A diez días del inicio del aislamiento preventivo y obligatorio para evitar la expansión de la pandemia de coronavirus, y con 20 casos confirmados en la ciudad, el secretario de Salud de la Municipalidad, Leonardo Caruana, insistió en que "el distanciamiento sigue siendo la medida sanitaria más importante". Incluso, indicó que la curva de Rosario está "por debajo de la nacional", sin embargo, afirmó que desde la Intendencia y fundamentalmente el área de salud están "expectantes y preparando todo para escenarios más complejos". Sin hacer proyecciones, el funcionario detalló que la ciudad ya tiene sólo en el sector privado una capacidad de por lo menos 400 camas críticas, a las que se suman las de efectores públicos. Destacó el trabajo con las poblaciones en riesgo que se realiza desde los centros de salud en los barrios, con estrategias de vacunación de adultos mayores, entrega de medicamentos y la preparación de espacios para el aislamiento institucional de la población más vulnerable que no pueda hacerlo en sus viviendas por falta de condiciones. "La lección de Europa es que esta pandemia no requiere sólo la mirada de infectólogos y epidemiólogos, sino de la intervención de la integralidad de los procesos de salud, y esa es la experiencia de Rosario y su ventaja", consideró.
—La evaluación es positiva respecto del importante cumplimiento del distanciamiento social, así como de la organización del municipio y del sector salud para estar a la altura de la circunstancias. En estos diez días no hubo un crecimiento exponencial e incluso tenemos una curva que está por debajo del ascenso nacional, aunque eso no garantiza nada. La mirada está puesta en anticiparnos al ascenso de casos y ver qué eficacia tiene esta anticipación. No sabemos si seguirá esta curva plana, porque en realidad eso va a depender de seguir sosteniendo el distanciamiento. Estamos expectantes, mirando y preparando todo para escenarios más complejos, ya sea en los servicios de salud, en el suministro de insumos, en los protocolos, y en la garantía del cuidado de los trabajadores. También con la permanente mirada nacional de los cambios que puedan darse en los próximos días de la ampliación de zonas y regiones con circulación comunitaria, que haría rever los escenarios. Y además, tenemos el Cemar que permite tener una mirada cercana y casi inmediata de la situación local.
—Se plantean fases, picos y mesetas y circulación comunitaria del virus. ¿Cómo clarificar esa situación al ciudadano común que está cumpliendo con el aislamiento y, en todo caso, esa información puede causarle incertidumbre e incluso angustia?
—Para hacerlo simple, en la ciudad los 20 casos informados al momento son con antecedentes de viajes o contacto estrecho con una persona que viajó. Hay circulación comunitaria cuando se presentan casos que no podés explicar y hasta ahora eso no se dio.
—¿Los últimos tres positivos de Covid-19 en dos médicos y un instrumentista informados por el Sanatorio Parque podrían cambiar ese escenario?
—En la misma información del sanatorio se señala la "transmisión comunitaria en clúster", que es justamente la circulación del virus en un ámbito determinado o micro área, que puede ser una escuela, un barco y en este caso es en ese centro de salud. Ese es un cambio de escenario y allí mismo lo determina.
—Nación refirió una estimación de entre 250 y 300 mil infectados en todo el país, ¿cuáles son las proyecciones, las más optimistas y las menos?
—Ese sería el escenario de aplanamiento de la meseta y prolongación de la situación en el tiempo. Con ese número habría que estimar la cifra de la provincia y la ciudad, pero no me animaría a hacer proyecciones porque además ese es un escenario favorable y pueden darse peores. Estamos trabajando para hacer frente a situaciones más complejas, en relación a la organización, la ampliación del número de camas críticas, en pensar diferentes estrategias con todo el sistema. Miramos lo que pasó en Italia y los modelos de salud aprovechando la capacidad del territorio con los centros de salud porque cuanto más centralizada está la oferta, más probabilidad de contagios existe, y esa es la ventaja de la red de atención primaria de la ciudad.
—¿Qué factores locales harían que aquí no se dé la situación de Italia o España? ¿Cómo juegan en ese sentido las características del sistema, la edad de la población y las medidas dispuestas con antelación?
