Los recuerdos que suelen dejar los jugadores en su paso por los distintos clubes pueden estar signados por goles, lujos, entrega. Todo vale. Lo de Omar Zarif sin dudas está más relacionado con esfuerzo que con las sutilezas, pero todo ese esfuerzo le sirvió, cuanto menos, para ganarse una cuota de respeto. De su lado la cosa va más allá de ese buen recuerdo que pudo haber dejado, sino que pasa por el cariño. A casi una década de su paso por Arroyito y viviendo la crisis mundial por el coronavius en Estados Unidos, el Turco recordó junto a Ovación aquellos “buenos momentos” que vivió en Central, donde jugó, se fue y sintió la necesidad de volver. “En Central fui muy feliz”, le dijo a este diario desde San José, California, donde se desempeña como ayudante de Matías Almeyda en San José Earthquakes, equipo que milita en la Major League Soccer (MLS). Allí está “feliz”, “cómodo”, “contento”, aun sin alcanzar ese placer supremo que le genera Rosario, de la que se enamoró y a la que tildó como “la mejor del mundo”. Eso se lo provocó la ciudad en sí en sus años de estadía, pero “obviamente fue Central lo que me llevó a enamorarme”. Un tiempo de su vida con expectativas cumplidas pero con una espina clavada: “Hubiese querido ganar un título con Central”.
Te juro que Rosario es la ciudad en la que mejor vivimos. Siempre cuento que cuando estábamos peleando el ascenso con Juan (Pizzi) estaba armando un departamento en Buenos Aires, pero lo vendí pensando en que íbamos a ascender y quería seguir en Central un par de años más. Mi intención en ese momento era comprar algo en Rosario y quedarme a vivir allí, por eso digo que la ciudad es hermosa. La primera vez que me fui, cuando también se fue Miguel (Angel Russo), me acuerdo que lloré todo el camino hasta Buenos Aires. Pero obvio, Central ayudó para que me enamorara de la ciudad.
¿En tu paso por Central respondiste a las expectativas propias y sobre todo a la de los hinchas?
No sé del lado de los hinchas, creo que eso hay que preguntárselo a ellos.
¿Pero no sentís que siempre te tuvieron un cariño especial?
Eso es así y si lo mido de esa forma creo que cumplí con las expectativas. En lo personal siento que estuve a la altura de las circunstancias y que cumplí porque jugué muchos partidos, pero no me puedo quedar con eso. Hubiese querido ganar un campeonato con Central y no pude hacerlo. Cuando estaba en Banfield y lo vi ascender lo festejé porque me dio muchísima alegría, pero me hubiese gustado competir más tiempo al máximo allí.
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El Turco Zarif tuvo dos etapas en Rosario Central
Sebastián Suárez Meccia / La Capital
¿Es una espina que te quedó de tu paso por Central?
Puede ser. No me reprocho nada porque fue un salto muy grande en mi carrera y con pocos partidos que tenía en primera división, pero sí me quedó la espina de que no se haya continuado con un ciclo que empezó con Vitamina, porque demostró en otros lados que es un gran entrenador. La verdad es que en ese momento teníamos un buen equipo y un lindo grupo, pero toda esa presión que se vive en Central impidió que Vita termine de formarse como técnico. Por eso te digo que me quedé con las ganas de jugar más tiempo.
Llegaste en un momento complicado, en el que se cambiaron muchos entrenadores.
Sí. El primer año fue complicado porque se fue Vitamina, llegó Alfaro y después de otros técnicos más el ciclo lo terminó Miguel Russo, con aquella promoción contra Belgrano, que fue un sufrimiento tremendo. Igual ese año fui muy feliz en Central, aunque no me gustó haberme ido, pero se fue Miguel y nos fuimos varios jugadores. Pero aguanté un año, porque al año siguiente no dudé en llamar a Ricardo Schlieper, que era mi representante y amigo, y le dije que sin importar en la categoría que estuviera el equipo que necesitaba jugar en Central.
¿Que hayas vuelto rápido es porque habías dejado un buen recuerdo?
Siempre pensé que dejé un buen recuerdo y con los hinchas que me crucé me lo hicieron saber. Lógicamente desde lo deportivo siempre aspiré a algo más importante, a ganar algo con Central.
¿Aquel ascenso que se les escapó con Pizzi por ejemplo?
Ni hablar. Eso sí me dolió mucho. Te soy sincero, no haber podido ascender ese año con Juan me partió el alma.
