La denuncia de una mujer por el vaciamiento de una casa de fin de semana de Granadero Baigorria
derivó de modo inesperado en el secuestro de documentación perteneciente a Roberto Pimpi Camino, el
ex líder de la barra brava de Newell’s asesinado de cinco tiros el viernes a la mañana. Con
la sospecha de que ese material podía vincularse con la investigación del crimen la policía realizó
dos allanamientos y detuvo por el robo a un hombre que habría trabajado como chofer del ultimado
jefe de la hinchada leprosa. Anoche se secuestró el auto BMW perteneciente a Pimpi con el cual
presuntamente fue trasladado al hospital, que era sometido a pericias.
La aparición del nombre de Roberto Camino en algunos documentos que encontraron policías de la
comisaría 24ª de Granadero Baigorria en una casa del barrio Martín Fierro, detrás del Hospital Eva
Perón, convirtió un procedimiento de rutina por un robo en ausencia de sus dueños (lo que en la
jerga se conoce como “escruche”) en el operativo más relevante de la jornada de ayer,
que incluso convocó al lugar al que juez que investiga el homicidio, Javier Beltramone. La casa, se
detectó, había sido alquilada dos meses atrás por Pimpi, que solía usarla como lugar de descanso y
dejó allí algunos papeles de vehículos y de estudios médicos.
Más tarde, en una conferencia de prensa, el magistrado rehusaría dar detalles de esa medida con
motivo del secreto de sumario. Se limitó a indicar que en la causa ya se tomaron 16 declaraciones y
que se manejan “cuatro o cinco hipótesis”. El juez recibió ayer de parte del abogado de
la familia, Carlos Varela, los dos números de teléfonos atribuidos a Pimpi y donde quedaron sus
últimos contactos la noche que fue convocado al bar Ezeiza, de Servando Bayo 1484.
Tras ello el juez solicitó informes de las llamadas entrantes y salientes a las compañías
telefónicas y enfatizó un llamado a los parientes del barra —hasta ahora renuentes a aportar
detalles— a colaborar con la causa: “Los familiares de Camino saben que tienen las
puertas del juzgado abiertas”.
Por la noche la sección Sustracción de Automotores incautó el auto BMW 320 gris en el que Pimpi,
al parecer, fue trasladado agonizante hasta el Hospital Carrasco. “El interior del auto
estaba bañado en sangre y lo tenían guardado en el barrio de Pimpi en Alice y Lamadrid”, dijo
un allegado a la investigación. Fuentes de la Unidad Regional II no confirmaron esa indicación y se
limitaron a consignar que fue remitido a pericias.
Rayos X. El operativo que ayer concentró las energías del personal que investiga el crimen de
Camino surgió casi por casualidad. Todo se inició con la denuncia que realizó en la comisaría 24ª
la dueña de una casa de Baigorrita al 200, quien manifestó haber recibido un llamado de vecinos de
esa casa para avisarle que la habían saqueado. Reveló que, según esos dichos, un vehículo había
llegado al lugar y habían cargado desde electrodomésticos a muebles. Y que al acudir el domingo a
la tarde al lugar constató que se habían llevado hasta la vajilla.
“Denunció que el último inquilino cargó las cosas en una chata y se las llevó”, dijo
un vocero policial. Los efectivos que fueron al lugar se sorprendieron al encontrarse con
documentación del fallecido barra brava: encontraron una placa radiográfica a su nombre, papeles de
un auto de bajo rango a nombre de otra persona y también de una moto.
Descanso o refugio. A raíz del hallazgo contactaron a sus pares de la Jefatura rosarina que
investigan el crimen de Camino y que se presentaron en el lugar con el juez Beltramone.
El magistrado autorizó otro allanamiento en una casa de Buenos Aires al 1100 donde residía el
inquilino y allí secuestraron gran parte de lo robado: un lavarropas, una garrafa, un modular y
vajilla. Sólo faltó un aire acondicionado y una máquina de cortar pasto. En el lugar fue detenido
un hombre identificado como J.M.S. que sería chofer de Camino.
Según la policía, la casa habría usado por Pimpi como lugar de descanso o refugio y la habría
alquilado unos dos meses atrás, aunque su presencia allí no era permanente.
“Estaba esporádicamente, unos días sí otros no, a veces un par de horas. En el barrio
nadie sabía bien”, apuntó un investigador. El chofer detenido quedó acusado de robo, sin
relación con el asesinato del viernes, y declaraba anoche en la Unidad Regional II.
Convocatoria. “La sociedad tiene que entender que estamos iniciando una investigación
penal donde las personas que ya han declarado y estuvieron en el lugar de los hechos han dado una
descripción muy fugaz respecto al autor del hecho. Se habla simplemente de una persona mayor de 25
años con una gorrita. Ustedes imagínense que eso es muy poco en términos de poder llegar a detener
a una persona, a quien además los testigos no están en condiciones de poder reconocerla”,
dijo horas más tarde el juez Beltramone en rueda de prensa, en su despacho del juzgado de
Instrucción Nº 9.
En la conferencia, ante las cámaras de televisión, el juez reiteró su pedido a los familiares
del hincha para que acerquen datos a la causa: “El aporte de la familia hasta ahora ha sido
escaso, por no decir nulo. Oportunamente los voy a citar, dejando pasar los días de duelo
necesarios. Cuando yo personalmente hablé con quien dijo ser la esposa de Camino le ofrecí todas
las garantías para que declare en el tribunal el mismo día del hecho. Imagino que ante las
condiciones violentas que estaba viviendo decidió esperar. Los familiares saben que tienen las
puertas del juzgado abiertas”.
Protección. El magistrado remarcó que esos testimonios serían recogidos en un entorno en
el que la familia “se sienta protegida” y sepa que su declaración “va a tener
algún tipo de retribución en términos de eficacia”. El juez indicó que de las personas que
declararon, sólo dos pudieron ver “fugazmente” al asesino y que tiene la impresión de
que no mienten ni ocultan información. “Ha sido un ataque rápido, directo, a una persona que
estaba con dos mujeres, a las 6 de la mañana, a la salida de un bar, de alguien que disparó y se
fue”, dijo.
Beltramone planteó que tanto el dueño del bar Ezeiza como su socio y el policía Alejandro
Angelito Negro Urquiza, quien estuvo presente en el lugar en las horas previas al ataque, serán
convocados al juzgado para prestar declaración informativa, lo que indica un leve nivel de
sospecha.
En ese bar Camino fue baleado en las piernas y el pecho por un sicario que lo abordó cuando el
hincha salió a hablar por teléfono a la vereda. El juez sostuvo que en la inspección posterior del
lugar encontró casquillos de balas y manchas de sangre. Por último aludió a cuestiones de la
personalidad de la víctima que obligan a diversificar las hipótesis en danza: Camino, dijo,
“era una persona cuyos medios o modos de vida no se conocen con claridad y que ha sido ligada
al pasado violento de un club de fútbol, de un presente tampoco muy claro, con lo cual es muy
difícil obtener información”.
Dudas
Antonio Camino, padre de Pimpi, pidió que se investigue por qué
“lavaron la sangre” del frente del bar donde ocurrió el crimen. “Quiero
preguntarle al juez quiénes y por qué lavaron la sangre enseguida, quiero saber qué
ocultaban”, dijo a Radio 2. Por su parte Alberto “Tato” Camino, hermano del
barrabrava, señaló: “Los que lo llevaron no eran gente de la familia. Desconozco quiénes
eran. Acá hay algo montado”.