El lunes pasado los vecinos de un sector de los barrios linderos Tablada y Las Heras, en la zona sur de Rosario, amanecieron con sus calles pintadas con una consigna alarmante. "Bienvenidos al barrio de Alan Funes. Entrá si querés, salí si podés", decía una de ellas en alusión al joven detenido en la cárcel federal de Marcos Paz, donde cumple condena por un homicidio y por narcotráfico, además de sumar acusaciones por otros delitos graves. En la calle, así como también en diversas investigaciones judiciales, se lo reconoce como un pesado del delito y en ese marco los vecinos temen que estos grafitis recientes sean parte de una nueva saga violenta.
"Nos levantamos el lunes y había pintadas por todos lados. Hay que sacar esto a la luz y que alguien tome cartas en el asunto. Estamos de rehén en este barrio", contó a La Capital una vecina que dio cuenta de cómo afectó en la comunidad un hecho al que no consideran algo nada más que anecdótico. En una recorrida por las calles Patricias Argentinas y Ayacucho, así como diversos pasillos que ingresan hacia el interior de las manzanas, se pudo ver una decena de leyendas alusivas a Funes.
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Foto: Sebastián Suárez Meccia / La Capital
Algunas con rojo, otras con negro, pero todas con el nombre de Alan Funes como punto en común. "Nosotros sabemos lo que son, no les importa nada si tienen que demostrar quién manda", aseguró la vecina que habló con La Capital. En las calles de Tablada y Las Heras las pintadas se decodificaron como un mensaje claro: el territorio fue marcado por personas que de alguna manera responden a Funes, que a pesar de estar detenido desde 2017 su influencia no paró de crecer.
Los vecinos saben que las disputas violentas en el barrio la provocan grupos pequeños que intentan posicionarse en el mercado del narcomenudeo. Que en ese contexto se inscriben la mayoría de homicidios que en los últimos años se acumularon por varias decenas en pocas cuadras de distancia. La preocupación, a partir de la novedad que implicó para ellos el hallazgo de estas pintadas, es que las mismas se deban a una marcada de cancha ligada a un conflicto que genere más violencia. Sobre todo porque, horas antes de que se descubrieran esos mensajes sobre las paredes, las calles del barrio volvieron este domingo a ser escenario de un homicidio con todos los tintes de una bronca por el territorio.
Mariela Edit Broin, de 44 años, fue asesinada a balazos en un pasillo de Médici al 4600 el domingo por la noche. Los investigadores analizan si la víctima quedó en el medio del tiroteo o si alguna de las dos partes fue directamente a matarla y, en ese sentido, el crimen fue la antesala del enfrentamiento. Minutos después del hecho la Policía de Acción Táctica (PAT) detuvo a dos jóvenes de 18 años y a cuatro menores que quedaron a disposición de la Justicia Penal Juvenil.
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Foto: Sebastián Suárez Meccia / La Capital
En la escena de este crimen se hallaron más pintadas. "Barrio de Alan Funes", decía una y "Atte: La Mafia", otra que además estaba acompañada por el dibujo de un revólver. Investigadores de homicidios tienen en cuenta que en ese lugar está identificado un punto de venta de drogas que tiene a Alan Funes como uno de los sospechosos de administrarlo desde el encierro.
Crecer en la cárcel
Alan Funes ingresó en 2016 al entonces Instituto de Recuperar del Adolescente Rosario (IRAR) al ser acusado por el homicidio de Eugenio Solaro, ocurrido en mayo de ese año. Un crimen que se consideró la venganza por el asesinato de Mariela Miranda, la madre de Alan, baleada frente a su hijo en marzo del mismo año.
Para entonces Alan y sus hermanos mantenían desde hacía tiempo una disputa con Alexis Caminos, hijo del asesinado jefe de la barrabrava de Newell's Roberto "Pimpi" Caminos, una familia ligada al delito también con peso en la zona. La bronca incluía del lado de Funes una alianza con René Ungaro, preso como autor del homicidio del Pimpi, y a Ariel "Tubi" Segovia, posteriormente asesinado, como ladero de los Caminos.
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Para fines de 2017 Alan Funes, ya con 18 años, gozaba de prisión domiciliaria. Hasta que pasó a estar prófugo luego de que se viralizara un video en el que se lo veía en la calle recibiendo el año nuevo de 2018 disparando una ametralladora. Días después, cuando ya tenía pedido de captura, fue asesinado su hermano Ulises y su padre Jorge Funes fue baleado pero sobrevivió. El 23 de ese mes Alan fue detenido en un departamento de Callao al 3900. Dos semanas más tarde, a comienzos de febrero, fue asesinado otro de sus hermanos: Jonatan "Bam Bam" Funes, emboscado al salir de la cárcel de Piñero, adonde había ido a visitar a Alan y Lautaro, el otro hermano que continúa preso.
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Foto: Sebastián Suárez Meccia / La Capital
En julio de 2021, luego de la fuga de 8 presos de la cárcel de Piñero, Alan Funes estuvo entre los presos considerados de "alto perfil" que fueron trasladados a otros penales. A él le tocó ir a la cárcel federal de Ezeiza, donde lo ubicaron junto al narco Esteban Alvarado. Tiempo después fue imputado como jefe de una asociación ilícita que lideraba desde ese penal. Lo acusaron, entre otros delitos, de instigar el homicidio de Mariel Lezcano, de 21 años, asesinada por error dado que el objetivo, según la justicia, era la madre de la chica. Al momento acumula más de 40 años de condena.
Este año, luego de la fallida fuga en helicóptero de Esteban Alvarado de la cárcel de Ezeiza, Alan Funes fue trasladado a la cárcel federal de Marcos Paz. Para los investigadores el plan lo incluía como uno de los que se acoplaría a la evasión. Ahora, con su nombre invadiendo las calles del barrio que lo vio crecer, los mensajes a la vista de los vecinos son cuando menos elocuentes.