Cuatro muchachos fueron condenados a penas de entre 7 y 13 años de cárcel por el homicidio de Jonatan Ezequiel Gerez, un joven de 28 años que el día de Navidad de 2018 fue acribillado en una casilla de chapas ubicada en Tupac Amaru y Teniente Agnetta, en el barrio Ludueña, y que falleció tras agonizar dos semanas en el Hospital de Emergencias. Desde un primer momento la pesquisa se orientó a una disputa por el territorio para la venta de drogas o narcomenudeo y las crónicas policiales refirieron que hubo un enfrentamiento en el cual la víctima llevó la peor parte, aunque en la acusación eso no quedó referenciado.
Las penas recayeron en Rodrigo Alejandro Maciel y Brian Facundo Muñoz a quienes se halló culpables del delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en calidad de coautores y en concurso real con la portación ilegítima de un arma de fuego en calidad de autores, por lo que recibieron una condena de 13 años de prisión de cumplimiento efectivo; y en Daniel Fabián Godoy y Alejandro Nicolás Godoy, imputados de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en calidad de participes secundarios y en concurso real con la portación ilegítima de arma de fuego por lo que les dieron una pena de 7 años de prisión efectiva.
Además, Alejandro Godoy sumó la acusación de haber amenazado vía Facebook a una allegada a Gerez, Erica V., lo que hizo desde su perfil virtual el 11 de enero de 2019, es decir dos días después del fallecimiento de la víctima, con fines de intimidarla amenazando a ella y a su entorno familiar.
El fiscal Patricio Saldutti, quien llevó adelante la investigación del hecho, sostuvo en su acusación que el 25 de diciembre de 2018 a las 17.30, los ahora condenados junto a otras personas no identificadas ingresaron a la casilla de chapas en la cual estaba Gerez portando armas de fuego de grueso calibre y tras mantener una discusión con el muchacho para que abandonara la vivienda precaria con el supuesto fin de usurparla y que ante la negativa de la víctima le efectuaron varios disparos alcanzándolo en distintas partes del cuerpo.
Tras el salvaje ataque los agresores huyeron del lugar y Gerez fue trasladado al Hospital de Emergencias donde fue intervenido y falleció el 9 de enero de 2019 como consecuencia de las múltiples heridas recibidas, especialmente los daños causados en su cuerpo por un proyectil que le atravesó el abdomen.
Algunos relatos recogidos por este diario al momento del hecho dieron cuenta que Gerez, antes de ser atacado, ingresó a la casilla empuñando una pistola 45 y tras una breve discusión con sus agresores mantuvo un intercambio de disparos en el cual no sólo él resultó herido. Además, los vecinos del humilde sector de Ludueña donde ocurrió el crimen aseguraron que el contexto en el cual se dio estaba ligado a viejas rencillas entre bandas antagónicas conformadas por al menos dos familias asentadas en la zona.
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“Se les metió en la casa con una pistola 45, agarró a una de las hijas de Brian que tiene 7 meses y le apoyó el arma en la cabeza. No sabemos por qué pasó eso. Brian y su amigo Rodrigo estaban en la pileta cuando pasó. Se ve que en un descuido de Gerez agarraron un arma y le respondieron con plomo para defenderse. Mi pariente hizo bien porque acá si no te defendés, te matan”, relató en su momento un familiar de Brian Facundo Muñoz, quien en aquel momento fue sindicado como el dueño de la casilla en la que el mismo resultó con heridas leves y ahora terminó condenado.
Sin embargo referentes sociales y vecinas del barrio que fueron consultadas por La Capital expresaron una profunda preocupación por lo ocurrido por esos días en la zona y atribuyeron muchos de los casos violentos que mantenían en vilo a la barriada a la familia que habita la casa en la cual hubo tiros que finalmente mataron a Jonatan.