Un nutrido cortejo fúnebre acompañó ayer a la mañana el sepelio del policía Joel Ruiz, el joven de 25 años empleado de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) que fue asesinado a balazos durante un allanamiento en el barrio Alvear, cerca del Distrito Sudeste, donde un hombre denunciado por extorsión recibió a balazos la irrupción policial y luego, según la evidencia reunida hasta el momento, se suicidó con un disparo en la cabeza. En una comitiva de autos particulares y numerosos patrulleros que hicieron sonar sus sirenas a lo largo del recorrido, los restos del empleado policial fueron escoltados hasta un crematorio privado de Granadero Baigorria entre expresiones de dolor de sus familiares y compañeros de armas, que le rindieron honores por tratarse de un empleado muerto en servicio.
La conmoción de los policías de distintas reparticiones que asistieron al sepelio de Ruiz era palpable en sus rostros. Pasadas las 11, el cajón fue retirado de la cochería de Santiago al 900 donde se realizó el velatorio. En una ceremonia de fuerte carga emotiva, las sirenas de los patrulleros sonaron al unísono por medio minuto, lo que se repitió en tramos el recorrido. Los restos fueron escoltados por la guardia de honor policial.
Con la reconstrucción del caso prácticamente cerrada, el fiscal de Homicidios Gastón Avila aguardaba a la realización de la autopsia prevista para este martes de Oscar Ramón Brest, la persona buscada en el allanamiento que había ordenado el fiscal Matías Ocariz en una causa por extorsión en un domicilio. Brest resultó herido en el enfrentamiento con los compañeros de Ruiz y luego todo indica que se suicidó con un balazo calibre 357 Magnum en la cabeza.
Tras el relevamiento de la Dirección de Asuntos Internos, con la filmación de la irrupción policial preservada y los dichos de testigos —entre ellos la esposa de Brest—, el informe de la autopsia que se realizará el martes en el Instituto Médico Legal es el dato pendiente en la investigación de un crimen que elevó a 279 la cifra de homicidios dolosos en lo que va del año en el departamento Rosario.
Lugar de riesgo
Joel Ruiz integraba una brigada operativa de la AIC. Había ingresado a la fuerza el 30 de julio de 2018, por lo que tenía cuatro años en servicio. El sábado a la mañana, alrededor de las 7, una comitiva que integraba junto a cinco efectivos irrumpió en un domicilio de Cagancha 3263, un pasaje entre Vera Mujica y Hutchinson, en los confines de los barrios Matheu y Acindar. La tropa fue recibida con media docena de balazos. Ruiz, quien encabezaba el grupo, recibió un proyectil que le ingresó por el intercostal izquierdo a la altura de la axila, justo en un área sin cobertura del chaleco antibalas.
Con el pulmón izquierdo perforado en dos lugares, el policía fue conducido al hospital Clemente Alvarez (Heca) y entró a quirófano. A las 11.15 fue declarado muerto. Brest, el hombre buscado de 45 años que resistió su arresto a tiros, también resultó herido en un enfrentamiento con los compañeros de Ruiz y luego, según la pesquisa, se suicidó con un balazo en la cabeza.
La trágica requisa que terminó con dos muertos en un punto de la ciudad con incidentes previos de violencia se hizo ante un requerimiento del Ministerio Público de la Acusación.
Según se indicó, los policías realizaron un primer operativo con secuestros de evidencias en un domicilio y luego prosiguieron con el operativo en una casa contigua que tenía cámaras en el exterior. Sin un grupo de irrupción, los seis efectivos de la brigada se dirigieron a la casa lindera. Rompieron una puerta de pasillo y cuando entraron se toparon con un perro de raza Pitbull.
Esto los demoró y al parecer le dio tiempo a la persona que buscaban para esconderse detrás de una segunda puerta. Tras controlar al perro, los efectivos de AIC rompieron la segunda abertura. Primero en ingresar, Ruiz fue quien asumió el lugar de mayor riesgo. Apenas entró fue recibido por el ocupante de la casa con media docena de balazos calibre 357 de un arma Smith and Wesson, lo que es inusual. La mala fortuna hizo que uno de los proyectiles le ingresara por la axila.
La brigada quedó congelada un segundo. Luego los efectivos repelieron e hirieron a Brest en el abdomen. Según se infiere, el hombre alcanzó a parapetarse en el baño de su casa con una caja de municiones. Fue entonces que vació el tambor de la 357 Magnum y se pegó un balazo en la cabeza. De inmediato los compañeros de Ruiz lo condujeron al Heca.
Allí llegó alrededor de las 8 en estado crítico y con un paro cardiorrespiratorio. Le realizaron reanimación en la guardia y lo ingresaron a quirófano. Lo operaron durante una hora. Salió intubado y conectado a un respirador. A las 11.15 los médicos anunciaron que había muerto. Era oriundo de Rosario y vivía en barrio Molino Blanco.
En la escena quedaron seis vainas en un área y otro cartucho en el revólver que quedó junto al cuerpo de Brest. Algunos testigos refirieron dos secuencias de disparos y un balazo suelto segundos más tarde. La pareja de Brest declaró que el hombre se suicidó.
Por orden fiscal, la autopsia de Brest se realizará bajo el protocolo de Minnesota, que se aplica ante muertes potencialmente ilícitas. En la casa, que no tendría reportes previos de violencia, se encontraron dosis de cocaína, plantas de marihuana, balanzas y una cantidad significativa de dinero.