El lunes a la noche, cuando un violento temporal azotaba la ciudad y quienes
estaban en la calle intentaban resguardarse de la tormenta atravesando calles a oscuras y árboles
caídos, un grupo de desconocidos irrumpió en una joyería del microcentro rosarino sin que nadie les
prestara atención. Los intrépidos alcanzaron el techo del comercio, realizaron un boquete y se
introdujeron en el local del cual se llevaron llevaron valiosas joyas y 20 mil dólares entre
efectivo y cheques, según voceros de la pesquisa. Sin embargo, otra fuente de la fuerza minimizó el
importe del botín y aseguró que los malhechores sólo "se llevaron el cambio que había quedado del
día anterior".
Los boqueteros concretaron el golpe en la joyería Perret, situada en la peatonal
Córdoba 1470. Ayer a la mañana, el local tenía la persiana baja y un cartel anunciaba que estaba
cerrado por reformas. "No nos robaron. Lo que pasó es que se cayó la mampostería por la tormenta y
por eso tuvimos que cerrar", explicó con amabilidad un empleado que se asomó a la vereda ante la
requisitoria de este diario y negó el hecho policial. Adentro, en tanto, un hombre intentaba
reparar con una soldadora el "daño" producido.
Un rato después, dos mujeres se detuvieron frente al comercio. Eran dos clientes
sorprendidas por el cierre del negocio. Entonces, una empleada salió del local y les explicó con
otra excusa lo que había ocurrido. "Tuvimos un inconveniente y cerramos por dos días", les dijo. Al
parecer, la respuesta tranquilizó a las dos mujeres que se marcharon. A unos pocos metros de allí,
cuatro hombres tomaban café sobre la peatonal Córdoba. Parecían ajenos a lo que estaba
ocurriendo.
A pesar de la desmentida de los allegados a Perret, la noticia ya había
circulado entre los comerciantes de la cuadra. El dueño de un maxiquiosco ubicado enfrente de la
joyería le dijo a LaCapital que conocía la existencia del escruche (atraco que se comete cuando los
ocupantes del lugar están ausentes). "Me enteré de que hubo un robo, pero no conozco los detalles.
Solamente vi a un policía hablando con la gente de la joyería", indicó. La misma respuesta brindó
el hombre que estaba detrás del mostrador de una conocida cigarrería de la cuadra.
El golpe. Cerca de las 8 de ayer, los empleados de Perret arribaron al local
dispuestos a comenzar una nueva jornada laboral. Apenas llegaron, se percataron de que habían
recibido la visita indeseada de intrusos. Levantaron la vista y distinguieron un agujero en el
techo de chapa y en el cielorraso de yeso. Era un orificio de 40 centímetros de diámetro por otros
tantos de ancho por el que podía introducirse, según el vocero consultado, un hombre. "Para entrar
levantaron la chapa y partieron el cielorraso", explicó el comisario Daniel Cabrera, jefe la
comisaría 2ª. Lo que no pudieron precisar los pesquisas es cómo y por dónde los intrusos alcanzaron
el techo de la joyería.
Una vez adentro, los maleantes recogieron las joyas que estaban en un exhibidor
que quedó vacío. Los ladrones se llevaron valiosos relojes Tag Heuer, de origen suizo. En rigor son
instrumentos con una alta precisión para relojes pulsera y cronómetros. El oficial consultado
indicó que los relojes tienen un valor de 1.500 dólares cada uno.
Infranqueable. Los intrusos también se apoderaron de otras alhajas, pero su
valor no fue precisado. Al parecer, la mayor parte de las joyas quedaron a resguardo en una caja de
seguridad. El cofre es metálico y, al parecer, los malhechores intentaron perforarlo con una
amoladora, pero no lo lograron. "Presumimos que intentaron abrirla (por la caja fuerte) porque se
detectaron algunas marcas", comentó el comisario Cabrera.
En el cofre también había dinero por lo que los ladrones se llevaron, según el
oficial consultado, el "cambio del día anterior". Sin embargo, otra fuente policial indicó que los
maleantes se alzaron con 20 mil dólares entre cheques y efectivo. Hasta anoche, los autores del
atraco no habían sido localizados por la policía.
Eduardo Caniglia
La Capital