Las calles del barrio Parque Casas fueron su cuna. Aprendió a despuntar el vicio de la redonda en las canchitas de Santa Teresita, hasta que se incorporó al baby de Central. “Estuve muchos años en el club, pero era como que no se me daban las cosas. Salió esta chance y no dudé. Lle vo casi un año y medio acá y me siento cómodo. Alajuelense es un gran club y la liga es fuerte, además de que nos ven desde México y Estados Unidos”, relató desde el vamos Facundo Zabala, mientras calentaba motores para dialogar a fondo con Ovación. “Lo que soñé en Central lo vivo en Costa Rica”, reflexionó antes de destacar que “ acá la gente se cuidó mucho con el tema de la pandemia. No hubo cuarentena total, pero la sociedad tomó conciencia y hoy estamos muy bien. De hecho, volvimos a jugar hace casi dos semanas. Poco a poco estamos haciendo vida normal otra vez”, puntualizó el lateral izquierdo de 21 años con respecto a cómo los ticos son uno de los países de América latina y el mundo con menos muertes registradas por Covid-19 y el que tiene la menor tasa de mortalidad de la región.
Llamó la atención cuando el pasado martes 19 de mayo Costa Rica se erigió en el primer país de Latinoamérica en el que regresó oficialmente el torneo profesional de fútbol. Claro que en este caso hay que destacar que no se toma en cuenta a Nicaragua, porque en esa nación nunca se suspendió la actividad. Y el plus es que había un argentino en cancha. Un rosarino en realidad.
“Sí, fue todo medio raro al principio. Retomamos la liga luego de dos meses y jugamos de visitante ese martes contra Cartaginés y ganamos 2 a 0. Hubo que cumplir con algunos protocolos, pero todo bien”, remarca Zabala antes de afirmar que “por ahora los partidos son sin público, es feo pero es lo que hay por la pandemia y estamos jugamos miércoles, domingos y miércoles. Es un calendario apretado porque el campeonato debe terminar antes del 28 de julio, y luego se viene el torneo de la Concacaf”.
Facundo tiene 21 años y no pensaba que terminaría emigrando de Arroyito sin haber pisado la reserva o debutado en la primera canalla. No sólo por las destacadas condiciones técnicas que tiene. También porque ocupa un puesto que escasea en el primer equipo canalla desde hace un período considerable.
“Uno juega para crecer y alcanzar la meta de ser profesional con tu club. Luego piensa en ir a otra liga. Lo mío se dio así y ya está. Me fui estando en 4ª de AFA y no me arrepiento. Ahora sólo quiero seguir aprendiendo y creciendo en todos los sentidos”, argumenta sin dudar desde Costa Rica el juvenil lateral izquierdo.
En 2017 tuvo la chance de quedarse en Catania, pero Central no le dio el pase ni llegó a un acuerdo con el club. “Sí, es verdad que estuve dos meses en Italia y me tuve que volver. Cuando me reintegré, me mandaron a la Rosarina a jugar para el equipo de zona sur, donde había un plantel muy bueno”, apunta sobre el fallido paso por la entidad siciliana. “Volaba físicamente y andaba bien. Mirá cómo habrá sido que me reintegraron a AFA al poco tiempo”, sostuvo.
Según contó Facundo, la excursión por Europa no lo dejó bien parado de ahí en más. “Es una etapa cerrada, pero creo que se creyeron que nos íbamos a portar mal con Central. Como que queríamos irnos por patria potestad o no sé. Mi familia tiene códigos y cumple con la palabra. Mi papá prometió un porcentaje si firmaba y no quisieron”, respondió.
“En realidad, con mi familia teníamos todo armado para ir a España porque mis padres buscaban progresar. De hecho, está mi hermana y tenemos más familia allá. Todos tenemos doble ciudadanía, así que no había problemas de papeles. Lo que pasó fue que dos semanas antes de viajar salió la posibilidad de probarme en la primera de Catania mediante una gestión que hizo Almirón, a quien conocí jugando a la pelota de casualidad cuando fui a un barrio privado de Funes. Pero no había nada raro porque se dio así, casi de casualidad. Se ve que eso no cayó bien en el club y por eso no me dieron el pase o no acordaron entre clubes. Los italianos me querían inscribir incluso para la Copa Italia, pero en Rosario se cagaron en nosotros”, deslizó el defensor con cierta impotencia y resignación. “Terminé unos meses con mi papá en Catania y mi mamá en España. Mirá si íbamos a mentir sobre este tema. No somos así”, retrucó con nobleza.
“Llegó un momento que no sabía qué hacer. Era como que ya no quería jugar más. Veía que no iba a llegar en Central. Estaba desmotivado. Sobre todo luego de una pelea que hubo cuando jugamos contra Morning. Me sancionaron la Rosarina y el club cuando no había empezado la pelea y fui el último en reaccionar. Ahí vi que no iba para más”, describe a modo de confesión. “Por eso cuando salió de venir al Alajuelense por el convenio y relación entre las instituciones no dudé. Me vieron entrenar en Central y me eligieron porque buscaban un lateral izquierdo. Y también llevaron al delantero Renzo Reynaga, que luego se volvió. Debo reconocer que estoy acá en gran parte por el apoyo y la gestión de Adrián Gau, quien junto a Ricardo Silva, que es argentino y vive acá, hicieron mucho para que hoy en en día esté muy bien y cómodo”, reflejó.
Hoy en día Liga Deportiva Alajuelense tiene los derechos del juvenil, quien ya fue sondeado por Necaxa de México y Toronto de la Major League Soccer. Incluso lo monitorearon desde Europa. Según trascendió, si se ejecuta alguna transferencia, Central recibirá un porcentaje de la operación por este defensor que se destaca en Costa Rica y no muestra techo futbolístico.
En otro orden, Zabala hizo referencia a la estrategia que plasmó el país centroamericano para controlar el coronavirus. “Acá la gente se portó de diez en todo momento. Hizo lo que el gobierno pidió de entrada y por eso no hubo cuarentena total. Sólo aislamiento social. Todos veían lo que pasaba en Europa, especialmente en Italia, Francia y España, y por eso nadie hizo locuras o desafío al virus juntándose en la calles o supermercados. El barbijo nunca fue obligatorio pero se usó igual de entrada. Fue increíble como Costa Rica se recuperó y tiene hasta hoy en día pocos infectados y víctimas. Es un ejemplo. Por suerte, y gracias al comportamiento de la población, hay fútbol de nuevo y poco a poco estamos haciendo vida normal otra vez”, cerró el rosarino surgido en las calles del barrio Parque Casas.