Una banda de delincuentes cometió un robo muy bien planeado en un edificio de barrio Martín. Mediante el engaño a un hombre de 81 años lograron obtener la información y las llaves del departamento a saquear. Y así lo hicieron.
Los delincuentes huyendo del edificio de Buenos Aires al 1500, con el botín guardado en el bolso.
Una banda de delincuentes cometió un robo muy bien planeado en un edificio de barrio Martín. Mediante el engaño a un hombre de 81 años lograron obtener la información y las llaves del departamento a saquear. Y así lo hicieron.
El episodio ocurrió el sábado a la tarde. Todo comenzó con una puesta en escena que la banda tendió para que cayera Carlos, un hombre de 81 que vive en la cuadra de Buenos Aires al 1500. La víctima tiene hipoacusia y dificultades para caminar, solo puede hacerlo con la ayuda de un bastón.
En esta nueva versión del “cuento del tío”, el hombre mayor recibió una llamada telefónica de alguien que se identificó como "Diego" y que dijo conocerlo de su ámbito laboral. Sospechan que el delincuente tenía información sobre el hombre y además aprovechó las dificultades que Carlos tiene para escuchar. La persona del otro lado de la línea comenzó a darle charla a Carlos de cuestiones mundanas y llegó a preguntarle si no tenía algún tipo de trabajo para hacer.
Fue así que, sin sospechar nada raro y confiando en su interlocutor, Carlos contó que tenía que hacer una instalación de gas en un domicilio de Catamarca y San Nicolás. Entonces, el supuesto Diego quedó en pasarlo a buscar por su casa para ir juntos a ese lugar y tomar medidas para la obra. Y así ocurrió. A Carlos lo pasaron a buscar dos hombres en un auto. Carlos viajó en el asiento trasero. Una vez en San Nicolás y Catamarca, los tres ingresaron a la vivienda para comenzar con las primeras supuestas tareas para la conexión de gas, pero entonces aparecieron tres hombres más. Quedó entonces claro que Carlos había caído en una trampa.
Los delincuentes le ataron las manos con precintos de plástico. Tres delincuentes se quedaron con la víctima, a la que condujeron -sin maltratos físicos- hacia un cuarto trasero. Tras obtener información y las llaves, los otros dos ladrones se dirigieron hasta el departamento donde vive Carlos, ubicado en Buenos Aires entre Montevideo y Zeballos. Una vez en el lugar, se llevaron ahorros familiares en pesos y dólares, relojes, perfumes y tarjetas de crédito, todos elementos que sacaron en un bolso que también tomaron del lugar.
La secuencia de los ladrones llegando por separado y minutos después saliendo juntos, portando el bolso con los elementos sustraídos, fue captada por las cámaras de video vigilancia del edificio. Las imágenes ya están en poder de los investigadores policiales.
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El final de la historia para Carlos llegó cuando sus custodios confirmaron que el robo en calle Buenos Aires había terminado, tras lo cual cortaron los precintos que ataban sus manos y se fueron del lugar. Cuando Carlos se aseguró de que los maleantes se habían retirado, salió a la calle y pidió ayuda a unos vecinos que le dieron una mano para que pudiera comunicarse con su pareja y con su hijo.