—La situación de Italia es que no sólo hubo fallecimientos por coronavirus, sino muchos casos que no pudieron acceder al sistema de salud teniendo otras patologías. La garantía de seguir sosteniendo los equipos y priorizando la población más compleja, que son los adultos mayores y los trabajadores de la salud, y manteniendo la dinámica de trabajo en el territorio, bajando con las consultas, contactándose con la población vía WhatsApp, haciendo una entrega prolongada de medicamentos crónicos por dos meses, y haciendo que los equipos vayan a ver a los adultos; todas son intervenciones diferentes a pensar que la única opción frente a la enfermedad es ir a un gran hospital donde hay alta complejidad y también más posibilidad de contagios. No es lo mismo tener a los abuelos en situación crítica y evitar que se movilicen, y pensar sus aislamientos en términos institucionales; es decir, en lugares que no son su domicilios. Porque son personas que cuando tengan una gripe y sus condiciones de vida no lo permitan, se les ofrecerá un aislamiento institucional, del mismo modo que ahora la estrategia es ir a vacunar a cada uno de los adultos mayores adscriptos a los centros de salud a sus casas. Y no como algo pintoresco, sino como algo masivo y que lo permite una organización central de todo el municipio. La lección de Europa es que ésta no debe ser sólo la mirada de los infectólogos y epidemiólogos, sino de la intervención de todas las áreas de la red, porque justamente lo que da en Europa es una mayor demanda de formación en salud pública, que no es más que la integralidad de los procesos de salud, la incorporación de trabajadores sociales, psicólogos y cientistas políticos a esa red, y esa es la experiencia de Rosario y su ventaja de tener una mirada integral de los proceso de salud, enfermedad y atención. Las organizaciones territoriales que permiten ir a vacunar a los adultos mayores o recibir una consulta por WhatsApp antes de ir la guardia,evita el contacto de personas que de enfermarse, irían a camas críticas.
—Justamente sobre ese punto habló primero de 270 camas críticas en Rosario contabilizando tanto el sector público como privado. ¿A cuántas se podría extender hoy, y cómo se trabajará en esa fusión de públicos y privados de la que se habla?
—Ese fue un número inicial. Hubo encuentros muy buenos con la Asociación de Clínicas y Sanatorios, y esos centros también se están organizando en el mismo sentido. De ese número inicial, teniendo en cuenta sólo el sector privado, ya estaríamos llegando a 400 camas críticas. A eso, en los efectores públicos, se puede incrementar la capacidad en otro 50, 75 o incluso el cien por ciento, pero eso depende mucho de la provisión de respiradores y no sólo de sumar camas. En ese sentido, hay un decisión nacional de bloquear todos los respiradores del país y distribuirlos las provincias y ciudades de acuerdo los indicadores de capacidad instalada, población y situación epidemiológica, habrá que verlo con el Ministerio de Salud provincial. Además, se trabaja en la ampliación de lugares ociosos y salas generales par internar a esos pacientes, que sólo requerirán cuidados leves y moderados, y son la mayoría, cerca del 80 por ciento.
—Además de los efectores públicos no todos atenderán pacientes con coronavirus...
—Estamos en el análisis detallado y no esta cerrado, pero estamos viendo los perfiles de cada hospital y de sus equipos. Hay efectores que tendrán más dedicación a Covid-19, y el resto de los pacientes críticos, no respiratorios, se atenderá en otros hospitales más chicos, como el Alberdi. Lo estamos definiendo para preservar algunos lugares por el alto poder de contagio del virus.
—Todo esto se da un contexto socio económico donde hay 6 millones de personas sin baño ni agua en sus viviendas, y Rosario no es la excepción. ¿Cómo se habla de aislamiento en esas poblaciones?
—Las visitas domiciliarias de los equipos de los centros de salud permiten ver allí mismo esas condiciones, y así pensar en esos casos que requieran aislamientos en efectores de salud. Para eso se está pensando en ampliar el número de camas generales, que se destinarán justamente a esos pacientes que no estarán graves, pero no tienen condiciones en sus viviendas. Y además estudiamos alternativas, con protocolos nacionales, de otros espacios donde se puedan alojar con soportes de salud mínimos y todo eso se analiza desde los centros de salud.
—Hubo un fin de semana largo y ahora otro, y justamente esos centros de salud permanecieron cerrados. ¿Habría que rever eso en este contexto, cuando son en muchos barrios la única referencia?
—Lo conversamos, pero hay que hacer una ecuación cuidadosa de los trabajadores. El lunes priorizamos la recepción de las vacunas y se recibirán, y teniendo en cuenta que esto no será de una semana o dos, los escenarios de tener que atender sábados y domingos se darán en con un panorama epidemiológico más complejo, que aún no lo tenemos. Hoy lo que sí aumentaron fueron las consultas telefónicas que pasaron de ser cien por día a más de 700.
—La decisión de la extensión de la cuarentena es casi un hecho. ¿Acuerda con la medida, y cómo puede enfrentarla la población de cara a los efectos subjetivos que el aislamiento provoca?
—El aislamiento sigue siendo la medida sanitaria más importante para preservar el funcionamiento de los sistemas de salud, bajar los casos y prologar el proceso en el tiempo. Eso impacta y atraviesa la vida cotidiana de las personas, y si la clave de época previa a la pandemia era el consumo problemático, el consumo y el viajar, lo que hace esta situación es poner en cuestión todo eso. Y so genera malestar, angustia, miedo y enojos, y mayor irritabilidad de los chicos y de los mayores. Por eso, hay que ser radicales en el distanciamiento, pero también en su carácter transitorio de esta situación.