sólo al “Brujo”.
“La valoración del fallo es muy buena porque pudimos probar todos los planteos, salvo en tres casos en los que la prueba era más débil y se dictaron absoluciones. No quisimos acordar juicios abreviados porque si bien la actividad comprobada era de narcomenudeo, esta es una realidad que impacta fuerte en los barrios donde la violencia asociada al narcotráfico genera condiciones complicadas para convivencia social”, indicó Reynares, quien respaldó el pedido de altas penas en ese contexto urbano.
Así, si bien el volumen de circulación de drogas detectado no se consideró significativo, sí se registró que “el tema del control territorial requería de un esfuerzo contante” por parte del grupo y se ejercía con mucha violencia: “Había un despliegue territorial y un control que tenía que ser defendido todo el tiempo”. Es lo que evidenciaron las escuchas ordenadas cuando René ya estaba en prisión, donde cumple condena desde 2011 por el asesinato del ex jefe de la barra de Newell’s Roberto “Pimpi” Caminos.
Desde Piñero, la organización a su mando se consolidó y se expresó en incidentes como los de agosto de 2019, cuando una ataque a tiros frente a la cárcel desnudó un negocio ilegal con la venta de turnos para el ingreso en los días de visita. La condena federal para René y su gente llegó dos meses y medio después de que el “Brujo” fuera sentenciado en un juicio oral de la Justicia provincial. En ese ámbito fue sentenciado a 7 años de prisión como jefe de una asociación ilícita por la que ya habían sido condenadas otras 14 personas en procedimientos abreviados.
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En ese juicio que afrontaron juntos, Alan Funes fue condenado a 36 años de prisión por integrar la organización y por el crimen de Marcela Díaz, cometido en el marco de la guerra con los descendientes de Pimpi nucleados en “la banda de Alexis”. La mujer sabía que la buscaban para matarla y por eso debía abandonar la ciudad antes de fin de 2017. La noche del domingo 16 de enero de 2018 volvió a su casa a buscar ropa. Cuando se iba con su novio en una moto fue acribillada desde un Volkswagen Suran en pasaje Lejarza al 5600.
En ese crudo escenario con víctimas fatales en ambos bandos, la fiscal Gisela Paolicelli comenzó a investigar una serie de hechos violentos en los barrios Tablada y República de la Sexta que tenían en común denuncias de amenazas armadas y usurpaciones de viviendas cuyas víctimas atribuían a “La banda de René”. En mayo de 2017 la Policía Federal realizó 33 allanamientos con ocho imputados y en marzo del año siguiente hubo otro gran operativo con más detenidos en el sur rosarino y Villa Gobernador Gálvez.
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Se determinó que la banda operaba organizada en subgrupos que cometían desde robos y amenazas hasta usurpaciones para instalar quioscos de droga o dominar el territorio. Por el claro trasfondo de narcotráfico _con transacciones de droga aludida como “remeras”, “flores”, “polenta”, “bolsos”, “ropa”, “pantalones”, “cocacola” o “milanesa” en las escuchas_, la misma evidencia dio base a la causa federal que cerró ayer.
En su veredicto, el tribunal de Oroño al 900 no unificó las penas de René y Alan con las recientes condenas provinciales porque aún no están firmes. Tampoco con la condena a 11 años que cumple Ungaro por instigar el crimen de Pimpi porque ésta ya fue unificada en el trámite provincial. De modo que esa cuestión, reclamada por la acusación, deberá esperar a que el fallo sortee apelaciones ante la Cámara de Casación.
Las penas, una por una
En el esquema definido por la sentencia, de la que se conocerán los fundamentos el 12 de agosto, Ungaro recibió la pena más alta como quien daba las órdenes. Por debajo, los hermanos Alan y Lautaro recibieron 9 años de prisión por el delito de tráfico organizado. A este último la pena se le unificó en 14 años con una anterior. “Queda claro que coordinan el traslado del material estupefaciente para ser vendido”, así como “el control final sobre todo lo que se hacía en los puntos de venta”, había dicho de ellos el fiscal.
Un escalón más abajo, pero con la misma pena, se le asignó peso a Carlos Jesús “Pelo Duro” Fernández, recordado desde adolescente por una serie de delitos y condenado en 2018 por un homicidio. Las dos penas se convirtieron ahora en una sola a 21 años. Brisa Amaral, la amiga de Jonatan Funes que lo acompañaba cuando lo acribillaron en una emboscada frente a la cárcel de Piñero el 5 de febrero de 2018, recibió 8 años. Su pena se unificó en 9 años y medio con la condena provincial a 3 años por participar de la asociación ilícita, monto que había aceptado en un juicio abreviado.
De Daniela Ungaro el fiscal dijo en sus alegatos que “tenía suficiente dominio para la obtención y distribución de material estupefaciente”, ya que en su casa se encontraron envoltorios de marihuana, cocaína y una balanza. Le dieron 6 años de prisión que se unificaron en 7 años y medio con una pena anterior. También recibieron 6 años Kevin Oviedo, considerado un “eslabón intermedio” y Mariel Soledad Lezcano, detectada en escuchas al colaborar con el grupo.
Las penas más bajas fueron de 3 años y medio de prisión para los considerados partícipes secundarios de la actividad de tráfico. Se trata de Enzo Romero Giménez, a quien se le unificó con otra en 4 años de prisión efectiva; Daniel Meli, unificada en 5 años; Néstor “Tatú” Finamore, y Gastón Benardinelli. En tanto que Solange Correale (hija de Daniela Ungaro), Sasha Samira Leiva y Maximiliano Canal aparecían como los últimos eslabones y fueron absueltos.