Si bien el fenómeno está lejos de desaparecer, julio podría marcar importante descenso en la cantidad de balaceras y ataques a balazos amenazantes en la ciudad. En septiembre del año pasado la fiscal regional María Eugenia Iribarren indicó que en Rosario “hay días en los que hay 20 balaceras”. Esa cifra durante el presente mes se instaló en un promedió de “5 ataques a balazos” por día. Sin embargo, en la Unidad Fiscal que investiga balaceras ligadas a la intimidación pública, la amenaza y la extorsión por fuera de los ataques sobre las personas no quieren “ser optimistas”.
En las últimas semanas “hubo un marcado descenso en relación a las que se produjeron en principio de año”, indicó la fiscal Valeria Haurigot, aunque recalcó que “son procesos en las que las cifras oscilan y habrá que esperar en que número real se estacionan”, explicó. Las motivaciones continúan siendo las de uso y costumbre: intimidación pública por deudas incumplidas, usurpaciones y ajustes de cuenta. “El 95 por ciento de los hechos se ordenaban desde la cárcel”, indicó la fiscal.
¿Las causas del descenso? Un hostigamiento público contra los tiratiros, varios de ellos llevados a audiencias imputativas o condenados en procesos abreviados como el caso de los tiratiros Brian Agustín Morales y Yair Sergio González, ambos de 23 años, que en julio del año pasado se filmaron disparando en un departamento del barrio de La Carne y fueron condenados a 4 años de prisión en proceso abreviado. “No solo se avanzó sobre la provisión de armas y los líderes de las organizaciones, sino también sobre los que saben manejar armas”, indicó la fiscal que junto a sus pares Federico Rébola y Pablo Socca componen la unidad puesta en escena del año pasado.
“Hubo un descenso marcado que se dio después de la fuga de Piñero. Es un fenómeno estadístico en el que se produce una tendencia después de una acción del Estado se produce una contratendencia que no alcanza para quebrar y generar una nueva tendencia. Luego del quinto pico de una tendencia determinada, acompañada por acciones del Estado, puede empezar a bajar o generarse una nueva tendencia. Después de los traslados de la cárcel de Piñero las balaceras bajaron. Luego hubo un repunte. Se generó otra tanda de allanamientos sobre tiratiros y volvió a bajar”, explicó la fiscal. “Cuando el Estado actúa hay un descenso en la cantidad. Después se acomoda”, agregó.
Balas amenazantes
Sin embargo el fenómeno está lejos de terminar. Son hechos en los que los fiscales trabajan sobre el hecho consumado. En las últimas horas se conocieron al menos cuatro ataques con diferentes motivaciones. En pasaje Gandhi al 5500, en inmediaciones de la Plaza Claudio “Pocho” Lepratti, una vivienda fue atacada este miércoles por la noche. Los peritos recolectaron 9 vainas servidas y comprobaron impactos en un Fiat Duna Weekend, un Renault 4 y un parrillero de material que está sobre la vereda. No hubo heridos. En pasaje Buceo al 4200, barrio Acindar, una camioneta estacionada recibió un par de disparos. Y en Garay al 4300, barrio Avellaneda Oeste o Villa La Boca, una vivienda fue baleada y por Whatsaap le advirtieron al inquilino que pagara 50 mil pesos o debía devolverle la “casa al Mono”. La nota estaba firmada “atentamente, la mafia”. El plazo para pagar era este miércoles por la noche. La víctima hizo la denuncia.
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El más grave de los ataque se produjo al filo de la medianoche del miércoles cuando un hombre de entre 25 y 30 años fue atacado a balazos en cercanías de Garzón y Doctor Riva, en barrio Bolatti. El hombre recibió heridas en el tórax y el cuello. Los vecinos contaron que el hombre fue perseguido, acorralado y atacado a balazos. En el lugar los peritos recolectaron un plomo y una vaina servida calibre 9 milímetros. El hombre herido fue asistido en el Hospital de Emergencias, donde quedó internado en grave estado. Al cierre de esta edición la víctima del ataque no había sido identificada.
Si bien no terminó en un ataque a balazos, dos personas _hombre y mujer_ fueron detenidos este miércoles por la noche cuando circulaban por el Pasaje 1349 al 3800, barrio Antártida Argentina, a bordo de un auto BMW color blanco. Al ver un móvil de Policía Comunitaria el BMW se puso en fuga, pero tras una breve persecución fue detenido. A los aprendidos se le secuestró una escopeta 12/70 con cuatro cartuchos.
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Este martes la unidad fiscal que investiga balaceras cerró un proceso abreviado a 4 años de condena sobre dos tiratiros: Yair Sergio González y Brian Agustín Morales. Los mencionados fueron acusados por dos hechos de portación ilegal de arma de fuego y un tercer hecho de portación ilegal de arma (de fugo de uso civil), lesiones leves agravadas por el uso de arma de fuego e intimidación pública intimidación pública en concurso real. El más grave de estos se produjo el mediodía del 31 de julio de 2020 cuando ambos salieron a bordo de un VW Gol Power y mientras disparaban contra un grupo de personas en inmediaciones de Alzugaray y Bermúdez. Un tercer pasajero del auto comenzó a filmar un video con su teléfono celular, que rápidamente se viralizó a mediados de noviembre del mismo año.
“Tirale, tirale. Tírale ahí también, tirale ahí noma. Ehaaa! A pleno! Como para lo gile… a ese también PUM!!! Aflojale…a lo gato eso que miraban todo mal también… a uno le pegaste. Ese que se cayó en el piso...no importa ese es el hermano….”, es el diálogo en el frenesí entre detonaciones y balas que surcan el espacio aéreo del barrio De La Carne. Uno de esos proyectiles impactó en Brian C., quien resultó herido en el pie derecho. La víctima primero identificó a sus agresores, pero luego generó otra declaración para tratar de desincriminar al imputado Morales.
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La fiscal Haurigot, de la Unidad Especial creada por la balaceras, atribuyó ese hecho a Morales y González, que fueron detenidos la madrugada siguiente, a las 2.20 del 1 de agosto, en Ituzaingó al 7000. Un año más tarde la fiscalía y la defensa de ambos acusados presentaron ante el juez Núñez Cartelle un acuerdo abreviado por el hecho. González y Morales reconocieron la balacera y la portación del arma de fuego y tras prestar consentimiento el magistrado homologó el acuerdo condenando al dúo a cumplir cuatro años de prisión por los delitos de portación de arma de fuego, resistencia a la autoridad, lesiones leves agravadas, intimidación pública y tenencia ilegítima.