Martín es uno de los clientes que estaba en la noche de este domingo en la parrilla El Establo, de Pellegrini al 1700, cuando se produjo el ataque a balazos que hirió a uno de los mozos del establecimiento. Fueron instantes de extrema tensión, en un salón que estaba prácticamente colmado de comensales que terminaron tirándose al piso para evitar las balas.
De hecho, un proyectil rompió una botella de vino en una mesa y los vidrios le causaron cortes en una pierna a una mujer que cenaba con su pareja y un grupo de amigos. Otro detalle que narraron otros testigos, y que describe el accionar de los delincuentes, tuvo que ver con la seña que el pistolero hizo a un parrillero para que se corriera de la línea de fuego.
Martín contó este lunes de primera mano lo ocurrido anoche en uno de los locales gastronómicos más conocidos y tradicionales del Paseo Pellegrini, ubicado a apenas dos cuadras de los tribunales provinciales y frente a una estación de servicios.
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“Estábamos de festejos por el cumpleaños de mi suegro, terminando de comer. En un momento, yo me levanté para ir al baño. Cuando estoy volviendo a la mesa, me encontré con los mozos gritando tírense todos al piso, están baleando el frente. Fue un caos total. Me fijé que mi familia estuviera bien y nos fuimos hacia la cochera, que está en la parte trasera del local", rememoró Martín en declaraciones a distintos medios.
El muchacho recordó que con sus familiares anoche habían ocupado una mesa grande que está más cerca de las cocheras que del frente del local y que sus allegados estaban todos bien tras la balacera.
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“Teníamos a una pareja amiga, que comía a tres metros nuestro, y una bala pegó en la botella de vino que estaba en la mesa de ellos. La novia de mi amigo se cortó la pierna con un vidrio. Pero estaban todos bien”, remarcó Martín.
El joven también fue testigo de cómo los mozos del restaurante auxiliaban al compañero que había recibido un impacto de bala en el omóplato. “Los mismos empleados lo subieron a un auto y se lo llevaron a un hospital”.
“Es una locura lo que pasó a las 11 de la noche en la avenida Pellegrini. El lugar estaba lleno de gente. Nosotros estábamos en una mesa grande. Delante nuestro había otra mesa más grande aún y en la de mi amigo eran seis comensales. Y para adelante del salón había cualquier cantidad de mesas ocupadas. Fue impresionante cómo la gente se tiró al piso”, describió el testigo de la balacera.
Martín, una vez que se pudo reponer de la impresión y comprobar que sus familiares y allegados estaban bien, intentó obtener más detalles en especial de la secuencia o instantes previos y posteriores a la balacera. “Me contaron que el hombre que estaba con el arma le dijo al parrillero que se corriera y cuando el empleado se corrió empezó a disparar. Me dijeron que estaba en moto y que se fue en contramano por Italia”.
En el momento de los disparos “había muchas mesas libres porque la gente había salido a fumar, por suerte. Si llegaban a estar todos en las mesas esto hubiese sido un desastre. La bala que pegó en la botella de la mesa de mi amigo, si alguna persona estaba de frente a esa botella le pega en el pecho. Una locura total”, subrayó el testigo.