La familia de Carlos Luis González, que tenía 21 años, vive hace años en la zona de Campbell y Sorrento, en ese lugar las calles se desdibujan entre curvas, basurales y agua servida. En la esquina de Campbell y Martinez de Estrada se instalan vendedores de drogas y ofrecen marihuana, cocaína, pastillas, paco: lo que se busque. Carlos pasó por esa esquina la noche del jueves rumbo a la casa de su abuela _que vive a veinte metros_ cuando desde una moto, una Honda 150 según dijeron los vecinos, dos personas les dispararon unas 20 veces. Carlos murió horas después en el Hospital Eva Perón y otro vecino, Cristian Héctor P., de 34 años, recibió una herida en un glúteo y fue derivado al Hospital de Emergencias, donde quedó en la guardia.
“Carli”, como lo llamaban sus padres, vivía a menos de 50 metros de donde lo mataron. Compartía al casa paterna con su pareja y una hija de 9 meses. “El quería trabajar y progresar. Nada Más. No vendía drogas ni nada raro. Dicen que los que lo mataron antes habían estado por Juan B. Justo y Cullen y ahí hirieron a un hombre. Después vinieron para acá. Siempre andan tirando tiros. Mi hijo pasaba por la esquina y le dieron. Me pidieron 200 mil pesos en una funeraria por cuatro horas, y no los tengo. Los vecinos y mi patrón me ayudan con algo y lo velo en la casa”, dijo Juan, el padre de la víctima.
Eran cerca de las 20.30 cuando Carli salió de su casa que está al fondo de un largo pasillo poblado de casas de chapa y algunas de material, y enfiló para Campbell y Martínez de Estrada. Había mucha gente en la calle y al atravesar al esquina desde una moto les dispararon no menos de veinte tiros a los que estaban allí. “Se vio la moto que venía de lejos y sacaron una 9 y empezaron a tirar, tipo ráfaga, como un aviso. Carli estaba caminando y no alcanzó a tirarse al piso, el otro muchacho se metió a una casa”, contó un vecino.
En tanto Juan contó que “cuando lo balearon salimos todos y ahí lo vi. La ambulancia no vino nunca así que lo cargué en la moto, me lo até y lo llevé al Hospital Alberdi, estaba vivo todavía. Cuando llegamos lo vieron y lo trasladaron al Eva Perón y ahí murió”. Habían pasado las 3 y los médicos informaron su fallecimiento como consecuencia de heridas en abdomen y tórax. “Cuando lo levanté vi que tenia un agujerito en la panza pero después la madre le corrió la remera y tenía uno más grande en el pecho, ese le perforó la vena del corazón”, contó Juan.
Carli había abandonado la escuela primaria y se dedicaba a changas, cartonear y a trabajos de albañilería con su padre. La casa en la que vivía es una de las pocas de material en ese largo pasillo con ingreso de tierra y pedregullo. Tenía una hija, Safira, y una esposa tan joven como él.
En esa calles sobra basura, caballos sueltos, casas de chapas o material y terrenos con pastos crecidos. Por Martinez de Estrada hay un rancho abandonado, pintado de azul. El patio es una suma de palets, chapas y bolsas de basura y en un rincón junta óxido un auto abandonado. “Ahi guardan merca”, contó un vecino.
La noche del jueves en la esquina donde mataron a Carli había “una chica y un muchacho vendiendo drogas, para ellos iban los tiros, pero se dieron cuenta y se fueron. Todo el mundo sabe que ahí venden y cuando vos llamas a la policía vienen y te dicen que los acompañes y les digas donde están vendiendo o donde guardan las drogas; ¡Te mandan al frente!”, contó una vecina y otra agregó “La Gendarmería viene hasta la esquina y dobla a la vuelta, antes de llegar No pasan por ahí. La policía viene y les cobra en el rancho para protegerlos”.
Esas cuadras permanecen escondidas al tráfico de Sorrento, se accede por una corta lonja de tierra. La tarde del sábado un chico de no más de 10 años, con los pies sucios y calzando zapatillas rotas atravesó un de los terrenos de agua servida y poblado de gallinas mientras cantaba a un ritmo monocorde y haciendo palmas: “No bajo ni con pasta, ya sabé' quién soy. Tu guacha está conmigo, la paso a valor, Rebota todo el orto, guacho, la mejor”. un tema del cantante Noba, famoso por sus letras. Con los asesinatos de Gustavo Gastón Romero, en Villa Gobernador Gálvez y Carlos Luis González ya suman 246 los crímenes en el departamento Rosario durante 2023 y es el octavo registrado en el corriente diciembre.∏