Un joven de 27 años afrontará un pedido de prisión perpetua por el asesinato de Carlos Antonio Reyes, de 74 y asesinado hace poco más de dos años en Granadero Baigorria. El requerimiento fue adelantado por la fiscal María de los Angeles Granato en la audiencia preliminar al juicio oral realizada días atrás para presentar los testigos y las pruebas a producirse durante el debate aún sin fecha.
El juez Pablo Pinto aceptó la acusación formulada contra Gustavo Leonel Quevedo como coautor de un homicidio críminis causa agravado por la participación de un menor de edad y por un frustrado asalto a mano armada perpetrado ocho años atrás contra una mujer en la zona sur de Rosario.
Hermanos conectados
Un televisor y un celular constituyeron el botín por el cual Reyes fue asesinado la tarde del 11 de abril de 2022 por una persona a quien conocía previamente y a quien, en tal sentido, le había abierto la puerta de su casa de Alvear al 300 de Granadero Baigorria. En esa vivienda, donde residía desde hacía 40 años, fue encontrado sin vida sobre su cama con golpes en la cabeza y heridas de arma blanca en la espalda.
Su cuerpo había sido hallado por uno de sus hermanos que fue hasta esa casa de dos habitaciones para saber por qué Reyes no respondía sus mensajes desde hacía por lo menos un día. Un detalle por demás de llamativo ya que todas las mañanas y las noches el hombre de 74 se saludaba con sus ocho hermanos en un grupo que compartían por Whatsapp.
“Ayer a la mañana Carlos me saludó y después me llamó la atención que no hubiera realizado su saludo habitual de las 6 de la tarde. Por eso, cerca de las 20 alerté al resto de mis hermanos y comenzaron a llamarlo al teléfono fijo”, contó una de sus hermanas. Las llamadas continuaron al día siguiente hasta que algunos de los hermanos decidieron ir hasta la casa de la víctima. Como nadie atendía tuvieron que pedir una escalera para poder pasar por encima de la reja y uno de ellos ingresó.
En la habitación de Carlos, éste yacía sin vida con la cabeza tapada con una almohada y un puñal clavado en la espalda. Una médica que examinó la escena les contó a los familiares que Reyes había sido además golpeado en la cabeza y llevado a la rastra hasta la cama.
Con el hallazgo también se había establecido que el faltante no iba más allá de un televisor 32 pulgadas de pantalla plana, un teléfono celular y las llaves de la vivienda que, por otra parte, estaba en orden, sin placares vaciados ni nada revuelto como suele verse en las escenas de robos en viviendas. También les quedó claro a los investigadores desde el primer momento que el acceso a la casa no había sido violentado, lo que permitía pensar que Reyes conocía y le había abierto la puerta a quien lo terminaría asesinando.
Apresado
Además de los elementos colectados y los indicios recabados en la escena del crimen, una cámara de vigilancia ubicada en un comercio frente a la casa de Reyes contribuyó a buscar pistas. Finalmente la investigación terminó ubicando a Quevedo cuatro meses después del asesinato, el 2 de agosto de 2022. Primero lo buscaron en una casa de Orsetti al 100 de Baigorria, pero el prófugo logró escapar. Sin embargo esa misma tarde lo apresaron en el barrio Las Flores de Rosario.
Para los investigadores Reyes le abrió la puerta a Quevedo, que llegó a su casa en compañía de un adolescente y de inmediato tomó un arma blanca con la que comenzó a apuñalarlo en distintas partes del cuerpo. Un puntazo en el cuello fue, al parecer, el golpe mortal.
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Quevedo se alzó con el televisor, el celular y al parecer también se llevó las llaves de la casa. Nunca se estableció otro móvil que no fuera el robo. En ese sentido, la fiscal Granato requirió prisión perpetua por homicidio críminis causa, que es una figura que se aplica cuando se asesina para procurar la impunidad de otro delito.
De yapa
Más allá del hecho por el cual Quevedo afrontará un pedido de perpetua, también se sentará al banquillo para ser acusado por un robo que le atribuyen haber cometido el 15 de agosto de 2016 en Regimiento 11 y Laprida, en la zona sur de Rosario. Eran cerca de las 7 de la mañana cuando el acusado —esa vez también acompañado por un menor de edad— encaró con un cuchillo a una mujer con la idea de robarle la cartera en la que llevaba documentos y un celular, entre otros elementos personales.
Quevedo y su cómplice pudieron arrebatarle el bolso y huir a toda velocidad en una moto negra de 125 centímetros cúbicos. Sin embargo la fuga fue abortada y el acusado terminó preso.
Una vez aceptada por el juez —en este caso Pablo Pinto— las pruebas y testigos ofrecidos, así como los delitos imputados, resta fijar la fecha del juicio, tarea en manos de la Oficina de Control Judicial (OGJ).