Todo lo que implica el asesinato de Lorenzo Altamirano es un mensaje. Que los homicidas lleven en un auto a la víctima y lo hagan bajar en las inmediaciones del estadio de Newell's. Que allí lo maten con tres disparos y escapen. También es un mensaje, en todo sentido, el cartel encontrado en la escena del crimen: "Damián Escobar, Leandro Vinardi y Gerardo Gomez dejen de sacar chicos del club para tirar tiro en Rosario". Las primeras dos personas mencionadas están vinculadas a las facciones de Los Monos con injerencia en la barra brava leprosa. Lo que hace presumir un conflicto con al menos dos terrenos de disputa: el paravalanchas y la calle, tan ligados entre sí.
El crimen de Altamirano, que tenía 28 años y domicilio en la zona oeste, fue cerca de las 22.50 del miércoles. A esa hora un Renault Sandero llegó a la avenida Esteban Morcillo al 2600, en cercanías del antiguo palomar del Parque Independencia, y frenó a metros de la puerta 6 del estadio Coloso Marcelo Bielsa de Newell's. Del vehículo bajó un grupo de personas, entre ellos Altamirano, a quien en cuestión de segundos lo mataron de tres balazos: uno impactó en el pecho, uno en la cabeza y otro en una mano. Al cabo de unos minutos llegó al lugar una ambulancia del Sies, llevaron a la víctima al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde confirmaron su deceso luego de unas horas.
Dónde cargaron a Altamirano, por qué lo trasladaron hasta las inmediaciones de la cancha de Newell's, quiénes son los autores del crimen y qué conflicto asoma detrás, son las preguntas que por ahora no tienen respuestas en la investigación que quedó en manos del fiscal Ademar Bianchini, de turno por estos días en la Unidad de Homicidios Dolosos. Resta, además, confirmar si un Sandero hallado minutos después del hecho en Latzina al 2900, barrio Carlos Casado y a pocas cuadras del Parque Independencia, fue efectivamente el que usaron los homicidas. El auto estaba abandonado, había sido incendiado y tenía pedido de captura por robo calificado.
El mensaje
Si hay un hilo posible que pueda conducir a conocer el contexto del crimen de Altamirano es el cartel hallado entre sus prendas. Escrito con lapicera, en una hoja escolar cuadriculada, el mensaje dice: "Damián Escobar, Leandro Vinardi y Gerardo Gómez dejen de sacar chicos del club para tirar tiro en Rosario".
Una advertencia con un "tenor similar", según confirmó el fiscal Bianchini a La Capital, fue hallado también luego del ataque a balazos a la subcomisaría 26º de Villa Gobernador Gálvez. Ese atentado ocurrió minutos antes del asesinato de Altamirano, sobre las 22 del miércoles, en la dependencia policial de Nahuel Huapi y Pellegrini de la ciudad vecina. Fuentes de la policía indicaron que los agentes que trabajaban de guardia escucharon detonaciones y al salir vieron a dos hombres que huían en moto. Las balas habían impactado en un patrullero y sobre el frente de la seccional, donde también hallaron un mensaje dirigido a Escobar, Vinardi y Gómez.
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Escobar y Vinardi son personas vinculadas desde hace años a Los Monos, sobre todo a Ariel Máximo "Guille" Cantero. El primero fue condenado en 2013 por un homicidio, luego imputado por mandar a matar a la pareja de su ex novia y también está relacionado a varias investigaciones como organizador desde la cárcel de diversos atentados ejecutados con el sello de Los Monos. Por su parte, de Vinardi se sabe que en 2016 fue condenado también por un homicidio y años después procesado en la Justicia Federal junto a "Guille" Cantero por un secuestro extorsivo y por comercio de drogas. Ambos, además, están ligados a una de las cuatro facciones que pujan por el liderazgo del paravalanchas leproso.
En los antecedentes inmediatos que podrán tener en cuenta los investigadores aparece otro hecho violento con mensaje dirigido a Escobar. Fue el 31 de diciembre pasado, cuando dos personas en una moto pasaron por la Defensoría Zonal de Villa Gobernador Gálvez y efectuaron disparos. Allí también funciona una sede de la fiscalía provincial y un Centro Territorial de Denuncias. “Toro y Pupito dejen de escrachar a los pibes con carteles que ni Guille los va a salvar. Atte: La Mafia”, decía el mensaje hallado en el lugar.
Sobre Altamirano
En tanto, acerca de la víctima del crimen, no trascendió de fuentes policiales ni judiciales información que pudiera ligarlo a la barra brava de Newell's o alguna organización o actividad delictiva. El muchacho tenía domicilio en Lima al 2900, Villa Banana, donde este jueves sus vecinos supieron que había personas buscándolo. Según pudo saber La Capital sus allegados habían comenzado a preguntar por él luego de que trascendiera la noticia del crimen.
Sus vecinos solían verlo en bicicleta, siempre con los materiales que usaba para hacer malabares. "Era un punkie, tocaba en una banda, callejeaba mucho, trabajaba en los semáforos. Pero era antifútbol, no tenía nada que ver con Newell's", contó a La Capital una persona que lo conocía. Lo apodaban "Jimi", tocaba el bajo en una banda y era conocido en el ambiente de los artistas callejeros y la música independiente. En ese círculo las personas que lo conocieron no podían salir del asombro, estremecidos por la noticia de su asesinato.