A Matías Almeyda siempre le dije que su estilo encajaría perfecto en Central
Hablaste de Vitamina, ¿seguís en contacto con él o con los jugadores de aquella época?
Sí, sigo en contacto con él y con varios más. Hace un tiempo compartimos un evento en el Salón de la Fama que tiene el grupo Pachuca, cuando él estaba en Everton, que pertenece al grupo. Pero hablo con muchos jugadores de esa época, con el Kily por ejemplo.
¿Estás al tanto del trabajo que está haciendo el Kily en la reserva?
Por supuesto y sé de algunos chicos que tiene trabajando con él. Pero estoy en contacto con muchos, incluso hasta con Miguel Angel Russo. Pasa que además de compañeros de fútbol me quedaron muchos amigos en Rosario.
¿Sos de vivir el día a día o proyectás algo a futuro? ¿Sos de ponerte metas?
Por ahora es vivir el día a día. Siempre agradezco tener un día más de vida y por ahora es disfrutar de lo que me toca, de mi familia y del fútbol en el que estoy.
¿Cómo es el fútbol en Estados Unidos?
Es una liga atractiva, pareja en muchos sentidos y en la que todos los clubes arrancan desde una misma posición. Cada uno puede invertir lo que quiere, pero la liga le da el mismo valor a todos los equipos, por eso es un fútbol que de arranque es parejo. Hay equipos que juegan con diferentes esquemas y con eso uno aprende mucho porque es de alto nivel.
Cuando me fui por primera vez le dije a mi representante que necesitaba volver a Central
¿Desde lo deportivo es competitiva?
Sí, muy competitiva y por ende muy difícil. Todas las ligas tienen mucho para crecer y más la MLS, que tiene un incentivo continuo desde el aspecto económico, pero ya creció bastante. En cierto sentido creo que se subestima. Es difícil de jugarla porque el país es muy grande y es durísimo ganarla. Estando en México, con Chivas, nos tocó competir contra equipos de acá por la Concacaf y la verdad es que se nos hizo muy difícil.
En México les fue muy bien con Almeyda. ¿Están contentos con el paso que dieron?
Muy contentos, aparte California es un Estado muy lindo para vivir, lo mismo que San José como ciudad. Estamos conformes no sólo en lo deportivo sino también en lo familiar.
Dejaste de jugar para trabajar con Almeyda, ¿cómo es ser parte de un cuerpo técnico?
Fue raro lo mío porque quería seguir jugando, pero Matías me propuso ser parte de su cuerpo técnico, que necesitaba a alguien rápido y quería que fuera yo, por eso le dije que así. Fue por eso que faltando tres o cuatro fechas para que terminara el torneo me pidió una respuesta. Tuve la suerte de poder prepararme y disfrutar esas últimas semanas como jugador. El último partido fue justo contra Central en cancha de Banfield y al otro día ya estaba pensando como auxiliar del técnico. Me costó un poco porque no hay nada más lindo que ser jugador. Fue raro porque enseguida tuve que dirigir a mis ex compañeros, pero el grupo de trabajo de Matías hizo que me pudiera adaptar rapidísimo.
Definí en pocas palabras a Almeyda técnico.
Es un tipo supercapaz. ¿Te alcanza con eso o querés más palabras?
Podés explayarte...
De verdad creo que es un técnico que no tiene techo y que lo que se proponga lo va a lograr. Lo tuve como director técnico en Banfield y en una charla grupal le manifesté que de ser entrenador me gustaría hacerlo desde el lado que él ve las cosas. Mirá cómo son las cosas que un año y medio después me tocó ser parte de su cuerpo técnico. Tuve muchos entrenadores en mi vida y de todos aprendí, pero en este caso di justo con el estilo que a mí más me gusta. Incluso como persona transmite cosas que no cualquiera puede llegar a transmitir.
¿Nunca le hiciste la cabeza para dirigir en Central?
No, nunca le hice la cabeza (risas), pero de alguna u otra charla lo hablamos.
¿Nunca le dijiste “tenemos que dirigir Central?”
No que es que se lo haya dicho con esas palabras, pero más de una vez le dije que encajaría perfecto en el estilo de Central.
¿Cuando les toque alguna chance en el fútbol argentino Almeyda va a querer ir a River y vos a Central?
Ja! No sé. Yo siempre voy a querer ir para Rosario, olvidate. Pero no podemos ser futuristas.
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