Dos hombres armados asaltaron un comercio de venta de empanadas del barrio de Fisherton y se llevaron la recaudación del local así como pertenencias de los empleados que estaban en ese momento. Salvo por el momento del atraco, el viernes a última hora, y la consiguiente ausencia de clientes, la noticia podría ser calcada de otra publicada por este diario hace exactamente un mes, cuando el mismo negocio fue blanco de un robo similar. En este caso, los maleantes huyeron con unos cinco mil pesos en efectivo y efectos personales de las ocho personas que se hallaban en el lugar.
"La verdad es que si esto sigue así la única manera de evitar que nos roben va a ser cerrando", ironizaba ayer Gloria de los Ríos, quien desde hace un año es titular de un local de la franquicia de venta de empanadas "El Noble" en el barrio de Fisherton. La mujer manifestó las dificultades que le origina esta seguidilla de atracos que, más allá de las implicancias económicas, tiene "una consecuencia más grave: hay dos empleados con estrés laboral, y no es para menos".
Casi calcados. El local de la franquicia de empanadas "El Noble" ubicado en Eva Perón 8015 ya había sido asaltado el pasado domingo 22 de abril al mediodía. En esa ocasión el comercio estaba atestado de clientes que también fueron despojados por los dos hombres armados con pistolas calibre 9 milímetros que ingresaron a cara descubierta en busca de la recaudación.
Apenas un mes después, el pasado viernes alrededor de las 23, la empanadería sufrió un atraco casi calcado. "La diferencia fue que no había clientes, porque ya estábamos por cerrar", recordó Gloria, y añadió que esta vez también ingresaron dos hombres a punta de pistola que rápidamente controlaron a sus víctimas. "Eramos ocho personas en total", calculó, entre empleados y otros allegados que se encontraban allí.
"Primero encañonaron a los chicos que hacen el delivery y se encontraban en la puerta del local. Ni bien entraron, gritaron «todos al piso» y pidieron la recaudación. Como en la caja registradora no había suficiente, se llevaron un cofre rojo donde estaba la mayor parte de lo recaudado", explicó la comerciante, quien calculó el efectivo sustraído en "unos cinco mil pesos, a lo que habría que sumarle otros 700 que habrán juntado de lo que le sacaron a cada uno de los presentes".
Además, los maleantes se hicieron de las pertenencias de quienes estaban en el local. Así, además del dinero se llevaron teléfonos celulares, los handies de los cadetes y hasta la documentación de algunas de las víctimas.
Cinco minutos. Aunque nadie resultó lastimado, los delincuentes se mostraron muy agresivos con sus víctimas. "Es difícil mantener el negocio afrontando este tipo de robos, pero lo más grave es que ahora tengo dos empleados de licencia con estrés laboral. Uno quedó muy alterado", comentó Gloria, y añadió que luego de sufrir el atraco a uno de los cadetes "le quisieron robar la moto cuando estaba yendo para su casa".
Como en el robo anterior, no faltaron las quejas hacia la seccional 17ª. "Están robando mucho en la zona", señaló respecto de lo que constituye una gran preocupación entre los comerciantes del lugar.
En este sentido, Gloria no descartó realizar alguna presentación judicial para que el Estado garantice la seguridad en la zona. "En el centro de comerciantes del barrio me aconsejaron desde enrejar todo hasta no manejar dinero de noche y vender sólo con tarjeta de crédito o de débito. Pero para una rotisería es muy difícil trabajar así. Ya casi todos los comercios por acá tienen vigilancia privada pero a mí no me dan los números para pagarla", resumió la comerciante, para agregar: "Tampoco me parece justo que un negocio que está a cinco cuadras de una comisaría tenga que pagar seguridad aparte".