"Espero que se cumpla lo que el fiscal pidió desde un principio: la perpetua para los tres". Así se expresó Marcela Ontiveros, la madre de Marcos Guenchul, el personal trainer asesinado en 2019, de cara al veredicto del caso que se conocerá este miércoles y que tiene en el banquillo de los acusados a Priscila Denoya (ex de Marcos), su pareja Caio Soso (y padre de la segunda hija de la acusada) y Maximiliano Panero, quien está sindicado como el que lo mató de un disparo.
Los fiscales Adrián Spelta y Gisela Paolicelli solicitaron prisión perpetua para Panero (considerado el autor material), Soso y Denoya (como “coautores funcionales”), vinculados a un plan de terminar con la vida del preparador físico, producto del conflicto que mantenía con la mujer con la que tenían una hija en común.
Marcela describió cómo vive la horas previas a la audiencia: "Muy inquieta, intranquila, esperando qué va a a pasar. Son casi tres años de llevar esta lucha. Con mucha expectativa. No solamente mía, sino de mi hijo Cristian y mi nuera, que estuvieron muy pendientes. Estamos todos muy ansiosos".
"Espero que se cumpla lo que el fiscal pidió desde un principio: la perpetua para los tres", manifestó Ontiveros, quien recordó que en la audiencia que tomó la palabra pudo contarle en esos minutos "la vida de Marcos mirando a los jueces a la cara. Y después la miré a la cara (a Priscila). Ella me estaba mirando de una manera provocativa, como siempre, y le dije dos veces que era una asesina. Era lo que quería decirle. Es lo que sentía. Es lo que siento. Y todavía me pregunto porque lo hizo".
Por último contó qué es lo que más extraña de su hijo. "Se extraña su presencia. Era un tipo que tenía muchos amigos, y una gran una facilidad de cambiarte el humor", manifestó.
El asesinato de Marcos
Guenchul fue asesinado minutos antes de las 22 del martes 23 de julio de 2019. El entrenador de 32 años había salido de su trabajo en el gimnasio Progress Fitness de Mendoza al 4900 y caminaba hacia la parada de un colectivo que pensaba tomar para ir a la casa de su novia. Sin embargo antes fue abordado por un hombre que a punta de pistola lo forzó a doblar por calle Sucre y caminar unos 30 metros antes de efectuarle dos disparos, uno mortal a la cabeza, sustraerle una mochila y escapar.
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La hipótesis inicial del homicidio en ocasión de robo mutó a partir de las imágenes que habían sido captadas por cámaras de vigilancia de la zona. Así entró en escena un auto Peugeot 208 que había estado 40 minutos estacionado en una esquina hasta que Guenchul salió del gimnasio. De ese vehículo no sólo bajó el hombre que encañonó y terminó asesinando al entrenador sino que además pudo verse cómo el rodado iba avanzando a la par del homicida y su víctima mientras éstos caminaban por Sucre.
Esa primera pista que aportó la presencia del auto condujo a Soso. El vehículo fue hallado en una cochera de los padres de este técnico en seguridad e higiene que fue detenido días después del crimen en el aeropuerto de Ezeiza a punto de tomar un vuelo con destino a Líbano. Una evidencia importante contra el hombre de 34 años fue que su celular se había activado en una antena cercana a la escena del crimen a la hora en que se cometió.