A María Irene Cardinali la encontraron muerta en su casa de la apacible localidad de Tortugas dos jardineros que llegaron a trabajar a la casa. Como nadie contestaba sus llamados, le avisaron a una vecina que disponía de una copia de la llave. Así descubrieron que la médica clínica de 65 años había sido asfixiada por una persona que había entrado por un ventiluz de la planta alta. Un objeto sobresalía en la escena criminal: una silla quemada. El atacante había dejado abierta una hornalla de la cocina para que una explosión ocultara el crimen, pero la válvula de seguridad lo evitó. La investigación llegó a Joaquín Eloy Sandoval, un joven de 26 años con domicilio en Marcos Juárez que este lunes fue condenado a prisión perpetua como autor de un homicidio criminis causa, es decir, cometido para ocultar el robo de dinero, un celular y tarjetas bancarias de la víctima.
La condena fue dictada en los tribunales de Cañada de Gómez por los jueces Carlos Pareto, Ignacio Vacca y Griselda Strólogo. En forma unánime, los jueces sentenciaron a prisión perpetua para Sandoval como autor del crimen ocurrido el 24 de enero de 2019 en la localidad de Tortugas. Fue al finalizar un juicio oral en el que el fiscal Santiago Tosco había requerido la pena finalmente dictada esta mañana.
El crimen ocurrió entre las 0 y la 1.30 en la casa de dos plantas donde “Mery”, como le decían a la víctima, vivía sola. Cardinali era oriunda de Marcos Juárez y hacía 25 años se había mudado a Tortugas, a sólo 22 kilómetros de distancia, para realizar su actividad profesional en el Samco de esa localidad ubicada a 110 kilómetros al oeste de Rosario. A la mañana siguiente, dos jóvenes que realizaban tareas de jardinería en la vivienda llegaron a trabajar pero nadie respondió a su llamado. Le avisaron a una vecina que tenía llave de la casa porque ayudada a la médica en tareas de limpieza. Ingresaron juntos y hallaron a la profesional sin vida.
Desde un primer momento la fiscal Ana Graciela Tulian, primera en intervenir, tuvo claro que estaba ante una escena criminal. Citó al Gabinete Criminalístico, a un médico forense y a los Bomberos Zapadores de Rosario para peritar una silla quemada dentro de la propiedad. La autopsia realizada en el Instituto Médico Legal de Rosario determinó que la causa del fallecimiento fue “asfixia mecánica a predominio respiratorio y sofocación”. Además se hallaron múltiples lesiones contusas corporales.
Se encontró además una ventana forzada de la casa y piezas dentales de la mujer esparcidas en el lugar. Según se determinó en la investigación, Sandoval había sido contratado días antes por la víctima para realizar tareas de albañilería y conocía los movimientos de la casa. Tras trepar al techo de una camioneta, ingresó por el ventiluz de un baño de la segunda planta. Una vez dentro se encontró con la víctima en la escalera y “comenzó a golpearla y asfixiarla, tomándola por el cuello, ocasionando su muerte”, planteó el fiscal Tosco en el juicio.
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Luego el atacante “sustrajo su celular, llaves de la finca, del vehículo, DNI y tarjetas bancarias”. Finalmente provocó el incendio de la silla y abrió una de las perillas del gas con intenciones de alterar la escena. “Tras el hecho se dirigió hacia el domicilio de sus padres, cambió su vestimenta y se trasladó hacia un banco Santa Fe donde utilizó la tarjeta de la víctima para extraer dinero”, planteó la acusación. Alrededor de las 4 de la madrugada se trasladó en un auto de alquiler hasta Marcos Juárez. Allí fue detenido una semana después, tras una serie de allanamientos.
Entre las pruebas citadas en la primera audiencia imputativa y que luego fueron debatidas en el juicio figuran las filmaciones de cámaras de seguridad privadas y públicas, vestimenta secuestrada al acusado, declaraciones testimoniales de testigos, rastros y pericias. Se detectó que las huellas de pisadas de calzado encontradas en la cocina, el patio y el ventiluz del baño por donde ingresó el agresor eran iguales que las ubicadas en el barral de la camioneta utilizada como escalón para llegar al techo de la casa. Esas marcas coinciden con la suela de calzado hallado en poder del acusado.
Por el registro de llamados telefónicos se acreditó que el joven tenía contacto con la médica por cuestiones laborales ya que había realizado trabajos de albañilería y tenía pendientes tareas de jardinería. Y en filmaciones se pudo reconstruir su recorrido y hasta cómo estaba vestido la noche del homicidio por el que fue condenado a perpetua.