Los tres detenidos por el crimen del comerciante Mauricio Brandán fueron condenados ayer a altas penas de prisión. El acusado de haber efectuado el disparo durante un robo al negocio de Provincias Unidas 1584 fue sentenciado a 24 años de cárcel mientras que dos de sus cómplices recibieron 22 años de prisión. El tribunal descartó el encuadre penal solicitado por la Fiscalía, que solicitó prisión perpetua para los tres, pero impuso montos elevados de condenas. Fue en un fallo dividido, ya que uno de los magistrados votó por imponerles penas aún más severas.
La sentencia se leyó ayer en medio de la conmoción de los familiares de Brandán, que completaron la sala más grande del Centro de Justicia Penal. El padre, los hermanos y allegados al comerciante de 32 años asesinado en 2015 llevaron adelante desde entonces un sostenido reclamo por el esclarecimiento del caso, con marchas y manifestaciones. Y desde que comenzó el juicio oral, el 10 de diciembre, instalaron banderas y carteles con la foto de Mauricio en la explanada del edificio.
La fiscal Marisol Fabbro y el abogado querellante Pablo Casella habían solicitado la pena de prisión perpetua para los tres acusados como coautores de un homicidio calificado criminis causa, es decir, cometido con la finalidad expresa de concretar el robo y garantizarse impunidad. Las defensas reclamaron absoluciones y nulidades al entender que la investigación se basó en el aporte de un testigo anónimo.
Los jueces Román Lanzón, Gustavo Pérez de Urrechu y Héctor Núñez Cartelle resolvieron condenar a los tres bajo un encuadre diferente al reclamado por la acusación. Los consideraron coautores de un homicidio en ocasión de robo, esto es, cometido en el contexto de un asalto pero sin la búsqueda de impunidad. Un taxista que presenció el hecho desde la vereda dijo que el asaltante que efectuó el disparo forcejeó con Brandán y en escuchas posteriores se captaron referencias a cierta inexperiencia del agresor en el manejo del arma, lo que quizás inclinó la balanza hacia ese encuadre legal.
De todos modos, para conocer la valoración de los jueces habrá que esperar los fundamentos del fallo, que estarán disponibles desde el 7 de febrero. Con los votos de Lanzón y Pérez de Urrechu, Jorge Alexis Mussín fue condenado a 24 años de prisión como autor del crimen y la portación del arma de fuego. En tanto, Nahuel Ezequiel Villalba y Alejandro "Chino" Camargo, sindicados como coautores por conducir al homicida y a un menor en motos hasta cerca del negocio, recibieron en tanto 22 años de cárcel.
En disidencia, el juez Núñez Cartelle votó por atribuirle a todo el grupo la portación del arma, condenar a Mussín a 30 años de cárcel y a sus cómplices a 28 años. Pero se impuso el criterio de la mayoría. Por el crimen hay un cuarto acusado, Ezequiel "Pelado" P., quien no participó del juicio porque era menor de edad al momento del hecho. Está preso a disposición de la Justicia de Menores y fue declarado autor penalmente responsable de un homicidio en ocasión de robo. Le atribuyen haber sido el ladrón que acompañó a Mussín hasta el local mientras los otros dos los esperaban en una moto Honda roja y otra negra.
Un balazo certero
El episodio ventilado en el juicio ocurrió la noche del 26 de septiembre de 2015 cuando la pilchería de los Brandán estaba por cerrar. Cristian, hermano de Mauricio, cruzó a un quiosco a comprar una gaseosa y entonces dos maleantes irrumpieron en el local tras bajarse de las motos en Pampa y Charcas, a unos 300 metros del allí. Al parecer, en medio de un forcejeo, uno de ellos le disparó con un revólver a Brandán a la altura del corazón mientras el otro cargaba jeans, dinero y el celular de la víctima en una mochila. Después se fueron corriendo hasta donde los esperaban en las motos.
"La verdad es que estamos conformes. Lo que esperamos es que estas condenas sean efectivas y se mantengan si hay apelaciones. Nada me va a devolver a mi hermano y hubiésemos querido que esto nunca sucediera. Pero esto nos da la tranquilidad de que nada de lo que hicimos fue en vano. Lo hicimos por la memoria de mi hermano. Que él descanse en paz y que ellos tengan una condena justa", dijo ayer Cristian, el mayor de los hermanos Brandán, quien había instalado la pilchería para trabajar con Mauricio, el menor de los tres.
La madre de Brandán se mantuvo ajena al proceso penal. Pero ayer, por primera vez, se acercó a presenciar el desenlace del juicio. "Querido, ¿por qué me sacaste a mi hijo?", le dijo con la voz en un hilo a uno de los detenidos, cuando la lectura del fallo había concluido y el público se retiraba de la sala. Ella salió en medio de un llanto desgarrado mientras era contenida y abrazada por sus allegados. "Era un ser divino, un chico que iba a trabajar, ¿por qué me lo mató así?", repetía sin consuelo.
En tanto, el abogado querellante Pablo Casella sostuvo a su turno: "Estamos muy conformes con el fallo y evaluando la posibilidad de apelar ante la disidencia parcial de Núñez Cartelle que pide mayor pena". No obstante, remarco "la importancia que tuvo en todo ésto, más allá del excelente trabajo de la Fiscalía, la fuerza de la familia al participar, movilizarse y ser parte del proceso. Ese compromiso es fundamental".
Un testigo anónimo
La primera referencia que condujo la investigación hacia los condenados ayer fue el aporte de un testigo anónimo, quien diez días después del hecho se acercó a la casa de Brandán padre, un policía retirado. Le contó que los autores del hecho se jactaban en el barrio y los mencionó por sus nombres y apodos. Si bien esta persona nunca declaró, Brandán padre compartió la información con jefes policiales y así se sucedieron las capturas de los implicados.
Salvo Villalba, los demás fueron reconocidos en ruedas de personas por vecinos de la pilchería que vieron llegar o salir a los asaltantes. Y en intervenciones telefónicas se captaron diálogos en los que dos de ellos hacían mención al caso. El abogado Gregorio Gómez, por Camargo, y el defensor público Juan Ignacio Bazet, por los restantes, solicitaron nulidades al considerar que el aporte de ese testigo es un elemento viciado y afectó el debido proceso penal. Pero los jueces rechazaron las nulidades en el primer punto del fallo.
Los condenados no quisieron fotos
Contra lo usual, un reportero gráfico de este diario fue impedido ayer de tomar fotografías en la última jornada del juicio oral y público por el crimen de Mauricio Brandán. Pese a tratarse de un debate oral y público y a que, por protocolo, se permite tomar imágenes en los minutos previos a la lectura de la sentencia, en esta ocasión no fue permitido el ingreso del fotógrafo a la sala. Según se explicó, la restricción se motivó en que "los acusados solicitaron no ser retratados". Esto impidió la toma de imágenes del público, las partes y el tribunal.