Una vez vez más fue blanco de un robo, la cuarta en lo que va del año, solo que en esta ocasión con una modalidad distinta: no se trató de un "escruche" sino de un asalto a mano armada. Fue el sábado, minutos antes de las 22, cuando el salón de La Rufina, el tradicional restauante ubicado en Agrelo y Larrechea, había empezado a llenarse.
Tres delincuentes entraron a punta de pistola, dos amenazaron a los clientes que ocupaban las mesas del comedor, mientras el tercero se dirigía directamente a la caja y se alzaba con el dinero de la recaudación. Fue un asalto exprés, que duró unos pocos minutos, pero dejó una fuerte sensación de nerviosismo entre los que a esa hora estaban en el lugar.
"Fue distinto a los robos anteriores, que se dieron a la madrugada, cuando el negocio estaba cerrado, entraron por una ventana y se llevaron todo lo que pudieron", contó a La Capital Andrés Panero, titular del negocio, y agregó: "Esta vez entraron armados, bruscamente, y con la cara tapada con capuchas y pañuelos para que no los identificaran".
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"Por suerte la gente hizo lo que les dieron y no pasó nada grave, en un caso así, si alguien reacciona, pude pasar cualquier cosa, que le peguen un tiro y que sea una tragedia, afortunadamente los clientes, en su mayoría familia, levantaron las manos, bajaron la vista y le entregaron lo que les pidieron", agregó Panero.
Antes del asalto del sábado pasado, este año La Rufina había sufrido tres robos, todos con el mismo modus operandi: un ladrón solitario violentaba la ventana del pelotero y, luego de entrar en el local, se alzaba con los objetos de valor que tuviera a mano. En el último, sucedido el pasado mayo, las cámaras de seguridad registraron el hecho.
"Los vecinos estás preocupados por lo que pasó en el negocio, tienen miedo de que esta modalidad, la "entradera", se extienda ahora en el barrio"
"Como entró a la zona de la caja, donde estaban las cámaras, pudimos identificar al ladrón, que era un trapito que trabajaba acá en el barrio", relató Panero, y añadió: "Era conocido en Alberdi, así que pudieron detenerlo, pero, por lo que nos adelantó el fiscal, lo más probable es que esta semana recupere la libertad. Estamos preocupados".
Panero reveló que en Alberdi, jurisdicción de la comisaría 10ª, hay muchos robos, en su gran mayoría arrebatos perpetrados por ladrones en moto. "Los vecinos estás preocupados por lo que pasó en el negocio, tienen miedo de que esta modalidad, la "entradera", se extienda ahora en el barrio y es mucho más violenta, porque se meten en tu casa y armados".
Después de las intrusiones que sufrió a principios de años, Panero decidió reforzar la seguridad del restaurante. "Instalamos más alarmas, pusimos más sensores y hasta botón de pánico, anoche los empleados los accionaron, pero el asalto fue tan rápido que no le dio tiempo a la policía a llegar, yo llegué antes que los patrulleros...", afirmó.