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Con ese trasfondo, da la sensación de que a Altamirano lo cazaron en la calle. Sus conocidos aseguran que no tenía ningún conflicto ni relación con el ambiente que rodea su asesinato. Por lo cual tal vez solo haya sido un mensajero, una persona asesinada al voleo para dejar entre sus prendas lo verdaderamente importante para los autores del crimen: la advertencia hallada junto al cadáver.
Acerca del móvil del homicidio el fiscal Bianchini habló este jueves al mediodía en conferencia de prensa y dejó un manto de dudas acerca de qué vinculación tiene la víctima con el conflicto que podría asomar de fondo. “Desconozco qué buscaban quienes tiraron el cuerpo, pero tiene las características de ser un mensaje. Entiendo que hoy por hoy los únicos que están en condiciones de saberlo son el emisor y el destinatario de ese mensaje”, explicó el fiscal.
Contexto
“Algunos de los nombres que figuran en esos carteles pertenecen a personas que integran o habrían integrado la barra de Newell’s. No me atrevo a decir que haya una interna entre barras o un problema puntual que han tenido miembros de la barra. Es muy pronto para afirmarlo y en consecuencia es materia de investigación”, dijo el fiscal Bianchini en relación a lo que parece ser el nudo del conflicto que decantó en el asesinato de Altamirano. Es tan amplio el historial de Escobar y Vinardi que el mensaje dirigido a ellos podría apenas rozar a un conflicto interno en la barra leprosa.
Con este telón de fondo los investigadores buscan establecer si hay conexión con otro hecho violento ocurrido la semana pasada en inmediaciones del estadio de Newell’s. Fue el jueves 26 de enero, cuando dos personas desde una moto balearon a un hombre de 37 años que manejaba un Audi A5 por Ovidio Lagos y Jorge Cura. La víctima, según relató, había salido de comer un asado con amigos en el sector de los parrilleros de Newell’s.
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Este jueves se dispuso una patrulla de custodia frente a la sede del parque Independencia.
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
Respecto del crimen de Altamirano, el hecho de que hayan trasladado a la víctima hacia ese lugar ya es una señal. Pero también lo es la parte del mensaje en la que piden que “dejen de sacar pibitos del club para tirar tiro en Rosario”. Lo que evidencia que el paravalanchas leproso es para algunas bandas criminales un capital de mano de obra para ejecutar en la calle las órdenes impartidas desde las cárceles. En este caso de parte de Escobar y Vinardi, presos desde hace años pero todavía con peso en la estructura delictiva que abarca también a quienes integran la barra brava de Newell’s.
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Ambos fueron acusados en marzo de 2022 de integrar una asociación ilícita que fue desbaratada tras la detención de Marcos “Pato” Mac Caddon, quien para la fiscalía es un hombre de confianza de “Guille” Cantero en el Cordón Industrial. Según la acusación Escobar y Vinardi participaron de las actividades delictivas del grupo que en la calle lideraba Mac Caddon, para la Justicia también cercano a Aldo “Gatito” Sosa, uno de los jefes de la barra brava de Newell’s.
El Toro y el Pollo
Damián “Toro” Escobar tiene 34 años y está preso en la cárcel federal de Ezeiza. En 2013 fue condenado a 11 años y medio de prisión por el asesinato en Villa Gobernador Gálvez de Sebastián Soperez, un pibe de 18 años. En diciembre de 2021 fue acusado de instigar desde la cárcel el crimen de David Amarilla, un joven de 22 años que estaba saliendo con la ex pareja de Escobar.
“Toro” también tiene una causa en la Justicia Federal. Lo acusaron de comandar desde la cárcel de Piñero, donde estuvo alojado hasta que lo llevaron a Ezeiza, un grupo de narcomenudistas que fue desbaratado en junio de 2018 con la detención de cinco personas en allanamientos realizados en Rosario, Pérez y Zavalla.
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Tiempo después quedó ligado a la causa por la cual fue detenido el ex secretario general del Sindicato de Peones de Taxis de Rosario, Horacio Boix, acusado de amedrentar a las nuevas autoridades del gremio. La investigación develó que Boix había encargado una secuencia de actos violentos que fueron organizadas por “Guille” Cantero y Escobar. Tiempo después fue acusado como uno de los organizadores, también junto a “Guille”, del ataque a balazos contra el casino City Center. En ese hecho, ocurrido en enero de 2021, murió el gerente bancario Enrique Encino, que había salido a un balcón a fumar un cigarrillo.
Leandro “Pollo” Vinardi, por su parte, está preso desde que lo condenaron en 2016 por el crimen de Sergio Pared, ocurrido en 2013. Pero desde la prisión continuó con sus actividades, al punto de que en noviembre de 2022 la Justicia Federal pidió la elevación a juicio oral y público de la causa que lo tenía junto a “Guille” Cantero y otras personas como autores de un secuestro extorsivo y organizadores de una red de comercio de drogas. El hecho había ocurrido en junio de 2021 cuando el hijo de un empresario de Arroyo Seco fue captado cuando pretendía compras drogas. La fiscalía Federal describió a Vinardi como cabeza de una organización que comercializaba estupefacientes en San Lorenzo y Granadero Baigorria, buscando con el aval de “Guille” Cantero desplazar a los puntos de venta de “Los Gorditos”.