Las extorsiones y balaceras a comerciantes no conocen de límites de barrios. Esta semana se conoció el caso de un kiosco de San Luis al 4500 atacado a balazos porque su propietario desoyó los pedidos de dinero que le hicieron llegar los extorsionadores días antes. Esa agresión hizo que un grupo de vecinos de la zona realizar ayer una manifestación para reclamar por mayor seguridad.
Melisa Herrero, referente de Vecinales Rosarinas Unidas, señaló este viernes que las balaceras extorsivas “no son algo nuevo” para los pequeños y medianos comerciantes de los barrios. “Desde las vecinales ya lo hemos advertido con preocupación. las amenazas aumentan y vemos cómo las organizaciones cambiaron”.
“Las extorsiones pasaron a ser una modalidad de delito más directa porque ahora se vende seguridad. Entonces, nos preguntamos ¿en manos de quiénes está la seguridad de los rosarinos? ¿del Estado o de un grupo privado?, remarcó.
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Herrero dijo que el estado “debería garantizar la seguridad ciudadana. y la realidad es que brilla por su ausencia. y muchos comerciantes terminan pagando a estas bandas para tener seguridad. Eso ya lo conocen tanto el Ministerio de Seguridad como los fiscales. Queremos saber qué se está haciendo. Cuáles son los planes preventivos y si hay o no inteligencia criminal para que esto no se siga instalando”.
“Sentimos que van a mirar a un costado para dejarnos a la deriva para acostumbrarnos a la Chicago de 1920. Además de luchar contra la inflación, los pequeños comerciantes tienen que trabajar con el miedo de ser víctimas de extorsiones”, subrayó.
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Herrero aseguró que los pequeños y medianos comercios barriles “están cerrando y eso hace que las cuadras o calles se vean más inseguras, más oscuras y que la gente no quiera transitarlas por temor a los robos.. Así, el barrio va perdiendo su vida gracias al cierre de estos negocios”.
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San Luis al 4500. En ese lugar, el miércoles balearon un kiosco y los vecinos reaccionaron con una manifestación para pedir seguridad.
Imagen: Google Street View
Herrero aclaró que Vecinales Unidas no tenía datos concretos del número de comerciantes que reciben extorsiones. “De muchos no nos enteramos porque no hacen la denuncia y tal vez paguen. Pero a través de las redes sociales llegan mensajes desesperados. Nosotros no podemos hacer más que visibilizar esta problemática y elevar el reclamo, hacerlo conocido a través de los medios. Otra cosa no podemos hacer. Necesitamos respuestas del gobierno. No hay que naturalizar las extorsiones porque la estamos pasando mal. los barrios viven gracias a los pequeños comercios y no podemos perderlos”, añadió.